La siniestralidad en el buceo y sus consecuencias mortales
*Columna de opinión para Salmonexpert de Fabiola Gaete Figueroa, abogada del Sindicato de Buzos de Chile y de las familia de buzos afectados.
En la actualidad, sólo en febrero 2021, se han producido la muerte de tres buzos dentro de su jornada laboral.
La ausencia de protocolos estandarizados que vayan en directa relación en prevenir accidentes con consecuencias fatales, como además evitar las constantes exposición de los buzos a la hiperbaria, son la tónica constante en el rubro del buceo, ya que tanto las empresas de servicios acuícolas, así como las compañías salmonicultoras que reciben estos servicios, destinan el mínimo de recursos tendiente a la protección y prevención de accidentes y enfermedad profesional, siendo este rubro del buceo esencial para la subsistencia de las referidas salmonicultoras.
Hoy, nos encontramos no sólo con fallas en las empresas salmonicultoras, sino además fallas en las instituciones administrativas y públicas cuya labor de fiscalización ha sido deficiente, lo que repite directamente en una falta de servicio respecto del Estado en desmedro de este gremio afectado.
En el caso específico de Cristián Alex Díaz Leiva, quien hoy lamentablemente ya no se encuentra con nosotros, debido a un accidente laboral con consecuencia fatal, el hecho era del todo evitable si se hubieran realizado los protocolos básicos de seguridad, toda vez siendo un buzo con más de 30 años de experiencia.
Él deja una esposa y ocho hijos, una familia. Se dedicó los últimos ocho años de su vida a trabajar y entregar su compromiso como buzo para la empresa Primes SpA. Ese día 25 de febrero de 2021, Cristian Díaz se encontraba en el centro Concheo 2 perteneciente a la empresa Blumar, ubicado en Puerto Chacabuco, realizando faenas de retiro de contrapesos, cuando ocurre el fatal accidente, sin dejar explicación alguna a lo ocurrido, fallando una vez más los mecanismos de seguridad.
Como abogada del sindicato y de las víctimas en particular, se nos ha permitido visibilizar estas deficiencias y en conjunto con miembros del sindicato, rescatamos algunos puntos relevantes de carácter preventivos y así disminuir la siniestralidad.
Estos puntos serían:
1. Revisar la modalidad de contratación de los servicios de buceos (empresas de servicios), teniendo en cuenta que cada centro de cultivo trabaja de forma autónoma en cuanto a su organización y administración, perdiendo de esa forma la línea de fiscalización, sobre todo cuando cada centro tiende a la reducción de costos afectando directamente en los buzos y medios de seguridad, prevaleciendo siempre un servicio más barato por sobre uno que cumple con todas las exigencias.
2. Terminar con el Buzo Operario (buzo Chasquilla), buzo independiente o buzo que no sólo hace la labor de bucear, sino además trabaja como operario, siendo ésto contraproducente para la seguridad y salud del buzo, por la extrema exposición a los riesgos contraindicados para su rubro. Por ejemplo, cargar mortalidad de 60 kilos es muy común, siendo contraindicado para un buzo que está expuesto a la hiperbaria de forma constante cargar peso o hacer cualquier otra actividad que implique resistencia física, por eso hoy hay una cantidad de buzos que sus exámenes ocupacionales salen alterados por acumulación de nitrógeno en los huesos.
3. Respetar y hacer respetar el reglamento de buceo. Esto es que durante cualquiera faena se debe como mínimo constar con un equipo de trabajo con cuatro buzos más un supervisor y un buzo de emergencia, siendo de carácter esencial y el mínimo para una faena.
Actualmente, se trabaja con cuatro buzos (dos supervisores y dos buzos básicos).
4. Poner término al trabajo durante los puertos cerrados. Actualmente en los centros de cultivo, no se están respetando los puertos cerrados, viéndose los buzos expuestos ante la orden de su empleador a trabajar cuando la Autoridad Marítima decreta puerto cerrado, exponiéndose así constantemente a los riesgos del clima y otros.