Alza de precios en alimento para los peces es un reto para salmonicultoras
Chile: La disponibilidad de aceite de pescado para la elaboración de dietas para salmónidos se ve amenazado por las bajas capturas de pesca, además del calentamiento global y los fenómenos climáticos.
Asegurar el suministro de aceite de pescado, rico en ácidos grasos omega 3 se ha convertido en un reto para la industria salmonicultora, a medida que la disponibilidad del insumo ha decrecido.
Una de las fuentes clave de estos ácidos grasos esenciales beneficiosos para la salud han sido las anchoas pescadas en los mares de Sudamérica. El calentamiento de las aguas a consecuencia del cambio climático y fenómenos como El Niño amenazan las capturas y ponen en riesgo el futuro crecimiento de la industria acuícola. “El crecimiento de la industria planteará problemas. Cuando se aumenta la producción de salmones, hace falta más alimento”, explica Marine Harvest, el mayor productor de salmones.
Costos
Hace 20 años empezaron los esfuerzos por reemplazar las proteínas del pescado por semillas y plantas oleaginosas como la soya y el girasol. Pero la búsqueda de fuentes alternativas de ácidos grasos omega 3 se ha convertido en un rompecabezas para la industria. “Se puede sembrar más soya, pero no se puede aumentar la pesca”, advierte Michael Liberty, un analista del grupo de datos de commodities Mintec.
Pero el aumento de los precios a más de US$ 2.500 por tonelada en su reciente peak ha llevado a los productores de pescado y a las empresas de alimentos a reducir el uso de aceite de pescado. Según Marine Harvest, la proporción de aceite de pescado en la dieta del salmón comercial de Noruega ha caído a 9% desde 24% en 1990.
Esto ha afectado al contenido de ácidos omega 3 del salmón de cultivo. Un estudio de la Universidad de Stirling reveló que los niveles promedios de DHA y EPA en el salmón de cultivo británico en 2015 se habían reducido a la mitad en diez años, a 1,36 gramos.
Alternativas
Pese a que una parte de los salmones de cultivo sigue presentando niveles de ácidos omega-3 que superan las recomendaciones de consumo diario de las autoridades sanitarias, los ejecutivos de la industria están preocupados por el futuro.
Ahora productores de alimentos para animales, comerciantes de productos agrícolas y productores de semillas tratan de introducir alternativas al aceite de pescado, recurriendo a las algas y semillas oleaginosas modificadas genéticamente como la soya y la colza.
TerraVia, una empresa de nutrición e ingredientes especiales de California, formó equipo con el trader neoyorquino Bunge para lanzar el año pasado un ingrediente derivado de las algas y rico en omega 3 para la dieta de los pescados, distribuido a través de BioMar.
El trader agrícola Archer Daniels Midland también ha introducido un producto basado en algas. Por su parte, el grupo holandés de nutrición DSM y la química alemana Evonik crearon el mes pasado un proyecto conjunto para fabricar un producto rico en omega 3 destinado a la acuicultura y derivado también de las algas.
Y empresas como Cargill, Monsanto y Dow Chemical están desarrollando semillas oleaginosas genéticamente modificadas como fuentes de ácidos omega 3 de cadena larga. “Es posible aumentar los niveles de omega-3 en el pescado sin extraer otros peces del océano”, afirma Walt Rakitsky, de TerraVia.
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