China presenta oportunidades para proveedores acuícolas chilenos
Chile: El gran expertise de compañías chilenas proveedoras de la industria salmonicultora, es el valor agregado que buscan productores acuícolas en China.
Durante la jornada de ayer, Prochile realizó en Santiago una rueda de negocios entre sus Directores Comerciales con empresas chilenas.
El organismo dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores hizo un llamado a las empresas proveedoras de servicios acuícolas en Chile a trabajar con ellos para ser apoyados en prospectar oportunidades con eventuales clientes. Una de las oportunidades presentadas para el clúster acuícola, es el desarrollo de productos y servicios en China.
China
A nivel general, China es el principal socio de Chile, concentrando un 28% del intercambio comercial, seguido por Estados Unidos (16%) y la Unión Europea (13%).
Para el caso de la industria salmonicultora -luego de Japón- China es el segundo país de destino más importante en Asia. En 2019, de acuerdo con cifras del Banco Central, Chile envió salmón por un total de US$ 269 millones a este país.
Con cerca de 1.390 millones de habitantes y un nivel de consumo de productos del mar al alza, el país asiático lleva algunos años explorando opciones de producción interna de salmónidos en tierra y en mar.
“China lleva varios años intentando desarrollar proyectos acuícolas en tierra sin mucho éxito, por lo que también ha orientado sus esfuerzos al cultivo de peces en altamar en jaulas sumergibles en el mar Amarillo. En cultivos en tierra, se han detectado desafíos respecto del suministro de agua a temperaturas adecuadas”, explica a Salmonexpert la abogada Natalia Cortés, directora Comercial de Chile en Beijing (China).
“Hay un gran interés de China en lograr resultados positivos en cuanto al cultivo de salmón, ya que la demanda por este producto seguirá en aumento”, añade la abogada y funcionaria de Prochile, quien lleva más de diez años viviendo en el gigante asiático.
Prochile se ha puesto en contacto con consultoras que les han comunicado acerca del interés de productores chinos en desarrollar proyectos salmonicultores en tierra y mar.
“Las empresas buscan soluciones competitivas, innovadoras y eficientes para la acuicultura. En esto, Chile tiene un gran valor agregado en línea con su trabajo con la industria salmonicultora: Hemos visto proyectos innovadores relacionados con el uso de cobre; sistemas de difusión de gases para tratamiento de aguas; y soluciones de fotoperiodo”, comenta Cortés.
“Sobre las empresas proveedoras chilenas, también se destaca la experiencia con grandes salmonicultores del país. Se necesitan empresas punteras en la industria, que piensen en las necesidades actuales y a futuro, tomando en cuenta especialmente factores como el calentamiento global. Deben ser empresa con miradas a largo plazo”, agrega la profesional.
En cuanto a las barreras que podrían significar la distancia, cultura e idioma, la representante de Prochile explica que éstas pueden ser balanceadas otorgando un servicio de alta calidad y competitividad.
Coronavirus
La expansión del Coronavirus ha impactado fuertemente a todas las áreas comerciales, hasta el punto que la industria salmonicultora nacional suspendió los envíos a China en febrero pasado.
Cortés asegura que ya se han empezado a restablecer algunas cadenas logísticas, mientras que las plataformas online de productos frescos vieron un aumento en sus ventas del orden del 300-400% en las últimas semanas, especialmente porque se hizo un llamado a evitar lugares públicos como restaurantes y supermercados.
“Lo que pensamos que quedará luego del Coronavirus es el cambio en las conductas adquisitivas: consumidores más digitalizados que llevan seis semanas comprando online, seguirán haciéndolo”, dice la abogada.
El rango de edad promedio del consumidor online se amplió. Antes estaba enfocado en personas bajo los 40 años, y ahora está alcanzando la generación de entre 40 a 60 años y 60 años y más, detalla la representante de ProChile.
Para Cortés, una importante sugerencia para las salmonicultoras chilenas, es reevaluar las estrategias comerciales, manteniendo un contacto directo y muy cercano con los importadores y clientes chinos para evaluar cómo enfrentar esta situación de la mejor manera, además de saber ser flexibles ante las nuevas demandas de mercado.