Nueva política acuícola: nuestro aporte como Consejo del Salmón
*Columna de opinión para Salmonexpert de Gonzalo Silva, director regional del Consejo del Salmón.
El pasado lunes 5 de julio se cerró el período de consulta ciudadana para elaborar una nueva Política Nacional de Acuicultura, convocada por la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura. La actual política data de 2003 y requiere ajustarse a los tiempos.
En el Consejo del Salmón -gremio que agrupa a AquaChile, Cermaq, Mowi y Salmones Aysén- hemos participado proactivamente en esta consulta, haciendo presente las motivaciones, valores y experiencias de una industria joven, pero consolidada.
Nuestro foco apunta a seguir fortaleciendo esta actividad de manera competitiva y sostenible. Queremos que las regiones donde realizamos nuestra actividad, y las comunidades que las habitan se desarrollen armónicamente, junto con potenciar a Chile como una potencia alimentaria. Para ello, es imprescindible que como país abordemos, con mirada constructiva de largo plazo, los desafíos del sector.
En este contexto, hemos planteado que esta nueva política sectorial debe articularse sobre cuatro objetivos. Uno, la sostenibilidad de la acuicultura, de cara a sus comunidades y del medio ambiente, como eje central. Dos, seguir siendo una importante fuente de empleo de calidad. Tres, contribuir a la mejor alimentación de más personas. Y, cuatro, incorporar más ciencia, tecnología e innovación.
¿Cómo creemos que podemos lograrlo? En el Consejo del Salmón hemos planteado la necesidad de contar con buenas políticas públicas y calidad regulatoria.
Es necesario que se revise de manera integral la regulación que afecta a la actividad, y para ello es fundamental que se establezcan estudios de impacto regulatorio para ir evaluando los costos y beneficios de cada regulación y, de forma tal, que la acuicultura local pueda mantener su competitividad internacional y preservar adecuadamente el entorno natural, social y sanitario en que se desenvuelve.
El nuevo contexto mundial y nacional también nos invita a contar con un Estado eficiente y facilitador. Por ejemplo, simplificar los trámites, permisos y procesos que debe enfrentar el privado en esta actividad y de forma de permitirle enfocar sus esfuerzos en la eficiencia productiva y en que surja el talento innovador.
Finalmente, planteamos la acción de un sector privado eficiente e innovador. Los productores acuícolas deben adoptar y promover los avances de la ciencia y tecnología, innovar en procesos y tener una adecuada gestión ambiental y sanitaria. Ello, con transparencia respecto de los procesos productivos de toda la cadena de valor, que es clave para fortalecer la confianza del consumidor.
La acuicultura es una actividad económica que genera progreso local, empleos de calidad y desarrollo regional. Y debe avanzar continuamente en su desarrollo sostenible, trabajando responsablemente, con mejores estándares, más ciencia, innovación y tecnología para ser parte de la solución ante el desafío alimentario mundial.
Debemos crear las condiciones adecuadas en el país para aprovechar la oportunidad y posicionar a Chile como potencia alimentaria mundial.