Todos debiésemos ser Pro-Pymes
*Columna de opinión para Salmonexpert de Zacarías Sharon, socio fundador de TecNovum.
Para mí, lo mágico de ser emprendedor es tener la oportunidad de crear una compañía con los valores que siempre soñaste para tu empresa. Del mismo modo que se aprende un oficio, se desarrolla una destreza y se potencia alguna habilidad personal o profesional, emprender también se aprende en gerundio, o sea, “emprendiendo”.
Está lleno de gente que ve oportunidades para cambiar cosas que no le gustan, pero son pocos los que deciden arremangarse la camisa y hacer algo al respecto. Para mí, la clave no es tener una habilidad distinta o que nadie posea, sino la determinación de ponerse a trabajar para cambiar aquello que no te gusta. En este ámbito, lo que falla no es la visión, sino que la actitud.
Personalmente, considero que llevar adelante un emprendimiento no es para cualquiera. Escucho a diario muchas personas decir, “quiero ser emprendedor para ser mi propio jefe”. Pero si como jefe vas a ser benigno contigo mismo, tu proyecto no va a funcionar. Es duro admitirlo, pero tu emprendimiento funcionará cuando te conviertas en el peor jefe del mundo para ti mismo, el más exigente, demandante e inconformista, después de esto, quizás tengas una chance para escalar tu negocio.
Hace unos días el Gobierno inició la segunda etapa del Plan Económico de Emergencia, un plan que nadie tiene aún muy claro cómo se aplicará, menos aún cuál será su “bajada” para salir en apoyo de las Pymes, un sector en donde el 60% de microempresas se encuentran sin acceso a financiamiento formal, y la banca sigue sin poder explicar lo que será la anhelada “tasa preferencial”, a pesar de todo esto, seguirá siendo más discutible la velocidad con que se apliquen estas medidas que su propia efectividad.
La pandemia “pateó el tablero” y el músculo adaptativo de las Pymes nuevamente se pone a prueba, en un escenario complejo, pero no escaso de oportunidades. A cualquier emprendimiento que no tenga cadera suficiente en cambiar o ajustar su modelo de negocio, generar alianzas que permitan mejorar su propuesta de valor, aumentar sus ingresos mediante nuevos canales de venta y distribución o retener el talento de su organización, le será muy difícil sobrevivir bajo el escenario actual.
Como socio fundador de TecNovum, he notado a través de nuestros clientes en acuicultura el inicio de un proceso de adopción tecnológica acelerada y en donde considero propicio desmitificar algunos conceptos y compartir mi opinión frente a algunas tendencias, que en honor a la verdad y discrepando con varios expertos, están bastante lejos de traducirse en una realidad.
1- El teletrabajo no afectará la empleabilidad de manera negativa. En nuestra historia evolutiva “siempre” los avances tecnológicos han sepultado algunas actividades del trabajo humano, eso no tiene nada de nuevo y seguirá siendo una constante. No conozco a nadie que hoy trabaje encendiendo faroles de kerosene o como telefonista. Debemos cambiar esa visión de: “la tecnología reducirá los puestos de trabajo”, por una diferente que entienda que “la tecnología nos liberará de muchos trabajos rutinarios, enriqueciendo nuestra labor y competencias”. Tendremos trabajos de mayor calidad y eso no debe asustar a nadie, sino más bien mantenernos en constante aprendizaje y preparándonos para que esa adaptación sea un proceso exitoso.
La ventaja de este punto, ya la estamos viendo, los trabajos “Freelance” se han disparado, mostrando un rápido crecimiento en todo el mundo. Hoy, como nunca antes, tu empresa tendrá la posibilidad de sumar al equipo a nuevos jugadores, con altas competencias, desde cualquier lugar del planeta y que te permitirán llegar mucho más lejos en tu emprendimiento, sobre todo si se trata de emprendimientos de base científicos / tecnológicos.
2- Lo he mencionado: antes de hablar de Transformación Digital, es necesario entender la Cultura Digital de las compañías, esa es la parte más importante de la adopción tecnológica y que pasa más por comprender cómo nuestra conducta es capaz de adaptarse a las nuevas necesidades de la organización, más que pretender que la inversión en software, robótica o inteligencia artificial resuelvan por sí solas el problema.
3- En días en que las IDEAS valen poco y la EJECUCIÓN lo es todo, vemos que los profesionales de altos cargos en las grandes empresas se están comenzando a incomodar, y es propicio arremangarse la camisa y demostrarle al equipo y directorio que aún salta para cabecear, más aún cuando en la banca existen profesionales muy entrenados y que han sido por siempre quienes hacen que las cosas sucedan, ejecutan de manera más rápida, eficiente y han jugado en muchas posiciones anteriormente, ellos también tendrán una gran oportunidad en toda este período de transformación que estamos viviendo y en donde la consigna es “menos directores y más ejecutores”. Esta crisis ha dejado al descubierto la maquinaria interna de cada organización y nos entrega la oportunidad de corregir y cambiar el rumbo de una compañía.
4- Y, por último, en momentos de crisis donde lo más prudente es innovar, debemos seguir trabajando en nuevas soluciones para la industria, pues la posibilidad de internacionalizar nuestros productos y servicios es absolutamente real. Por eso es importante incrementar en nivel de participación y el capital de riesgo del sector privado en líneas de innovación para la salmonicultura, ya que el desafío es mucho mayor que seguir hablando del pago a 30 días. Todos debiésemos ser Pro-Pymes si entendemos el real impacto que generamos, existimos gracias a miles de años de innovación y eso ha permitido al ser humano crecer y superar grandes crisis.