Una “nueva forma de pensar” los requerimientos nutricionales de salmónidos
Países Bajos: El profesor Brett Glencross establece que, a medida que aumentan los niveles de lípidos en los alimentos para peces, también se debe pensar en elevar los niveles de EPA y DHA omega-3.
Durante la segunda semana de diciembre, Veramaris impulsó un seminario web acerca de cómo el alza en niveles de EPA y DHA pueden mejorar la productividad de su acuicultura. En el encuentro, Brett Glencross, profesor de nutrición en el Instituto de Acuicultura de la Universidad de Stirling profundizó en "una nueva forma de pensar", en términos de mejorar la inclusión de ácidos grasos en el pescado.
“Tradicionalmente, siempre hemos definido los requerimientos de ácidos grasos en términos de porcentaje (o g/kg) de la dieta. Esta es la forma en que definimos la mayoría de los demás nutrientes. Sin embargo, hay otros nutrientes como los aminoácidos que se formulan en base al porcentaje de proteína”, establece.
“Esta nueva forma de pensar sobre los ácidos grasos esenciales, es similar a alinear los ácidos grasos con el contenido de lípidos, un poco como lo que hacemos con los aminoácidos. Lo que esto significa es que a medida que aumentamos los niveles de lípidos (grasas) en los alimentos para peces, también tendremos que pensar en aumentar los niveles de EPA y DHA omega-3”, añade Brett.
El académico expuso que Chile está por debajo de los "líderes", en cuanto al contenido de EPA y DHA (g/kg), enfatizando en que hay ciertos grupos de salmoniculturas en todo el mundo que han adoptado el enfoque de aumentar los niveles de EPA y DHA en sus alimentos.
“Uno de los casos notables son los acuicultores de las Islas Feroe, que también tienen una mortalidad de producción más baja. El uso de este alto nivel de EPA y DHA ha sido planteado por ellos y otros como una de las razones de este éxito", especifica.
Niveles ideales
Para Glencross, el nivel de EPA y DHA necesario depende claramente del nivel de lípidos en la dieta. El “porcentaje ideal” de inclusión de estos elementos, debe considerarse no en términos del alimento, sino más bien en términos del nivel de lípidos del alimento.
“Ahora hemos aprendido que a medida que los niveles de lípidos cambian a lo largo del ciclo de producción del pescado, de bajo a alto nivel, las cantidades generales de EPA y DHA también deben cambiar”, dice el experto.
Tendencias
Para el especialista en nutrición, hay varias tendencias principales que probablemente presenten desafíos importantes para la industria del cultivo del salmón, pero también están surgiendo soluciones a estos problemas.
“Cantidades finitas de aceite de pescado que conducen a una sustitución a gran escala con aceites vegetales y animales de menor calidad. Esto ha llevado a una reducción generalizada de los niveles de EPA y DHA en gran parte del salmón cultivado a nivel mundial”, explica.
A esto, “se suma el uso de aceites vegetales con altos niveles de omega-6 y especialmente ácido linoleico, lo que está aumentando los procesos de inflamación inherentes dentro del pescado, pero también reduciendo el valor nutricional de omega-3 del pescado desde una perspectiva humana”.
“Para abordar estas disminuciones en EPA y DHA, básicamente necesitamos encontrar nuevas fuentes para incluirlas en los alimentos acuícolas. Considero que los aceites de microalgas como el aceite Veramaris, y los aceites pesqueros derivados son la respuesta. Sin embargo, con los aceites de subproductos pesqueros también es importante garantizar la sostenibilidad y la cadena de custodia de la fuente original. A su vez algunos de los cultivos modificados genéticamente también son interesantes, pero todavía tienen demasiado omega-6 y ácido linoleico”, finaliza Brett.