Jóvenes emprenden con foco en economía circular de residuos de la salmonicultura
Chile: Un grupo de ayseninos levantó la compañía Cisne Verde, y gracias al impulso de un proyecto Corfo, desarrollaron la idea de crear planchas para la construcción, ello con elementos de la industria acuícola.
Cisne Verde nace en el 2020 como una iniciativa de jóvenes emprendedores, con el objetivo de reciclar los residuos en Puerto Cisnes, Región de Aysén. Gracias a un terreno entregado en comodato ubicado en el centro de la ciudad, pudieron desarrollar una pequeña planta de tratamiento y generar investigación en torno a los residuos.
“Para contener estos residuos, una concejala de Puerto Cisnes y la empresa AquaChile nos donó contenedores. Allí comenzamos a reunir botellas plásticas y latas de aluminio”, comenta a Salmonexpert, Martin Luco, socio fundador de Cisne Verde.
Paralelamente, otro de los socios fundadores compró una máquina trituradora para plásticos, con la idea de disminuir el volumen que de generaba. “Sin embargo, aún no teníamos un sentido de que hacer, como generarles valor a estos residuos. Por lo tanto, decidimos formalizaron como empresa y dedicarnos a la impresión 3D. Con ello, pudimos ser parte de un proyecto que Corfo que estaba llevando a cabo el Fablab de la Universidad de Aysén, para el cual elaboramos cerca de 1.000 escudos faciales que fueron donados a servicio de salud”, explica Luco.
El joven emprendedor manifiesta que en todo este tiempo han tenido mucho apoyo de AquaChile. “Una de nuestras socias fundadoras postuló a un fondo concursable de la empresa con el objetivo de adquirir maquinaria que transforma los residuos en objetos de valor, a pequeña escala. Con ello, fuimos experimentando con diferentes plásticos y comenzó a materializarse este proyecto de economía circular Cisne Verde, que también involucró a la comunidad quien nos proveía de ‘residuos’ y generamos vínculos con un comité medioambiental que nos apoyó en entregar la información de cómo necesitábamos que nos entregaran los residuos plásticos domiciliarios”.
Todo esto, según Martín, les entregó mucho más conocimiento de cómo tratar los residuos y cómo convertirlos, en particular para disminuir el volumen que ocupaban. “Esto sin duda, para resolver el problema de disposición de estos residuos en vertederos, ya que se utiliza mucho suelo y perfectamente puede ser destinado para otros fines productivos”.
Residuos para construir
Fue así como Cisne Verde realizó gestiones y postuló a la iniciativa de Corfo “Conecta y Colabora”, conectándose con la Universidad de Aysén -entidad con la cual ya había un vínculo-, con la empresa Reciklast que fabrica máquinas y con la compañía productora de salmón AquaChile. “Con ellos, generamos un proyecto que venía a solucionar dos problemas. En primer lugar, el alza de los materiales de construcción, lo que se nota aún más en zonas como Puerto Cisnes, que están más alejadas y el costo del transporte influye mucho más en su precio final. Y el segundo problema es la alta generación de residuos industriales acuícolas que se da en esta zona”.
En este escenario, desarrollaron la idea de planchas para la construcción, que pudiesen ser una solución real de revestimiento interior y exterior. “Ya habiendo trabajado con el HDPE y sabiendo que con este material tuvimos los mejores resultados, pues habíamos elaborado posavasos y vimos que este material servía. Además, teníamos la experiencia de haber compartido con la comunidad de Reciklast y su comunidad Precious Plastic, quienes nos compartieron todo su conocimiento y todos sus diseños, para que cualquier persona, a pequeña escala pudiera reciclar”, detalla el socio fundador de Cisne Verde.
Este proyecto tiene una duración de un año y ya se encuentran en el octavo mes de ejecución. “Hicimos un análisis de los residuos industriales acuícolas y en base a esa investigación, con el apoyo de AquaChile, pudimos contratar un profesional para rediseñar estas máquinas que proponía la comunidad Precius Plastics y así adaptarlas a los residuos acuícolas en base a los resultados de la investigación. Con ello, generamos una innovación que nos permitió máquinas más adecuadas y actualmente se están haciendo las pruebas de estas en Santiago”, menciona Martín Luco.
Igualmente, han contado con el apoyo del jefe del Fablab de la Universidad de Aysén y el profesional contratado para este proyecto, quienes se encuentran revisando los componentes, el material resultante, las temperaturas que genera la máquina, los sensores de presión. “Además, el área de trabajo que se necesita y las herramientas óptimas para trabajar. Una vez que se generen estas observaciones y se termine este proceso, traeremos las máquinas a Puerto Cisnes para que podamos implementarlas, lo que coincidirá con el fin de la construcción del espacio físico”, argumenta e profesional.
Finalmente, Martin destaca el trabajo colaborativo que se puede dar en la Región de Aysén en cuanto a economía circular. “Si generamos un buen producto, muchos emprendimientos de esta zona se pueden impulsar. Además, si podemos desarrollar una planta que trate estos residuos y los convierta en algo de valor, disminuimos la huella de carbono pues no tendremos que enviar a Santiago estos residuos”.