Consultor Carlos Wurmann. Foto: Cedida.

¿Por qué la acuicultura no es importante en programas de candidatos presidenciales?

Chile: “Si la acuicultura no es un rubro simpático desde el punto de vista de la aceptación comunitaria, mal puede pedir a los políticos que hagan propuestas muy creativas”, afirma el consultor Carlos Wurman. 

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“Estamos viendo hoy el precio de lo que ha significado una actitud lejana de los productores en relación con las comunidades donde están insertas. Eso es un error que tiene que ser resuelto, no con campañas de publicidad, sino que con información de qué es, qué puede ofrecer la acuicultura, sin esconder los problemas que está generando y que van a ser resueltos”, dice Carlos Wurman, director ejecutivo de Award Consultores Internacionales Acuicultura y Pesca e integrante del Comité Ejecutivo del Centro Internacional de Estudios Estratégicos para la Acuicultura, en entrevista con Salmonexpert y consultado por la ausencia casi total esta industria en los programas de Gobierno de los candidatos presidenciales.

“Un problema de toda la industria que no hemos sabido trabajar mejor”, “debería estar aliada a la comunidad para seguir desarrollándose”, reflexiona el experto y agrega, “si la acuicultura no es un rubro simpático desde el punto de vista de la aceptación comunitaria, mal le puede pedir a los políticos, que lo único que buscan es la simpatía de la gente para ganar votos, que hagan propuestas muy creativas en relación al desarrollo de la acuicultura, porque saben que hay una presión muy fuerte de las ONGs y de otro tipo de organizaciones, de todo tipo. Yo creo que es explicable”.

Dicha ausencia en la agenda pública, afirma el especialista, radica en que “tenemos un país en el que no se le ha dado suficiente importancia a la acuicultura de pequeña escala. Me parece de una injusticia tremenda. No hay estatutos que permitan igualar la cancha para el pequeño, mediano y gran productor. Yo creo que Chile está en deuda con los pequeños y medianos productores y eso hay que subsanarlo. Para que podamos tener una mejor oferta de productos pesqueros en el mercado doméstico”.

Respecto de los retos de la salmonicultura para las siguientes dos décadas, Wurman apunta a los desafíos sanitarios, las relaciones con otros actores del borde costero, con las comunidades y una oposición fuerte medioambientalista a que se siga expandiendo la producción, pese a que “la industria necesita expandirse porque para Chile sería fatal ir perdiendo su posicionamiento en los mercados”.

Asimismo, el director ejecutivo de Award Consultores se muestra preocupado también de la insuficiente inversión de Chile en su futuro tecnológico, “buscando la competitividad de aquí a 5, 10, 15 años plazo”, lo que ve “como una tremenda amenaza para la salmonicultura chilena”. “Ante la irrupción de las nuevas técnicas de producción de salmón en tierra firme en distintos mercados, como el mercado norteamericano que van a competir mucho con las exportaciones chilenas, los productores chilenos no están todavía preparados para ese tipo de competencia y el sistema se va a tener que ajustar”.

“Definitivamente estamos muy atrasados y vamos a llegar tarde a la fiesta”, advierte el experto consultado por el estado de avance en Chile de tecnologías como la recirculación o el cultivo en alta mar. “Pienso que la Corfo ha sido la que ha tenido que mover el péndulo de la necesidad para invitar a empresarios a meterse en estas nuevas tecnologías” que por iniciativa propia debiera haber tomado la propia industria, recalca, “máxime que muchos de los inversionistas en salmonicultura en Chile tienen capitales noruegos, donde está pasando la mayor parte de este proceso innovativo”.

Una lentitud que también muestra el sector público, según el especialista. Y lo ejemplifica con la falta de legislación que diga cuándo y dónde se puede hacer acuicultura oceánica, aunque sostiene que, en general, “hay una cadena de un pobre entendimiento de cuáles son estos desafíos y eso me preocupa tremendamente”, porque no es un factor que pueda enfrentar sola la industria. Tienen que estar el Gobierno, las comunidades, las regiones, todos mancomunadamente haciendo su esfuerzo donde corresponda para ponerse al día. “Yo creo que al paso que vamos, vamos mal”.

Wurmann alerta que “están partiendo en Noruega con proyectos gigantescos en tierra, porque también a ellos les cuesta conseguir concesiones marítimas y son muy caras. Están generando toda una dinámica, que está modificando la forma de producción, no solamente en Noruega, sino que van a salir y con este empuje van a meterse en Canadá, en Estados Unidos, en algunos países de Asia, probablemente”, lo que “nos va a complicar muchísimo”.