Capital de Riesgo Corporativo: poniendo la mesa para innovar
*Columna de opinión para Salmonexpert de Zacarías Sharon, socio fundador de TecNovum.
Después de muchos intentos para conseguir una reunión con un ejecutivo salmonicultor, nuestra expectativa se había reducido únicamente a lograr escasos cinco minutos de su apretada agenda para darle a conocer nuestra innovación, un desarrollo tecnológico que le permitiría (según nosotros) lograr múltiples beneficios y hacerse cargo de una problemática hasta entonces no resuelta.
Nos mantuvimos al acecho durante meses, en el intertanto, varios correos electrónicos, llamadas perdidas sin respuesta, hasta que finalmente, y rompiendo cualquier código comercial de formalidad para un primer acercamiento, le escribí a su WhatsApp …“bueno, entonces nos vemos el viernes 10 am. en tu oficina“. Al cabo de unas horas, recibo la respuesta “sí, a las 10 am. está bien, saludos”.
Ya han pasado tres años de una relación cliente/proveedor que hemos sabido cultivar, pero que en honor a la verdad, la entrada para desarrollar nuestra tecnología se nos concedió solamente porque el ejecutivo creyó haberse olvidado de una reunión que jamás tuvo en agenda.
Son muchos emprendedores y startup tecnológicas con quienes hemos compartido relatos muy similares, en donde existen múltiples barreras de entrada que se deben derribar para lograr desarrollar más y mejores innovaciones. Desde coordinar una reunión, devolver la llamada y saber decir que no, hasta generar alianzas estratégicas, vinculación con las áreas del conocimiento a través del desarrollo científico y tecnológico, y la política empresarial como el capital de riesgo corporativo (Corporate Venture Capital CVC, en sus siglas en inglés) para invertir en startups tecnológicas, que tengan las capacidades de desarrollar nuevas y mejores soluciones para la acuicultura del futuro.
Más adelante me referiré al CVC, una figura de inversión que ha tenido un rápido crecimiento a nivel mundial y muy buenos resultados en las organizaciones que han decidido optar por este modelo.
Al visualizar el cronograma de innovación desde los años 60’ con las misiones técnicas a Japón y hasta la actualidad, nos podría parecer que estamos hablando de un sector compuesto por organizaciones dinámicas con altas capacidades y destrezas para la adopción y desarrollo de innovaciones, pero esto está lejos de ser cierto, pues la tasa de innovación en Chile es decreciente.
El porcentaje de empresas que innovan en el país se reduce año tras año y hemos pasado del 24,8% en el 2007 a un 15,1% en el 2018 (promedio nacional comparativo, encuesta Minecom).
Por otra parte, la expectativa de vida de las empresas sigue en descenso, donde actualmente no logran celebrar los 12 años de vida (índice S&P 500, Universidad de Yale). Todo esto nos propone que la innovación empresarial dejó de ser un tema netamente de rentabilidad y eficiencia, y pasó a convertirse en un socio mayoritario con la capacidad de transformar el sector mediante el conocimiento, la estrategia y adaptación.
En Chile, el principal inversor en Capital de Riesgo sigue siendo por lejos Corfo, que cuenta con diversos instrumentos tanto para el apoyo financiero, como también práctico. Sin embargo, sus esfuerzos no son suficientes y la metodología de asignación de recursos bajo una estrategia conocida como “spray and pray” (rociar y rezar), no ha logrado una buena conversión si aplicamos criterios de cantidad y calidad de innovaciones que se generan en el país.
Entonces, ¿cuáles son las ventajas del CVC en la acuicultura? Corporate Venture Capital (CVC) se denomina a la inversión minoritaria que realiza una compañía grande en una empresa joven o nueva, es dinero inteligente dado que las inversiones suelen acompañarse de diversos tipos de apoyo que no necesariamente resultan ser financieros.
El CVC permite a las empresas privadas conectarse con jugadores de alto valor que se encuentran fuera de la compañía, sumando ojos y oídos de expertos en diversas áreas del conocimiento para estar mejor conectados con el negocio.
El CVC es un mecanismo para atraer talento, generando sinergia y colaboración, para lo cual, los dueños y ejecutivos corporativos de la acuicultura deben comprender cómo hacer negocios con las startups que son quienes lideran la innovación.
Por tanto, la invitación es ahora: llegó el turno en donde la empresa privada pondrá la mesa para dar curso a las grandes innovaciones que están por descubrirse para la acuicultura del 2050.