Startup apoya el camino de las empresas hacia la carbononeutralidad

La idea de implementar Zero Company venía gestándose hacía algunos años, hasta que el 2021 pudo concretarse, con el objetivo de apoyar a las empresas en su camino a la carbononeutralidad.

Esto lo realizan a través de varias actividades. “Pero la principal es el desarrollo de un software que se conecta a los datos de la empresa, a los sistemas de gestión, obtiene la información, y calcula inmediatamente la huella de carbono. Esto, para entregarles el tiempo a las empresas para que desarrollen medidas de reducción de emisiones más que la preocupación del cálculo de cuánto emiten”, comenta a Salmonexpert Eduardo Acuña, CEO de Zero Company.

A juicio del profesional, estamos viviendo una década crítica en la lucha contra el calentamiento global. “En la COP 26, Chile se comprometió a ser carbono neutral al 2050, pero no ha habido una bajada de estos compromisos a las empresas, y debe haberlo, ya que son las que están en la front line de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)”.

Para Acuña, el calentamiento global es un problema matemático, es decir, cuánto la humanidad emite para producir bienes y servicios y cuánto los ecosistemas son capaces de absorber. “Las empresas son quienes toman las decisiones de cómo se proveen de energía, cómo hacen el transporte de sus materias primas y productos finales, cuáles son sus proveedores y si esos proveedores tienen medidas o acciones de reducción de emisiones”, recalca el ejecutivo, agregando que Zero Company apoya esta toma de decisiones de un futuro con cero emisiones, “pero no el sentido abstracto, sino que elegir qué energía consumir, qué transporte utilizar, cuál será el proceso de manufactura, quienes serán los proveedores”.

El servicio que ofrece la compañía identifica los distintos hot spots de una empresa, ya sea del rubro de la salmonicultura, agricultura, minería, forestal, metalúrgica. “Identificando estos puntos críticos, las gerencias de sustentabilidad pueden optar por desarrollar diversas medidas, cambio de proveedor, cambiar la manera de producir, elección de otras materias primas. Y esto, varía el pool de emisiones de una empresa”, indica Acuña.

Zero Company ha puesto su enfoque en empresas chilenas manufactureras. “Por ejemplo, la salmonicultura, así como la agricultura, son industrias exportadoras. Y desde hace un tiempo, los principales mercados de exportación, particularmente europeos están poniendo impuestos (carbon tax) a las importaciones en términos de carbono, tratando de que no hayan ‘fugas de carbono’. Es decir, el importador tiene que comprar un certificado de que la empresa a la que le está comprando bienes y servicios, está desarrollando medidas de reducción de emisiones”.

Según Eduardo Acuña, hasta ahora el cálculo de la huella de carbono es voluntario. “Pero con esta regulación, ya no será voluntario, sino que competitivo. Si las salmonicultoras que quieran exportar y no tengan medidas de reducción de emisiones, dejarán de ser competitivas”.

Acuerdo de Producción Limpia

En octubre de 2021, 23 empresas vinculadas SalmonChile y la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático de Corfo, firmaron el Acuerdo de Producción Limpia (APL) “Estrategia de Cambio Climático y Economía Circular para el sector salmonero de las regiones de Los Lagos y Aysén”, que busca hacerse cargo de los impactos de la industria y mejorar sus prácticas en toda la cadena productiva.

“Una de las metas de este APL es medir y reducir la emisión de GEI, en términos de huella de carbono. En base a esto, nació la idea participar de Inmersión Acuicultura, programa apoyado por Corfo, cuyo desafío central era convocar a empresas que dieran solución a esta problemática. Gracias a esta iniciativa, hemos concretado pilotos con dos empresas salmonicultoras. Una en una piscicultura donde mediremos la huella de carbono del proceso desde se compra la ova hasta la transferencia a agua de mar. Y con la otra compañía, desarrollaremos la medición en etapa de cosecha”, asevera el ejecutivo.

De acuerdo con lo expuesto por Acuña, la huella de carbono se mide una vez al año, lo que no es eficiente. “El software mide todos los meses, a medida que se registra cada movimiento contable, tomamos la información y hacemos la traducción a impacto ambiental que es emisión de GEI. Con el análisis, podemos identificar qué proveedor emite más que otro. Pero nuestro objetivo no es que este desarrollo que estamos haciendo le competa solo a la empresa mandante, sino que a toda su cadena de suministros, internos y externos, e involucrarlos en el proceso, que sea un trabajo colaborativo”, puntualiza, agregando que “es muy importante que los proveedores se alineen en este objetivo de la empresa productora”.