Consagración del Maritorio en la nueva Constitución
*Columna de opinión para Salmonexpert de Harry Jürgensen Caesar, Convencional Constitucional Distrito 25.
Encontrar algo positivo en la nueva Carta Magna que regirá al país por los próximos siglos es sumamente difícil, literalmente, es como encontrar una aguja en un pajar. Hemos tenido jornadas maratónicas de discusión, donde francamente es muy difícil comprender que la mayoría circunstancial y de extrema izquierda que maneja a su antojo la Convención Constitucional insista en refundar Chile y derribar todo lo que hemos construido.
Parece una pesadilla, pero una parte de los chilenos, incluido el actual Presidente prefiere que en Chile se instale un Estado Plurinacional, indigenista y ecologista que no otorga certeza a los inversionistas y atenta contra el derecho de propiedad.
Pese a este panorama incierto y complejo mi labor como convencional del Distrito 25 no ha decaído, no hemos bajado los brazos, sigo trabajando y presentando propuestas de normas, indicaciones y todo lo que esté a mi alcance para dejar un país donde las próximas generaciones puedan seguir viviendo, aunque se ve complejo.
Una de las más de 300 propuestas que presenté, fue la consagración del establecimiento del Maritorio para que el Estado de Chile reconozca la existencia del Maritorio como una categoría jurídica que, al igual que el territorio, debe contar con regulación normativa específica, que reconozca sus características propias en los ámbitos social, cultural, medioambiental y económico.
No exento de polémicas, mi proyecto consiguió un 84% de aprobación en la discusión general de la comisión Forma de Estado de la Convención Constitucional, con votos de izquierda y derecha. Sin embargo, para llegar a eso tuve que elevar la voz, reclamé, a los coordinadores de la Comisión 3 (sobre Forma de Estado), de privilegiar propuestas presentadas por otros colectivos distintos a las de Vamos por Chile no respetando las normas de trabajo ya establecidas.
Se dio la posibilidad de que otra propuesta similar avance de forma paralela en otra comisión, evidenciando una falta de criterio e inconsecuencia en la aplicación de los reglamentos de la Convención, con el único objetivo de beneficiar otras propuestas.
Pese a ello, hoy el “borrador de Nueva Constitución” considera mi propuesta en el artículo 152: “El Estado de Chile reconoce la existencia del maritorio como una categoría jurídica que, al igual que el territorio, debe contar con regulación normativa específica, que reconozca sus características propias en los ámbitos social, cultural, medioambiental y económico. Una ley establecerá la división administrativa del maritorio y los principios básicos que deberán informar los cuerpos legales que materialicen su institucionalización”.
Es un gran valor que una propuesta que no surge de los grupos mayoritarios obtenga los 2/3, pero al parecer entendieron que es fundamental que la Nueva Constitución reconozca el carácter oceánico de Chile para ejercer la soberanía y la jurisdicción sobre los diferentes espacios marítimos que tiene nuestro país, a objeto de impulsar la protección a ecosistemas y mejorar la calidad de vida de la gente de mar que tanto aprecio.
Es importante reconocer el fondo marino como un bien común y que el Estado pueda entregarlo para su uso, para el ejercicio de la acuicultura y para todo lo relacionado con el mejor manejo de las áreas marítimas para la explotación de los recursos pesqueros y reconocerlo como un patrimonio y gran fuente de producción de alimentos para Chile y para el mundo.
Chile es una potencia alimentaria –o eso éramos hasta hace un tiempo- y sus productos, alimentan a millones de personas en el mundo, lo que obliga a la industria a garantizar procesos productivos más sustentables y respetuosos del medioambiente.
Hace casi cuatro décadas comenzó a desarrollarse la salmonicultura en nuestro país. Hoy, es un joint venture inédito entre el Estado y un grupo de emprendedores, que ha permitido el desarrollo de uno de los sectores productivos más pujantes de Chile y que cuenta con un gran carácter regionalista y descentralizador, que ha permitido la generación de más de 4.000 pymes que se desarrollan en torno a la actividad.
Nuestro planeta está cubierto en un 70% de agua de los océanos, pero solo un 2% de los alimentos proviene de la acuicultura. El futuro del mundo está en el océano y Chile tiene ventajas competitivas y comparativas relevantes para desarrollar acuicultura sustentable. Es nuestro deber entregar las garantías para que Chile se siga desarrollando y nuestra gente de mar tenga las garantías para seguir trabajando y alimentando al mundo.
Sin embargo, es nuestro deber también tomar una decisión consciente cuando llegue la hora de decidir lo que queremos para nuestro Chile lindo y querido.
Viva Chile.