"En el caso del salmón no está en la mesa de los chilenos por su precio"

El Día Internacional de la Acuicultura se internalizó hace pocos años en Chile. Desde el 2015 que académicos del área comenzaron a activarlo y hace cuatro años, aproximadamente, el Grupo de Trabajo de Acuicultura del Comité Oceanográfico Nacional (CONA), presidido por Marcelo Campos, adoptó esta celebración cada 30 de noviembre, con charlas y exposiciones en la Universidad de Valparaíso.

Este año, la celebración de este día coincide con la realización del VIII Congreso Nacional de Acuicultura, organizado por la Sociedad Chilena de Acuicultura (SChAcui) y que se desarrolla desde la Universidad Católica de Temuco, vía online.

Para Antonio Vélez, presidente de la SChAcui, el aporte que realiza Chile a la acuicultura mundial es importante, “pero podría ser mucho más. Nuestro país, más que un país acuicultor es uno salmonicultor. Somos el segundo productor mundial de esta especie, pero no debemos olvidar que también somos el segundo productor mundial de mitílidos. Con esto, nuestra acuicultura así como muchas de nuestras actividades productivas, ha estado orientada a la exportación”.

Vélez es bastante crítico en señalar que si bien Chile es Top Ten en producción de productos del mar, ya sea por cultivos o capturas “no somos Top Ten en consumo interno y no hay políticas públicas que lo estimulen. No existe una preocupación concreta, independiente del Gobierno de turno, de que los productos del mar lleguen, por ejemplo, a la alimentación de nuestros niños”.

El académico hizo hincapié en que esa materia es un gran desafío para Chile. “En el caso del salmón, es un gran producto de exportación, genera divisas y recursos para el país, pero no está en la mesa de los chilenos por su precio. Pero sí está en muchos otros mercados, aportando a la alimentación mundial. Por otra parte, me gustaría ver que la diversificación acuícola, las nuevas especies y nuevos recursos, orientados a la zona centro y norte de nuestro país, estuviesen dedicados no solamente a la exportación, sino que al consumo local”.

Según planteó Vélez, Chile posee excepcionales recursos para diversificarse en materia de acuicultura. “Muchos de estos cultivos son a pequeña escala, pero tienen potencial de escalamiento como los ostiones, la ostra del pacífico, los mitílidos, la corvina, palometa, lenguado, entre otros. Hay tecnología en Chile para producir estas especies, y así también otras especies que esperamos estén destinadas a ser producidos de manera tal que puedan ser orientados al consumo interno”.

Consumo de salmón

Acercar el salmón a los chilenos y que su consumo local se incremente ha sido un gran desafío para la industria. Para Vélez, la limitante siempre ha sido el precio. “Se ve como un recurso lejano. Sí, genera divisas, genera trabajo, nadie lo puede negar. Pero como dijo Mario Montanari, genera un papel verde llamado dólar, que llega al país, se transforma en pesos y paga sueldos y con esos sueldos la gente va al supermercado a comprar pollo. No debiera ser un lujo comer salmón en Chile. Y es increíble que este producto lo encuentres más barato en el extranjero que en nuestro propio país”.

Finalmente, el presidente de la SChAcui enfatizó en lo necesario que es que el Estado se preocupe que, más allá del negocio y retornos que pueda aportar la exportación de un recurso, ya sea salmón, mitílidos u otros peces y moluscos, se preocupe de la nutrición de los chilenos, haciendo concretas campañas y facilitando políticas públicas reales para que el consumo per cápita de productos del mar en Chile aumente. “Hay muchos nichos a los que se pueden apuntar como colegios, hospitales, universidades, faenas mineras, entre otras, donde la incorporación de productos del mar sería un real beneficio”.