¿Por dónde comenzar la Transformación Digital de la salmonicultura?
*Columna de opinión para Salmonexpert de Enrique Bravo, gerente Data Analytics en la empresa Everis y profesor MBE en la Universidad de Chile.
En los últimos años, en Chile se ha visto un cambio importante en los mercados tradicionalmente controlados por grandes empresas, tales como Telecomunicaciones y Retail. Nuevos competidores han conquistado segmentos de clientes antes cautivos y han cambiado las reglas del juego, haciendo que las empresas tradicionales inviertan tiempo y dinero en poder, a través de la tecnología, recuperar el terreno perdido. La pregunta es qué tenemos que hacer para estar preparados a estos cambios que pueden afectar el desempeño de nuestras empresas.
Para sobrevivir a un cambio, lo mejor es estar preparados e invertir hoy en hacer los procesos productivos más eficientes a través de la tecnología, mejorando también el producto final. Esto tal vez resulte fácil decirlo, pero la pregunta es: ¿por dónde comenzar esta transformación?
Hay variadas historias -más que estrategias- en las que se repite un factor común: si no existe una necesidad o dolor real en la empresa por el cual valga la pena embarcarse en este proceso de evolución, la iniciativa tiene altas probabilidades de fracasar. La razón es que un esfuerzo como este, con impactos transversales en la organización, se espera que traiga beneficios acordes. El problema es que la trasformación digital es un proceso evolutivo, donde los primeros resultados normalmente no cumplen las expectativas, debido a variados factores tales como la falta de entrenamiento del personal, nuevos procesos de negocio no testeados, calidad de datos, cambios de prioridad en la organización, entre otros.
En el caso, por ejemplo, de la industria del salmón, mi recomendación es identificar los dolores más importantes de la empresa, a lo largo de toda la cadena de valor. Desde la producción de alimentos, el proceso de siembra y crecimiento, hasta la extracción, procesamiento y venta. Tiene que detectarse ese algo que realmente sea una piedra en el zapato o alguna oportunidad del tipo “Low Hanging Fruit”, o la oportunidad que todo el mundo sabe que es la más fácil de implementar, y que puede traer beneficios a corto plazo.
Luego, es momento de ver cómo estos procesos identificados se pueden mejorar a través de la tecnología, analizando la tecnología necesaria y el impacto que tendría en la empresa la mejora una vez que se ejecute. Aquí otra recomendación es siempre, siempre, definir los KPIs con que se medirán los impactos del proyecto, antes de comenzar. Un error recurrente es que, si se definen al final, se tienden a ajustar para cumplir con los objetivos.
Otro punto relevante, y al que dedico gran parte de mi tiempo, son los datos. La calidad de los datos en función de su limpieza e integridad es fundamental para que los procesos a mejorar sean alimentados con información confiable. En este punto es importante entender que las mejoras son graduales. Al comienzo, en general los datos no están lo suficientemente preparados para entregar resultados de acuerdo con las expectativas. Pero también hay que pensar que luego de la primera iteración, todo lo que viene es mejora.
Finalmente, pero no menos importante, es poner foco en a las personas y la cultura organizacional para el proceso de cambio. Capacitación, Gestión del Cambio y Metodología Ágil son conceptos fundamentales en estos ámbitos.
La transformación digital es un camino que tarde o temprano todas las empresas recorrerán, por lo tanto, los invito a reflexionar y a conversar para ver en qué momento comenzar.