Colaboración, la ruta para transformar la salmonicultura
*Columna de opinión para Salmonexpert de Juan Manuel Grünwald, Selección y Crecimiento en Endeavor Patagonia.
La industria salmonicultora presenta grandes oportunidades para nuestro país. De cara al futuro, si queremos alimentar al mundo, necesitamos ahora cultivar más alimentos con menos recursos y encontrar soluciones e ideas que ayuden a potenciar la forma en que la industria produce estos alimentos.
En Chile, están surgiendo proyectos escalables y con potencial de implantar la industria con los valores del triple impacto, para ello es importante crear los espacios para que estas soluciones escalen, creen impacto positivo y tengan la oportunidad de cambiar el paradigma que aún muchos tenemos en nuestra mente cuando hablamos de la acuicultura.
Chile es uno de los productores líderes de salmón en el mundo y existen cientos de actores contribuyendo a hacer de esta industria más sostenible, por ejemplo, los productores están digitalizándose y tienen más herramientas para optimizar sus negocios a través de inteligencia artificial, machine learning o data science.
Por su parte, los emprendedores hacen posible el fortalecimiento de la cadena de valor en términos de eficiencia productiva, trazabilidad, circularidad, gestión de personas, conocimiento, seguridad, inteligencia, entre otros. Estamos en el momento preciso para masificar esta transformación y la única forma de hacerlo es entendiendo el enorme potencial que existe en el campo de la acuicultura, en las comunidades y en los emprendedores de todas las etapas, desde pyme hasta scaleups.
Es cierto que la industria presenta desafíos complejos que muchas veces requieren soluciones complejas y a pesar de que aún queda camino por recorrer, los avances en los últimos años son destacables. Los esfuerzos de los emprendedores y productores por mejorar la gestión adecuada de recursos hídricos y energéticos, el desarrollo de nuevas tecnologías de producción y/o procesamiento, la prioridad de preocuparse sobre la salud animal y vegetal, el desperdicio de comida, la recuperación del fondo marino, seguridad alimentaria y el fomento de modelos de negocios basados en economía circular, son algunos ejemplos que muestran la preocupación del ecosistema por ponerse al día en los desafíos que aún quedan.
Hoy necesitamos una acuicultura capaz de ver en los emprendedores la posibilidad de moverse rápido, de adaptarse y de generar valor en el corto plazo, entregarles apoyo y espacio para que sus negocios escalen y puedan enfrentar los desafíos con los que hoy se encuentran en materia de gestión. Esta es la forma de avanzar de manera innovadora en las soluciones que enfrenta la industria y a su vez tener cada día más scaleups y startups generando impacto.
Otro de los desafíos a los que se enfrentan las empresas proveedoras de la acuicultura es el trato con los productores. La incertidumbre y falta de estabilidad en el flujo de caja por la escasez de contratos, sumado a la escasa (y costosa) mano de obra, las extremas condiciones en las que algunos operan, el elevado costo del transporte y la materia prima, las regulaciones, los competidores externos, hacen que muchas veces no puedan seguir operando y queden fuera del flujo capital humano y recursos valiosos.
Las empresas tradicionales tienen mucho que aprender de las startups y scaleups, y a su vez los emprendedores requieren de la experiencia y las capacidades de estas empresas para crecer, por ello, el pilar fundamental para tener una industria salmonicultora es la colaboración entre sus actores: productores, proveedores, trabajadores, comunidades locales, instituciones públicas, privadas y gubernamentales.
Las personas son las que componen estas entidades y es fundamental generar el vínculo entre ellas, contribuyendo para generar una red que sostenga el desarrollo, el crecimiento, el diálogo y el apoyo mutuo.