Detallan avances de tecnología para reconocimiento facial de salmones
Noruega: El innovador desarrollo acuícola permite que, si se extraen 100 peces al azar de una jaula de cultivo, 96 están correctamente identificados por la respectiva máquina.
Los investigadores de Sintef y la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU) están desarrollando un programa basado en inteligencia artificial (IA), que reconoce al individuo automáticamente.
Al adaptar la tecnología de inteligencia artificial existente que reconoce rostros en humanos, los investigadores aprenderán más sobre los peces de cultivo noruegos y cómo se sienten realmente, informa el medio asociado a Salmonexpert, Kyst.no.
Bjørn Magnus Mathisen, investigador de Sintef, explicó durante su presentación en el seminario web de IA en acuicultura organizado por HavExpo realizado la semana pasada, que hasta ahora el porcentaje de aciertos es un poco más de 96. Esto significa que si se extraen 100 salmones al azar de la jaula, que en total pueden contener más de 100.000 individuos, 96 están correctamente identificados.
“No estamos seguros de cómo reconocen realmente al salmón, pero tenemos la teoría de que es a través de las manchas de pigmento en la cara”, dice el experto. Cada salmón tiene un patrón de pigmento distintivo, al igual que el guepardo y la jirafa, entre otros animales.
Inspirado por las células nerviosas del cerebro
Para analizar imágenes de salmón procedentes de cámaras submarinas, Mathisen utiliza las llamadas redes neuronales profundas.
Las redes neuronales son una forma de aprendizaje automático que se inspira en la forma en que se organizan las células nerviosas del cerebro. Las redes pueden identificar animales, personas y objetos a través del sonido y las imágenes, lo que ha resultado difícil de hacer de forma puramente matemática.
No se puede decir a una máquina cómo ver la diferencia en cada pez individual. Como los humanos, debe aprenderlo por sí misma. “Metodológicamente, las máquinas aprenden un poco de la misma forma que los humanos. Aprendemos al ver las diferencias”, indica Mathisen.
Mina de oro para biólogos
La tecnología puede tener un gran impacto en la industria de la acuicultura. “Al aprender más sobre cada individuo, obtenemos mucho más conocimiento sobre lo que hace que el salmón esté enfermo y saludable o feliz y triste. Nos da una base completamente diferente para un buen funcionamiento”, dice el especialista.
Mathisen destaca tres puntos clave: La tecnología permite decir algo con confianza sobre el salmón individual. “Estoy bastante seguro de que esto será una mina de oro para los biólogos. Al seguir a los ejemplares a lo largo de la vida, podemos descubrir aún más sobre los hábitos alimentarios, las jerarquías sociales, el bienestar general y la tendencia a contraer piojos de los peces”.
No hay que tomar "muestras aleatorias" manuales del salmónido. “Estas muestras son caras, inexactas y perjudiciales para los peces”, puntualiza Mathisen.
En tanto, el especialista plantea que “también puede crear un nuevo modelo de negocio. Si conocemos el ciclo de vida completo del pescado, es posible diferenciar el precio de los filetes de pescado en función de cómo ha vivido el pez”.