"Salmonicultura es incompatible con la vocación costera y lacustre de Los Ríos"
Chile: El gobernador Luis Cuvertino afirma que sistema de evaluación ambiental impone “bajo estándar para resguardar la calidad ambiental de proyectos acuícolas existentes y/o futuros” en su región.
“Consideramos que existe incompatibilidad respecto a los cultivos de salmones con la vocación costera y lacustre de la región”, resume el gobernador de Los Ríos, Luis Cuvertino, al referirse a la actividad salmonicultora en su zona en la que promueve priorizar actividades como la pesca artesanal y la acuicultura de pequeña escala, que minimizan impactos ambientales y sanitarios, agrega consultado por Salmonexpert.
Tanto la pesca como la acuicultura de pequeña escala permiten “una convivencia en espacios costeros de la población Lafkenche con zonas de conservación y biodiversidad en ambientes marinos y terrestres, complementadas por áreas de manejo de recursos hidrobiológicos y turismo de playa, naturaleza y/o intereses especiales”, afirma la Autoridad.
Con un impacto en Los Ríos que hoy es bajo, aportando sólo el 0,19% el año 2019 de la cosecha total del sector acuícola a nivel país, la salmonicultura en esa zona se circunscribe a pisciculturas en tierra, que captan aguas de lagos y ríos, “que generan en ocasiones conflictos socioambientales con habitantes del área de influencia del proyecto, por la contaminación de las aguas, por descargas de residuos industriales líquidos y un aumento en derechos de aprovechamiento de aguas”, agrega el gobernador Cuvertino.
La Autoridad recuerda que desde enero de 2018 rige el Decreto Exento N°1 del Ministerio de Defensa Nacional, que modifica Áreas Apropiadas para el ejercicio de la Acuicultura (AAA) en la región de Los Ríos, desafectándolas para el cultivo de especies con sistemas de producción intensivo (especies de salmónidos) y sólo permite cultivos de especies con sistemas de producción extensivo, como moluscos y/o algas.
Y muchas veces esos proyectos son “incompatibles con el desarrollo económico local y sistemas de vida, como el turismo de intereses especiales y derechos de agua para consumo humano”, puntualiza Cuvertino.
Cuvertino repara también en que los proyectos “principalmente pisciculturas en tierra, ingresan al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), sólo debiendo cumplir con incorporar un sistema de roto filtros para tratamiento de residuos industriales líquidos, un sistema de desinfección de luz ultravioleta en algunas instancias y un sistema de ensilaje”, un bajo estándar para resguardar la calidad ambiental de proyectos existentes y/o futuros, agrega.
Las pisciculturas y centros de cultivo existentes y/o futuras deben cumplir con certificación internacional, por ejemplo “Mejores Prácticas Acuícolas” del “Global Aquacultura Alliance” o “Aquaculture Stewardship Council”, detalla Cuvertino.
El gobernador es critico al detallar “un sinfín de problemáticas” a su juicio asociadas a la industria: más conflictos socioambientales con comunidades indígenas y habitantes del territorio por sobre concentración de proyectos salmonicultores, sin análisis de efectos sinérgicos o impactos acumulativos de pisciculturas o centros de cultivos y su aumento en el bienestar y calidad de vida de poblaciones aledaños y calidad de aguas susceptibles de afectación; contaminación ambiental y sanitaria por cultivo de especies hidrobiológicos exóticas (alimentos y fecas), sobre todo en engorda; impactos negativos por escapes de peces exóticos para bancos naturales o criaderos de peces en estuarios de ríos, por ejemplo.