Analizan si desarrollar acuicultura orgánica tiene asidero en Chile
Chile: Este tipo de acuicultura ha crecido mucho a nivel mundial, y Chile posee especies con potencial para cultivarse de manera orgánica. Las conclusiones del proyecto tenderán a generar una normativa para fomentar la actividad.
En el marco del proyecto FIPA “Bases científico-técnicas para la elaboración de las normativas asociadas al desarrollo de acuicultura orgánica en Chile”, se realizó recientemente en Puerto Montt un taller participativo, con el fin de conocer el interés de los productores privados en la acuicultura orgánica y dar a conocer el estado actual de la misma en Chile y en el mundo, analizando las brechas que impiden su desarrollo más profundo en nuestro país.
Maureen Alcayaga, profesional de la División de Acuicultura de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca), recalcó que el desarrollo de este proyecto, que tiene una duración de 10 meses, es muy importante.
"La acuicultura que se desarrolla en Chile entrega importantes recursos para el país y ha permitido el desarrollo de las localidades donde se le practica. Sin embargo, al igual que otras actividades intensivas, donde se confinan animales, se han presentado complejidades desde el punto de vista ambiental y sanitario. En vista de esto, y sumando la disminución de las capturas de pesca y una alta demanda por parte de los consumidores de productos generados bajo un estándar ecosistémico, han hecho que la acuicultura orgánica a nivel mundial, haya crecido de manera importante. La demanda de productos orgánicos toma cada vez más relevancia y está siendo superior a la oferta, por lo tanto, la acuicultura orgánica se ha convertido en una actividad que puede ser importante, desde el punto de vista económico y productivo para los acuicultores", explicó la representante de Subpesca.
Dado lo anterior, la profesional enfatizó en la necesidad de tener la información que permita conocer el estado de la acuicultura orgánica en Chile, saber el interés de los privados en desarrollar este tipo de acuicultura, "de manera tal que en un futuro podamos establecer las regulaciones acordes a la acuicultura orgánica, que permitan, desde luego, el fomento de la actividad. Actualmente nuestra acuicultura está regulada y las normativas vigentes están enfocadas en la acuicultura tradicional. Por su parte, la acuicultura orgánica tiene un proceso mucho más lento, por lo que necesitamos los antecedentes técnicos y científicos que permitan ajustarnos al proceso de acuicultura orgánica y en base a eso, hacer las regulaciones para este sector. A nivel mundial, este tipo de acuicultura ha avanzado muchísimo, y Chile no puede estar ajeno a este avance", recalcó Maureen Alcayaga.
Objetivos
El proyecto tiene como objetivo general recopilar y analizar los antecedentes científicos y técnicos que fundamenten la generación de un marco normativo para la regulación de la acuicultura orgánica en Chile. Para ello, se realizará un diagnóstico de la situación presente y el interés privado para realizar acuicultura orgánica, identificando las brechas involucradas. Igualmente, se analizarán los antecedentes científico-técnicos relativos a sistemas de cultivo orgánico, así como las normas, reglamentaciones y estándares de acuicultura orgánica, finalizando con una propuesta de directrices para generar un marco normativo para la regulación y fomento de la acuicultura orgánica en Chile.
Los principios de la acuicultura orgánica se basan en el cuidado del medio ambiente tanto acuático como terrestre, el control de la densidad de organismos cultivados, el suministro de alimentos provenientes de la producción orgánica, tratamientos naturales de enfermedades, bienestar de los organismos cultivados sin estrés ni maltrato, y prohibición de la utilización de productos químicos.
Leonardo Palacios, biólogo y consultor Poch by WSP, consultora ejecutora del proyecto, analizó el estado actual de la acuicultura orgánica en nuestro país, así como las normativas y certificaciones necesarias, las brechas, fortalezas y debilidades identificadas para desarrollar este tipo de acuicultura.
“Dentro de la investigación realizada para desarrollar este proyecto, uno de los países de la Unión Europea que ha centrado su producción acuícola en hacerla de manera orgánica es Irlanda. Datos de 2015 exponen que la producción de salmón Atlántico fue de 13 mil toneladas, mientras que la de mejillón fue de 9 mil toneladas. Los más destacable es que esto representa el 55,5% de la producción total de productos de acuicultura. En el caso del salmón, esto se debe al factor impulsor del marco regulatorio aplicado al salmón convencional, el cual tiene competencia con los mercados de Escocia y Noruega. Sin embargo, tiene perspectivas de crecimiento limitadas ya que faltan recursos de agua dulce y espacios marítimos”, explicó Palacios.
A juicio del investigador, si bien en Chile no hay una norma o estándar de acuicultura orgánica y los datos de producción acuícola orgánica son inexistentes, nuestro país posee una serie de especies con potencial de cultivo orgánico, como el salmón, mejillón, abalón, ostión, ostra, pelillo y la acuaponía de trucha y camarón.
“En el caso del salmón, hubo una experiencia en el 2003, de la mano de la empresa Fiordo Blanco, los cuales certificaron su salmón como orgánico. Este salmón recibía alimentación vegetariana orgánica, se cultivaba en bajas densidades, existía control del estrés en la cosecha, traslado y sacrificio, se cultivaban sin antibióticos, y con una mínima utilización de productos químicos. Fue una iniciativa bastante exitosa, pero luego la empresa fue comprada por una compañía más grande y el proyecto de disolvió”, comentó el profesional.
En tanto, Palacios destacó el salmón cultivado en la zona austral de nuestro país, dadas las condiciones ambientales, el bienestar animal, el crecimiento más natural de los peces, la baja incidencia de enfermedades y la no utilización de antibióticos, todos preceptos ideales para desarrollar una acuicultura orgánica de salmones.
El profesional recalcó que en el caso de los salmones, es importante que toda la cadena productiva esté convencida de realizar este tipo de acuicultura. “Los productores, en primer lugar, tomar en cuenta el tema de las densidades en los centros de cultivo, así como el bienestar animal y el manejo para evitar el estrés. Por su parte, los productores de alimentos, crear dietas libres de proteínas animales, pero que le entreguen los mismos nutrientes al pez. Eso sí, sus insumos deben provenir igualmente de una fuente orgánica. Y los laboratorios crear tratamientos naturales, sin la utilización de antibióticos ni productos químicos”, puntualizó Palacios.