Industria del trigo se interesa en salmonicultura
Chile: La industria de alimentación de salmones ocupa aproximadamente el 5% del consumo total de trigo en Chile, superando los dos millones de toneladas anuales. El desafío para los agricultores nacionales es generar asociatividad entre estas dos áreas productivas.
El precio del trigo chileno está bajo y los agricultores así lo manifiestan. Comentan además que en Chile hay condiciones de producción muy distintas según la zona, pero los costos actuales del cultivo están entre 60 y 80 quintales por hectárea, y el rendimiento promedio de la última temporada fueron 60,7 quintales por hectárea.
Pero no solo el rendimiento y el precio son desafíos para el productor triguero. Otro tema central es la necesidad de que los agricultores cambien el switch de cómo vienen enfrentando su actividad y se vinculen más con la demanda, especializándose en productos más acordes con lo que requiere la industria, lo que no solo va por el lado de la elaboración de los distintos tipos de pan y pastas, sino que abarca, incluso, la línea de la alimentación de salmones, todo lo cual se involucra también con los temas de inocuidad y trazabilidad. Esto quedó claro en el "Encuentro de los productores de granos", realizado recientemente en el marco de la feria SAGO Fisur.
Para el economista agrario Benjamín Abarca, consultor de PBB Chile, lo que antes era un simple trigo cosechado, hoy debe ser mirado como mucho más que eso, porque son varios los rubros que están requiriendo productos más específicos.
"La visión tradicional es producir trigo nada más y que alguien lo compre, sin entender que ese poder comprador finalmente va a usarlo para hacer un pan, o un producto industrial o para alimentar salmones u otro tipo de subproductos, y dentro de eso, el agricultor hasta ahora tiene un rol muy pasivo y los consumidores están tendiendo a sustituir lo que requieren con trigo importado, en desmedro de productos que podrían generar los agricultores chilenos", planteó, haciendo un llamado a los agricultores a asociarse, como fórmula para enfrentar los nuevos desafíos, porque un agricultor solo no puede cumplir con todos los estándares que exige hoy una industria profesional o más desarrollada.
“Habría que mirar con nuevos ojos a la industria salmonera que, aunque ha tenido períodos muy buenos y otros en que la producción ha sido casi cero, actualmente ocupa en la alimentación de salmones aproximadamente el 5% del consumo total de trigo en Chile, que supera los dos millones de toneladas anuales. La asociatividad sería la manera de llevar a la práctica este desafío”, explicó Abarca.
Ricardo Montesinos, director de la SAGO, concuerda en que es necesario un acercamiento entre las partes para poder estar más cerca de lo que realmente necesita la industria. En el fondo, tratar de producir lo que el cliente necesita. Considera igualmente que el producto nacional es competitivo respecto del importado.
"Sí, eso es así; de hecho, hay algunas salmonicultoras que compran en Chile, no todas importan y la idea, desde el punto de vista de los productores, es obtener que más empresas se abastezcan en Chile y ese es un desafío que tenemos que tomar los agricultores", señaló.
De cómo llevarlo a la práctica, Montesinos considera que lo primero es conocer lo que necesitan los clientes para ver la forma de abastecerlos con calidad de producto. Y para eso hay que acercarse a la industria para ver qué está buscando.
"No necesariamente contratos, pero sí un acercamiento. La agricultura por contrato es lo ideal, pero puede ser un objetivo tratar de llegar a eso. Existe toda la posibilidad de producir, porque lo que los Salmonicultores necesitan es calidad e inocuidad, y somos capaces de producirlo", dijo.
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