Surge nuevo movimiento para desalmonizar el planeta
Chile: En un conversatorio con Fundación Rewilding Chile, el movimiento Global Salmon Farming Resistance adelantó que están trabajando en una campaña global, para sacar al salmón de la mesa.
Para analizar el impacto de la industria salmonicultora a nivel nacional e internacional, recientemente la Fundación Rewilding Chile, conversó con Martina Sasso, quien lideró la campaña para prohibir la instalación de salmonicultoras en Argentina y cofundó el movimiento Global Salmon Farming Resistance (Resistencia Mundial a la Salmonicultura), iniciativa compuesta por más de 50 organizaciones, activistas, científicos e individuos provenientes de 14 países y que tiene por objetivo proteger los ecosistemas marinos y en el cambio de políticas públicas para la preservación del mar.
En la instancia, Martina explicó que el logro de la prohibición de la salmonicultura se dio por un trabajo conjunto entre organizaciones locales y comunidad. “Cuando sucedió esto en Argentina, nos llamó mucho la atención que había muchísima gente alrededor del mundo con las mismas problemáticas y desafíos y no nos estábamos comunicando con ellos, no estábamos trabajando en red. Inspirados por ese gran movimiento que dio mucho que hablar por varios meses y que produjo un efecto dominó de detener proyectos salmonicultores en Canadá y Estados Unidos, es que decidimos juntar a esta gran comunidad en este espacio de Resistencia Global a la Salmonicultura. Pero no estamos en contra de la producción sino en cómo se produce, porque no hay una manera sostenible de producir salmón en el mar, ni tampoco maneras probadas de poder restaurar ambientalmente los espacios afectados”.
Según la cofundadora de este movimiento, la salmonicultura es una industria muy nociva, “pero hay otras maneras de hacerle. En países como Noruega, se están probando otros modelos de producción, así como en Nueva Escocia, donde el cultivo se hace en tierra. Es más caro, si, pero esa es la mejor manera de no impactar el medio marino. Y por otra parte, el alimento que se está dando a los salmones es lo que está generando una depredación sistemática de los océanos”.
El pasado octubre, luego de cuatro meses de haberse prohibido la salmonicultura en Tierra del Fuego, Martina cuenta que detectaron que organizaciones de 14 países querían generar una red, para fortalecerse y definir que rol debía tomar esta alianza global.
“La GSFR aprendió de la experiencia argentina y así poner a disposición esos mismos recursos para la gente. Entendimos que sin fondos es muy difícil pelear con estas industrias gigantes y que manejan muchos recursos. Por lo tanto, una de las cosas principales que hace la alianza es dar financiamiento a organizaciones locales que están en los territorios trabajando para que la salmonicultura no avance o se vaya. Aprendimos también que, al colaborar con otras organizaciones a nivel mundial cuando trabajamos en Argentina, pudimos poner el nombre de nuestro país en el mundo entero. Entonces, la alianza genera outreachy global, es decir, lo que se esté trabajando en estos 14 países se sabrá en cualquier parte del mundo. Nuestra política y nuestros políticos trabajan por imagen y por lo que dicen los demás”, manifestó ella.
Campaña global
Una tercera línea de trabajo de la GSFR es que, así como la industria salmonicultora está empecinada en instalar mensajes en campañas globales sobre salmón sustentable, salmón orgánico, libre de antibióticos, “la alianza hace campañas globales para desmitificar estas ideas que la industria quiere que la sociedad crea”.
A juicio de Martina Sasso, desde la conformación de la alianza, han logrado presionar a distintos gobiernos como Canadá y Tasmania, “pudiendo lograr que más de 50 organizaciones le escriban a un presidente, recomendándole tomar medidas respecto a la expansión de la salmonicultura, y en el caso de Chile, recomendar el cierre de esta industria que está en los Parques Nacionales, no la relocalización, no nuevos espacios donde puedan seguir cultivando salmón, sino el cierre total. También trabajamos potenciando campañas locales, con un grupo estratégico que trabaja en workshops con distintas ONG`s y hemos generado conferencias internacionales. Consideramos que la manera de organizar la información que tenemos y que sea accesible para todos en los 14 países, hizo que cada uno pudiera potenciar sus argumentos y estar mejor parados frente a esta industria. Y estamos diseñando la primera campaña global que saldrá el próximo año, relacionada con sacar el salmón de la mesa”.
Con respecto a lo anterior, Martina recalcó que el tema medioambiental ya está agotado, por lo que debe hacerse hincapié en la salud. “El 99% de los libros para embarazadas prohíben el salmón y no solo en el aspecto de consumirlo crudo. Entonces, ¿qué es lo que ofrece este pescado? ¿Con qué estamos alimentando a nuestros hijos? Se viene todo un planteamiento interesante y cómo ha cambiado la percepción, trabajando mucho en el consumidor final”, puntualizó la cofundadora de GSFR.