Alimentación y nutrición para el salmón coho: un tema poco estudiado

Un nuevo capítulo del compendio Aprendiendo Acuicultura indica que generar dietas más sostenibles para salmón coho requiere usar nuevos ingredientes distintos a los marinos.

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Un nuevo capítulo del compendio Aprendiendo Acuicultura Tomo IX, llamado “Alimentación y nutrición para el salmón coho”, fue publicado en revista Salmonexpert.

De acuerdo con el escrito, parte importante de entregar dietas sostenibles es cubrir los requerimientos de nutrientes de los peces. El entregar en exceso proteínas o fósforo, puede generar contaminación y pérdidas económicas, pero también el no cubrirlos adecuadamente llevarán a un menor crecimiento (Teles y col., 2019), sumado a procesos ineficientes que alargarán los tiempos de cultivo, aumentando el aporte de nutrientes al medio ambiente.

Adicionalmente, generar dietas más sostenibles requiere de utilizar nuevos ingredientes que disminuyan la dependencia de las harinas y aceites de origen marino. Tanto por razones ambientales como financieras.

Pocos estudios se han centrado en evaluar nuevos ingredientes en la dieta del salmón coho. Un estudio a considerar fue el de Spinelli y Mahnken (1976), quienes investigaron la sustitución de harinas de pescado convencionales por harina de tollo (Squalus acanthias). Estos autores evaluaron el impacto de dicha sustitución sobre los niveles de mercurio (Hg) en la carne de smolts de salmón coho.

Así, determinaron que un reemplazo de hasta el 50% de la harina de pescado por harina de tollo era viable sin superar el límite de 0,5 ppm de mercurio. Sin embargo, la legislación actual de la Unión Europea ha reducido el límite de mercurio permitido a 0,3 mg/kg para especies como el salmón y la trucha (géneros Salmo y Oncorhynchus, excepto Salmo trutta). Este nuevo límite se aproxima a los 0,2 mg/kg de mercurio encontrados en la carne de salmón coho alimentado con 50% de harina de tollo.

Otras fuentes de ingredientes marinos como harinas de subproductos de desecho de pez entero (WM), pescado deshuesado (DM), piel y espinas (SW), lenguado de roca (hpidopsetta bilineata), también han sido probadas en salmón coho. Los estudios concluyen que los alimentos basados en DM tienen mayor potencial, mientras que SW produjo peces con el peor desempeño, probablemente como resultado del balance de nutrientes del alimento, ya que el basado en SW contenía menos proteína (-20%), la mitad de grasa, y 15 % adicional de ceniza al compararla con las otras dietas (Rathbone y col., 2001).

Harinas de subproductos de animales terrestres, como ave y cerdo, se utilizan ampliamente en la salmonicultura debido a su valor nutricional, bajo costo y disponibilidad (Essmann, comm. pers.). En particular, la harina de subproductos de ave (PBPM) ha sido estudiada en diversas especies de peces y camarones.

Yu y col. (2023b) evaluaron el reemplazo de 0%, 10%, 20%, 40% y 60% de harina de pescado por PBPM en alimentos para post-smolt de salmón coho. El nivel óptimo de reemplazo osciló entre el 16,63% y el 17,50%, basados en SGR y PER, respectivamente. Niveles elevados de reemplazo (40% y 60%) provocaron efectos negativos en el SGR, FCR, ganancia de peso y PER, además de aumentar AST y ALT en sangre. También se observó aumento de MDA y disminución de CAT en hígado. En contraste, otras especies de peces no han mostrado diferencias significativas en crecimiento ni FE al sustituir a mayores niveles la harina de pescado por PBPM, encontrándose el besugo (<35%), la trucha arcoíris (<66%), los alevines de japuta (Channa striata) (<40%), el mero híbrido (Epinephelus lanceolatus) (40-60%), el pargo (Pagrus pagrus) (0-70%) y el mero jorobado (Cromileptes altivelis) (<100%).

El reemplazo completo de harina y aceite de pescado por proteínas terrestres y aceites vegetales ha sido evaluado en salmón coho (7,5 g), mostrando un impacto significativo en su crecimiento en comparación con dietas que contenían ingredientes marinos (Twibell y col., 2012). En este estudio, se probaron cuatro dietas: una basada en proteínas marinas y otra en proteínas terrestres, ambas complementadas con aceite de pescado o una mezcla de aceites vegetales (canola y linaza). Los resultados indicaron que los peces alimentados con proteínas marinas experimentaron mayor ganancia de peso, mejor FE y mayores tasas de supervivencia en comparación con aquellos alimentados con proteínas terrestres. Asimismo, los peces alimentados con aceite de pescado mostraron mejor ganancia de peso y FE que los que consumieron aceites vegetales, aunque la fuente de lípidos no afectó de manera significativa la supervivencia.

Los niveles de hemoglobina, hematocrito y proteína total en sangre fueron significativamente más altos en los peces que consumieron dietas basadas en proteínas marinas, sin que la fuente de lípidos tuviera un efecto en estos parámetros. En cuanto a los perfiles de ácidos grasos, los peces alimentados con aceite de pescado presentaron mayores proporciones de EPA y DHA en el hígado, músculo y cuerpo en general, mientras que aquellos alimentados con aceites vegetales tuvieron mayores niveles de ácidos grasos omega-6 y menor proporción n-3. De manera similar, las proteínas terrestres también influenciaron el perfil de ácidos grasos, aumentando los niveles de omega-6 y disminuyendo omega-3. En este estudio la sustitución completa de FM y aceite de pescado (FO) tuvo efectos negativos sobre el crecimiento del salmón coho, e influyó de manera distinta en la supervivencia, hematología, y composición de ácidos grasos en los tejidos.

El capítulo completo será publicado en el compendio Aprendiendo Acuicultura Tomo IX, el cual se presentará en Salmonexpert Seminars el próximo 18 de diciembre, en el Hotel Cumbres de Puerto Varas.

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