Imagen referencial de trucha arcoíris. Foto: Archivo Salmonexpert.

Crean novedoso alimento vegetal para peces de cultivo

México: En la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), desarrollaron una mezcla de proteína de soya y polvo de spirulina para alimentar a las truchas arcoíris.

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Un novedoso alimento de origen vegetal para peces es desarrollado en la UNAM. Se trata de una mezcla que concentra proteína de soya, polvo de microalga spirulina, levadura, proteasas, lípidos, vitaminas y minerales, y sustituye a la tradicional composición hecha a base de harina de pescado, más costosa y contaminante.

“Es una dieta de origen vegetal, que no usa peces para alimentar peces. Busca ser ecológica y competitiva a nivel comercial, en especial para el cultivo de trucha arcoíris, desde primera alimentación hasta los peces juveniles”, señaló el doctor en biología pesquera, Luis Héctor Hernández, quien creó el producto en el Laboratorio la FES Iztacala de la UNAM.

La trucha arcoíris es una especie de gran importancia comercial, y el hecho de desarrollar un alimento alternativo para ella es relevante porque el Estado de México, donde se ubica la unidad multidisciplinaria, es el principal productor de trucha arcoíris en granjas acuícolas en el país. “Por eso es significativo ofrecer una alternativa en la región”, dijo.

El alimento, ya probado experimentalmente, también puede alimentar a carpas y tilapias, y ahora se busca una nueva composición para crustáceos como camarones y langostinos, también muy comerciales, que podrá estar lista en tres años.

Para alimentar truchas, Hernández, junto con sus colaboradores, están en fase piloto y realizan pruebas en dichas granjas. “También tenemos una solicitud de patente y el apoyo de la Coordinación de Innovación y Desarrollo (CID) de la UNAM para entrar al mercado en el futuro”, precisó.

Menos fósforo

Una de las ventajas del producto universitario, de origen vegetal, es que es amigable con el ambiente. Para la producción acuícola en México, se utiliza agua de los ríos que, con el alimento de origen animal, se contamina con nitrógeno y fósforo, que son llevados a los cuerpos de agua cuando el líquido regresa a su origen.

“Esta situación no es positiva, porque se produce la eutrofización, que es el enriquecimiento de nutrientes en un ecosistema, y genera un florecimiento de microalgas y mal olor”, explicó el investigador.

Con el alimento vegetal se reduce entre 50 y 75 por ciento el fósforo, lo que hace a esta fórmula más adecuada ecológicamente. “Además, es menos costosa que la elaborada a base de harina de pescado, y los resultados en la producción de truchas en cultivos acuícolas son competitivos a nivel comercial”, concluyó Hernández.

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