Imagen referencial de salmones nadando. Foto: Archivo Salmonexpert.

Temperatura y estrés por inanición

Noruega: Investigación determinó que la inanición a baja temperatura antes de la cosecha, no afecta la salud ni la respuesta aguda al estrés en salmón Atlántico.

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Los peces están expuestos a períodos de inanición o ingesta restringida de alimento tanto en el medio silvestre como por razones prácticas en la acuicultura. En estos períodos, el pez cubre los requerimientos de energía a expensas de las reservas de nutrientes del cuerpo. Junto con la rápida expansión de la producción acuícola, la creciente preocupación por el bienestar de los peces y las prácticas de producción éticamente aceptables, han requerido una evaluación científica de las consecuencias biológicas y conductuales de las prácticas de alimentación y de inanición

El período de inanición se considera una práctica común en la acuicultura antes de un manejo, transporte y cosecha, para minimizar los impactos sobre el bienestar y asegurar una higiene adecuada después de la cosecha. Sin embargo, los antecedentes relacionados con el bienestar, el estrés producido por periodos de inanición y el manejo en el salmón Atlántico adulto son deficientes.

En este escenario, investigadores noruegos del Nifes (National Institute of Nutrition and Seafood Research), Nofima (Norwegian Institute of Food, Fisheries and Aquaculture Research) y la empresa Marine Harvest Noruega, estudiaron el vaciamiento intestinal y el estrés potencial producido durante un período de inanición de dos semanas, y el efecto de este periodo sobre la tolerancia al estrés físico.

El estudio confirmó que, a baja temperatura, se produce un vaciado más lento de los segmentos intestinales. Asimismo, no se observaron efectos adversos durante los 14 días de ayuno sobre el nivel de estrés general, ni sobre la capacidad para hacer frente al estrés por manejo.

La disminución de la regulación de determinados marcadores genéticos relacionados con la nutrición en el hígado indicó respuestas de inanición clásicas, con reducción del metabolismo y la presión oxidativa, y el ahorro de nutrientes.

La respuesta al estrés agudo de manejo no se vio afectada por dos semanas de inanición. Hubo efectos menores de hambre en los marcadores de estrés y salud, evaluados por la actividad de la lisozima plasmática y la expresión génica de proteínas marcadoras de inflamación seleccionadas en el corazón y en los tejidos de la piel.

En definitiva, el estudio confirmó que a baja temperatura el salmón adulto, con grandes reservas acumuladas del cuerpo antes del ayuno, puede manejar períodos de inanición durante dos semanas, sin efectos negativos en el nivel general de estrés, inmunidad o salud, así como en la capacidad de afrontar el estrés físico agudo.

“Se observó un aumento moderado y temporal del cortisol plasmático después de 7 días de inanición, mientras que no se observaron cambios en las respuestas primarias y secundarias al estrés después de dos semanas de inanición”, concluye el artículo.

La disminución de la regulación de todos los marcadores genéticos, relacionados con la nutrición en el hígado, mostró una respuesta clásica a la inanición, como reducción del metabolismo, reducción de la presión oxidativa, aumento de la protección celular y ahorro de nutrientes, incluyendo una expresión reducida del gen Igfbp1b (proteína de unión al factor insulínico 1) que refleja el catabolismo.

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