"Para avanzar a nuestra ambición de sostenibilidad se necesita colaboración y compromiso"

Jorge Díaz.

Skretting afirma que obtener productos certificados para sus alimentos implica un mayor costo, que a su juicio, debe ser asumido por toda la cadena de valor.

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Con la transparencia como foco principal, Skretting lanzó su Informe de Impacto 2023, donde entrega detalles interesantes de su operación y de sus metas. En entrevista con Salmonexpert,

Jorge Díaz, director de Sustentabilidad de la empresa, comenta los principales aspectos del recién revelado reporte.

¿Por qué la empresa disminuyó su utilización ingredientes marinos certificados durante el 2023?

Los países productores de alimento para salmón de Skretting (Australia, Canadá, Chile y Noruega) tienen la tasa más alta de uso de ingredientes marinos certificados e incrementaron estos volúmenes certificados en comparación con el 2022 (91% vs 89%), en línea con la mayor demanda de estos ingredientes por parte de nuestros clientes y de estándares aplicables a plantas de alimentos, como BAP, que establecen requerimientos de volúmenes mínimos de ingredientes certificados para la producción de salmones, en comparación a otras especies como el camarón.

Por otro lado, nuestras operaciones en Ecuador y Honduras mostraron una caída significativa en comparación al año 2022, mientras que nuestra unidad de negocio en el sur de Europa mostró una ligera disminución. Finalmente, tanto Asia como África incrementaron la cantidad de materiales certificados.

La caída en el porcentaje a nivel global se debe principalmente a las condiciones de Ecuador y Honduras, ya que este segmento representa volúmenes relativamente elevados de alimentos y un impacto total en Skretting. Adicionalmente, durante 2023 vimos varios desafíos para abastecernos de material certificado:

• Varias pesquerías han perdido su certificación.

• Menos pesquerías están entrando en programas de mejora pesquera (FIP) con la ambición de ser certificadas.

• Los FIP existentes podrían potencialmente no alcanzar la certificación y ser excluidos como programas de mejora.

• La cuota de pesca en Perú dio lugar a una menor cantidad de ingredientes certificados.

• Las condiciones de mercado y el precio históricamente alto del aceite de pescado en 2023 tuvo un impacto sobre el costo total de los alimentos y, por lo tanto, sobre las operaciones de cultivo. Consideramos que se trata de un dilema y reconocemos que la única forma de avanzar hacia nuestra ambición de sostenibilidad es mediante la colaboración y el compromiso en la cadena de valor, garantizando que los costos puedan ser absorbidos y compartidos por los distintos actores (proveedores, productores de alimentos, agricultores y minoristas), ya que ninguno de ellos puede absorberlos por sí solo.

¿Cuándo deberían alcanzar el 100% en dicho ítem?

Nuestra meta es alcanzarlo a diciembre de 2025. Sin embargo, tal como hemos expuesto en nuestro Reporte de Impacto, creemos que esto sólo será posible en la medida que toda la cadena de valor empuje hacia el mismo objetivo.

¿Cómo la industria del salmón puede impulsar lo anterior, a qué se refiere con compartir costos?

La industria del salmón a nivel global tiene los estándares más altos de sostenibilidad en comparación con la producción de otras especies.

Lograr este objetivo tiene desafíos comerciales para toda la cadena de valor; los productores de harina y aceite de pescado que, luego de cumplir las exigencias logran certificarse, deben obtener un precio considerablemente mayor respecto de los productos no certificados. Luego las plantas de alimento como Skretting, asumimos ese costo más elevado, pero también necesitamos que nuestros clientes (productores de salmón), y también sus clientes (retailers), estén dispuestos a pagar esa diferencia de precio. Creemos que ningún actor de la cadena debe absorber estos costos de manera independiente, ya que todos compartimos el objetivo de obtener un producto final más sostenible.

¿Existe voluntad en la industria chilena del salmón de avanzar en este aspecto?

Creemos que cada día existe más conciencia sobre la importancia de que la industria se abastezca de más ingredientes certificados. Por otro lado, vemos que nuestros clientes globales, retailers, NGOs y otros stakeholders con los que interactuamos, nos piden avanzar hacia una mayor visibilidad y transparencia de todos los riesgos ambientales y sociales en nuestra cadena de valor.

¿Qué otras metas de sostenibilidad tienen de cara al futuro?

Uno de nuestros focos importantes es la reducción de gases de efecto invernadero, en línea con nuestro compromiso en los Science Based Targets y sobre todo en nuestras emisiones de alcance 3 que representan 94% del total de nuestras emisiones. A nivel global hemos disminuido un 11.1% en este alcance en los últimos cinco años, liderado por nuestras operaciones de salmón que han mostrado una reducción de 36.2%, muy cercano a la meta global de 39% que tenemos hacia 2030.

Lograr esta reducción también trae consigo entender cuáles son los impactos sociales y ambientales y en biodiversidad, además de lograr mayor visibilidad y transparencia de estos impactos, por lo que también estamos trabajando en lograr una visión holística que abarque distintos aspectos, más allá de simplemente reducir nuestra huella de carbono.

Seguimos trabajando en incrementar el uso de ingredientes nóveles, como aceite de algas, harina de insecto y proteínas unicelulares, que en 2023 alcanzaron un 1% de inclusión en nuestra formulación global. Si bien todavía estamos lejos del 5% que tenemos como meta a 2025, vemos que hay más interés de nuestros clientes por usarlos y encontrar alternativas para ingredientes que cada vez se hacen más limitados, como harina y aceite de pescado. Lograr esto también requiere la colaboración de toda la cadena de valor.

Durante años hemos priorizado la disminución del uso de antibióticos y creemos que debemos seguir buscando alternativas para mejorar la salud y bienestar de los peces, sin la necesidad de estos tratamientos.

Diversidad e inclusión es otro de nuestros objetivos fundamentales y buscamos que, al 2025, al menos un 30% de los cargos de liderazgo a nivel global estén ocupados por mujeres. Hoy estamos en 27%, y debemos seguir trabajando para que la distribución sea igualitaria en el corto plazo.