“Mis peces están estresados”

En la estrategia sanitaria de lograr peces más resistentes al contagio con patógenos, a través de un sistema inmune activo, hemos podido modular la salud con éxito.

En producción intensiva, sabemos que existen una serie de factores que influyen en el desarrollo de una buena respuesta inmune. Estos se clasifican en: factores intrínsecos o aquellos inherentes al pez, como la edad y el estado sanitario, y los factores extrínsecos, como la temperatura, los cambios de estación y los parámetros abióticos del agua. Y si, incluido el lobo que ronda el centro, incluida el FAN que “ahoga” a nuestros peces, incluido el tratamiento anti-caligus y si pensamos en agua dulce, incluido también las interminables horas en el camión, desde la piscicultura al mar.

Escuchamos decir a nuestros clientes:

Nuestra industria está llena de frases que utilizamos con normalidad, para describir eventos productivos relacionados al estrés que afrontan los peces durante el cultivo y que tienen que ver con el tema de bienestar animal, el que muchas veces, nos cuesta relacionar de una forma real, productivamente hablando.

Durante los últimos dos años, hemos buscado, estudiado y probado nuevos componentes para la industria, en pos de aportar “al bienestar animal” de forma significativa. Por eso estudiamos, la relación entre el cortisol y la inmunidad.

El estrés se define, como la  condición o la suma de mecanismos por los cuales, el organismo, se prepara para reaccionar ante situaciones nuevas, de gran exigencia o peligrosas.

El efecto supresor del estrés está mediado por hormonas, principalmente corticosteroides (Jeney et al. 1992). El cortisol es el principal glucocorticoide que es producido en la corteza adrenal en los peces. Su secreción es aumentada por la hormona adrenocorticotrófica (ACTH) que es secretada a su vez por la glándula pituitaria y está bajo un control positivo del factor de liberación de corticotrofina (CRF) del hipotálamo. La inhibición del sistema clásico de retroalimentación sobre la secreción de la CRF ocurre cuando aumenta la concentración de cortisol en la sangre.

El estrés crónico induce, en resumen, un aumento permanente del cortisol en el organismo, afectando un sin número de procesos biológicos.

Cuando el agente estresante permanece en el tiempo, hablamos de estrés crónico. Este tipo de estrés supone un mayor problema que un episodio de estrés agudo. Bajo estrés crónico,  se excede la capacidad de ajuste normal del organismo, y se produce un colapso del sistema inmune y también de otros sistemas (Ellis 1981a), desencadenando enfermedades.

Efectos del cortisol sobre distintos procesos sanitarios-productivos

Por lo tanto, el concepto de bienestar animal, deja de ser algo utópico o propio de consumidores  exigentes o de movimientos medioambientalistas, sino que debe ser integrado a la gestión de sostenibilidad del propio negocio.

Si no logramos enfrentar el estrés en nuestros peces, nuestro sistema productivo se afecta desde bajas en el consumo, perdida de condición física, perdida de pigmentos, disminución de las defensas, hasta la infección por agentes que desencadenan la pérdida del plantel.

Que importante es, entonces, contribuir a disminuir los agentes causantes de este estrés.

Pero, ¿qué pasa cuando no podemos evitar los agentes estresantes?

La opción viable, es controlar los niveles de cortisol en los peces, de forma natural y segura.

Nuestra búsqueda, nos llevó con éxito, a conseguirlo.

Además, en este nuevo desarrollo hemos comprobado el aporte a la protección de órganos claves, según cada especie.

Resultados del uso por 90 día de nuevos productos

Prontamente, desde MNL Group tendremos el gusto de compartir una nueva solución ideada para combatir el estrés y mejorar el bienestar animal, ¡bienvenida la innovación colaborativa!