Experto recomienda más estudios para evaluar eficacia de tilmicosina en peces
Chile: Respecto de la utilización del antibiótico tilmicosina bajo “uso especial” para el tratamiento de BKD, el Dr. Ruben Avendaño plantea que falta información valiosa, como las concentraciones mínimas inhibitorias.
El último informe de Sernapesca sobre el uso de antimicrobianos en la salmonicultura nacional reportaba que durante el año 2019, en agua de mar y en agua dulce un 0,06% y 0,2% de este tipo de fármacos utilizados correspondió a la tilmicosina, respectivamente.
Datos obtenidos a través del SIAC de Sernapesca, mostró que el antibiótico se utilizó los años 2018 y 2019, en las regiones de Aysén y Magallanes, para el tratamiento del BKD (ver tabla).
Pero, ¿qué se sabe de este antibiótico y cuáles son sus consideraciones para la aplicación en la salmonicultura?
“La tilmicosina es un derivado de la tilosina, un macrólido que tiene acción bacteriostática que se ha usado para tratar infecciones de microorganismos Gram positivos, micoplasmas y Pasteurella multocida, las cuales causan mayoritariamente infecciones respiratorias en cerdos, gallinas y vacas. Es un antibiótico de uso veterinario, pero no probado en peces. Es un compuesto ionizado, altamente liposoluble que le entrega la propiedad de atravesar la membrana y acumularse al interior de la célula, distribuyéndose rápidamente en el cuerpo de los mamíferos”, explica el Dr. Ruben Avendaño, académico e investigador de la Universidad Andrés Bello (UNAB) y el Centro Incar.
En el SAG se encuentran registrados cuatro productos comerciales del antibiótico para su uso en cerdos y pollos, por lo que el experto comenta que debe realizar estudios antes de continuar su uso bajo el formato de extra-etiqueta.
No obstante, destaca dos puntos importantes que no depende solamente del estudio de susceptibilidad en condiciones in vitro, como lo son los estudios de MIC (concentraciones mínimas inhibitorias), por ejemplo.
“La tilmicosina no debe ser empleada en animales que sean hipersensibles a este principio activo y no se recomienda su uso para microorganismos en los que se conozca que la eritromicina no tiene eficacia o se conozca que la bacteria no es completamente susceptible. Tal es el caso de Renibacterium salmoninarum , ya que hemos detectado que aproximadamente el 33% de los aislados estudiado por nosotros cae en la categoría de no silvestre (NWT). Por tanto, es imprescindible profundizar en este punto”, advierte.
BKD en Magallanes
A pesar de lo anterior, según datos de Sernapesca, el antibiótico fue utilizado para el tratamiento de BKD, mayoritariamente en Magallanes durante el año 2019.
¿Podría ser una nueva alternativa para ayudar a controlar el problema que representa BKD en Magallanes? “La solución del BKD en Magallanes pasa primeramente por la prevención, específicamente que los peces no llegan a la zona en calidad de portadores. Por tanto, la primera medida es la mejora de los métodos de screening en los reproductores, debiéndose establecer acuerdos productivos para que los diagnósticos se realicen mediante al menos dos técnicas diagnósticas, es decir, basado en PCR / qPCR y también mediante detección de antígenos (IFAT o ELISA, sugiero revisar Nance et al. 2010 y Laurin et al. 2018)”, responde el Dr. Avendaño.
A modo de ejemplo, el investigador del Centro Incar señala que entre 2016 y 2018 solamente el 1% de los diagnósticos fueron por cultivo bacteriano y el 5% por IFAT, siendo el restante 94% mediante técnicas de PCR.
La segunda medida, comenta el académico de la UNAB, es la vacunación, sin embargo plantea que es importante tener más antecedentes públicos sobre la eficacia de la vacuna registrada.
Finalmente, como último recurso, se deben utilizar antibióticos para el tratamiento del BKD. “El tratamiento debiera sustentarse en conocer cómo reaccionará el patógeno cuando los peces son tratados con uno y otro antibiótico, siendo imprescindible contar con el aislado para conocer esta premisa”.
“Hoy, se trata con antibióticos sin realizar ningún estudio de MIC y esta información es muy valiosa para la toma de decisión. Por tanto, la vigilancia de la susceptibilidad de los patógenos debiera sustentarse en el conocimiento de su potencial in vitro de respondedor ante un antibiótico y luego emplearse en campo, pero con el compromiso de conocer qué tan bueno o qué eficacia tuvo ese tratamiento”, concluye el Dr. Avendaño.