Hora del día podría ser clave para vacunación o tratamiento antibiótico en peces
Alemania: Es lo que plantea Ruth Montero, investigadora del Friedrich-Loeffler-Institut en Alemania, luego de realizar un estudio donde demostró la influencia del ritmo circadiano de la inmunidad de trucha arcoíris.
Investigadores de Alemania y República Checa publicaron recientemente un estudio donde descubrieron que la respuesta inmune de truchas arcoíris varía durante el transcurso del día. Por ejemplo, el mayor porcentaje de células mieloides en sangre fue detectado a las 6 AM y fue decreciendo durante el día.
De la misma forma, frente a una inyección intraperitoneal de Aeromonas salmonicida, el mayor reclutamiento de células a la cavidad peritoneal fue durante períodos con luz.
En conversación con Salmonexpert, Ruth Montero, investigadora del Friedrich-Loeffler-Institut en Alemania, comenta que es la primera vez que se demuestra que no da lo mismo la hora del día en que se estimula al pez, “porque tendremos distintas poblaciones celulares respondiendo dependiendo de su presencia/ausencia en la hora del día y, por lo tanto, tendremos distintos tipos de respuesta inmune”.
“Además, esto es relevante para diseñar experimentos, ya que si consideramos que las células presentan cinéticas entre ciruclación y residencia en un órgano durante el día, podemos determinar cuándo muestrear peces para extraer células y cuándo estimularlas. Adicionalmente, tomando en cuenta estas consideraciones, podríamos incrementar la reproducibilidad de los resultados”, agrega la especialista.
Vacunación y antibióticos
Consultada por si estos resultados podrían aplicarse a la práctica productiva para, por ejemplo, elegir el mejor momento del día para vacunar a los peces, la experta responde: “Definitivamente, ya que en la vacunación hay componentes de la respuesta innata y adaptativa que obviamente son claves para inducir una buena respuesta inmune y generar memoria inmunológica”.
Lo anterior, en base a que en el estudio se analizaron células IgM+, mieloides y trombocitos en sangre y riñón cefálico, pero otras poblaciones celulares relevantes de la inmunidad como células T y células B IgM- no fueron evaluadas, las cuales también podrían estar moduladas por este tipo de ritmicidad diurna.
“Determinar cómo es el ritmo diurno o circulación de estas células durante un día, podría permitirnos determinar en qué período del día podemos encontrar un balance óptimo entre células de la respuesta innata y adaptativa, para generar una óptima respuesta inmune frente a una vacuna”, explica Montero.
Bajo el mismo punto, con respecto a tratamientos con antibióticos, la especialista añade que esta información también sería de gran utilidad, ya que se podría aplicar el tratamiento en cierto horario de preferencia donde se sabe que hay una mayor cantidad de fagocitos, por ejemplo, contribuyendo a detener el crecimiento bacteriano.
“Además, no debemos olvidar que patógenos como parásitos, virus y bacterias también son influenciados por este tipo de ritmos diarios y circadianos, por lo tanto, el cuándo un patógeno ataca y el cuándo damos tratamientos profilácticos es relevante de todas maneras”, sostiene la científica.
Los siguientes pasos de la investigación, según describe la científica, buscan ampliar este tipo de estudio midiendo simultáneamente niveles celulares y expresión génica en otros órganos, como el bazo, y evaluar a nivel celular y molecular, cómo este tipo de ritmos circadianos puede ser alterado por el fotoperíodos, estrés, alimentación, susceptibilidad a patógenos y respuesta inmune.
“Además, hay todo un mundo por descubrir con respecto a cómo factores ambientales y relojes biológicos internos influencian el sistema inmune, lo cual me parece fascinante”, concluye la investigadora.