Agua dulce: “alerta el uso de 24,99% de tratamiento de los peces por inmersión”

Dr. Ruben Avendaño, investigador de la Universidad Andrés Bello y el Centro Incar, y miembro del Instituto de Estándares Clínicos y de Laboratorio (CLSI).

Chile: El Dr. Ruben Avendaño hace una llamado a evaluar el proceso de inactivación de los antibióticos empleados mediante inmersión en agua dulce y a incluir información sobre la eficacia de este tratamiento.

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Todos los años desde el 18 al 24 de noviembre se celebra la Semana Mundial de Concientización sobre el Uso de los Antimicrobianos, una campaña mundial que tiene como objetivo aumentar la concienciación sobre la resistencia a los antimicrobianos (RAM), y así evitar la aparición y propagación de infecciones resistentes a los antimicrobianos.

Bajo el lema de este año “Prevengamos juntos la resistencia a los antimicrobianos”, vale la pena aclarar algunos términos e informar sobre la importancia de este fenómeno en la salmonicultura chilena.

En conversación con Salmonexpert, el Dr. Ruben Avendaño, investigador de la Universidad Andrés Bello, Centro Qimarq y el Centro Incar, y miembro del grupo de animales acuáticos del Instituto de Estándares Clínicos y de Laboratorio (CLSI), explica en detalle términos fundamentales en el ámbito de la “resistencia” y “susceptibilidad” de aislados bacterianos, uso de antibióticos en al salmonicultura y otros relevantes temas.

¿Cuál es la diferencia entre los términos de resistencia y perdida de susceptibilidad a los antibióticos?

En laboratorio, un aislado bacteriano al ser expuesto a un antibiótico debería causa el cese en su crecimiento o la muerte del microorganismo, esta propiedad comúnmente se conoce como susceptibilidad y es propia de cada microorganismo. Esta susceptibilidad podría disminuir cuando el aislado se somete a un uso continuo de un determinado antibiótico o la concentración a la que se expone es menor a aquella dosis que mata o inhibe el crecimiento del mismo.

Hoy, los estudios de susceptibilidad han sido dirigidos a conocer la susceptibilidad de un conjunto de aislados de una misma especie bacteriana como ocurre con Piscirickettsia salmonis a florfenicol. Esto ha permitido definir un valor de corte epidemiológico calculado estadísticamente como valores de corte de susceptibilidad. De acuerdo a la susceptibilidad de la población bacteriana, los aislados cuya susceptibilidad no distingue una reducción de la manifestada por los miembros susceptibles de su especie y no existen mecanismos fenotípicamente detectable de resistencia adquirida, la terminología correcta es wild-type. Sin embargo, si la susceptibilidad se ha reducido y existen mecanismos presuntos o conocidos de resistencia adquirida, la terminología correcta es non wild-type.

En este contexto, el análisis de susceptibilidad de un aislado no permite tener criterios interpretativos sobre la eficacia de un antibiótico en condiciones de tratamiento de campo, solo se podría indicar que en caso de aislados wild-type resulta probable tener una eficacia clínica.

Por otro lado, la eficacia clínica de un antibiótico usado en el tratamiento contra un aislado causante de una infección en peces, exige conocer el punto de quiebre clínico (clinical breakpoint), es decir, la concentración del antibiótico usada para que la infección sea tratable y si no ocurre se podría hablar de resistencia clínica. Dado que los puntos de corte clínicos se establecen a partir de datos derivados de tratamientos de infecciones de un huésped específico, con una dosis específica de un agente específico, el significado que se le puede dar al término "resistente" es significativamente limitado. Por ello, es tan relevante que la autoridad sanitaria solicite no solo el estudio de concentración mínima inhibitoria de los aislados causante de infecciones para autorizar la prescripción médica, sino también los resultados de campo de dicho tratamiento.

¿Y cuándo hablamos de resistencia antimicrobiana (RAM)?

La RAM en las bacterias no es un fenómeno nuevo o extraño, incluso podría ser considerada una representación de competencia natural debido a que surge de las moléculas antimicrobianas derivadas de microorganismos naturales. La RAM se origina por la presión selectiva ejercida por un químico o antibiótico exógeno que permite que algunos microorganismos portadores de genes de resistencia a los antimicrobianos superen a aquellos que no son portadores. Como se evidencia, en un ambiente cualquiera debe existir una población bacteriana formada por un conjunto de bacterias con un genotipo y fenotipos resistentes que se enriquecen como resultado de la exposición a antibacterianos.

¿Cuáles son tus impresiones generales del Informe sobre uso de antimicrobianos en la salmonicultura nacional con datos del primer semestre de 2022 de Sernapesca?

Como parte del CLSI, ¿esta organización tiene alguna iniciativa para contribuir a la RAM?

Dentro de la CLSI existe específicamente un Grupo de trabajo sobre animales acuáticos que anualmente revisa los descubrimientos científicos y desarrolla proyectos para estandarizar las condiciones del estudio de la susceptibilidad a agentes antimicrobianos para los nuevos patógenos de acuicultura que van emergiendo y proponer las tablas de puntos de corte (clínicos) y valores de corte epidemiológicos (ECV) a medida que los datos estén disponibles.

En cuanto a los datos es muy relevante que se continue informando la situación de uso en agua dulce, pero alerta el uso de 24,99% de tratamiento de los peces por inmersión y probablemente con autorización especial o uso extra-etiqueta. Ello debido a que se desconoce el proceso de inactivación del antibiótico empleado y qué se realizó con el agua en que se disolvió el antibiótico. En este sentido, no es el tratamiento de un mamífero el que se está realizando, en que el animal puede beber el agua e incorporar el antibiótico. Sin duda, disolver el antibiótico en el agua y exponer los peces resulta al menos curioso, considerando que no se empleó el alimento medicado. Bajo esta condición, es siendo muy relevante conocer la situación sanitaria de las pisciculturas que usaron el tratamiento de inmersión y si la terapia vía inmersión tuvo los efectos esperados, es decir, cuánta disminución hubo en las mortalidades de los peces. Por otro lado, aún no hay obligatoriedad de estudios de susceptibilidad de los patógenos de agua dulce como podría ser Flavobacterium psychrophilum, por lo que quedan en incógnita muchos aspectos técnicos-científicos que permitieron el uso de inmersión como alternativa final de tratamiento.

En cuanto al uso en agua de mar, la situación es positiva debido a que los valores de antibióticos son menores a los del 2021 y destaco el uso de 0,51% de tiamulina, ya que se está autorizando su uso extra-etiqueta, pese a no tener los límites máximos residuales (LMR) y considero relevante conocer la eficacia de los tratamientos de campo. Ello con el fin que las empresas farmacéuticas realicen los esfuerzos en determinar los LMR y sea una alternativa al florfenicol.

¿Qué mensaje podrías entregar a la salmonicultura en esta próxima semana de la concientización del uso de los antibióticos?

El uso de los antibióticos en la salmonicultura chilena es un acción operativa que no es posible de erradicar, pero es imprescindible disminuir el uso de estos compuestos, especialmente porque las alternativas en el tratamiento de los peces en agua dulce y marina son prácticamente monoespecíficos, oxitetracilina y florfenicol, respectivamente. Por tanto, invitar al productor a que el tratamiento antibacteriano sea realmente la última opción.

En agua dulce, invito a los productores y entes normativos a sustentar las decisiones sobre el uso de antibiótico en conocimiento científico, realizando estudios de susceptibilidad a los antibióticos, buscar los puntos críticos en la infraestructura de cultivo para disminuir el impacto de las enfermedades y especialmente una apuesta a disminuir el uso de antibióticos, ya que anualmente se ha ido reduciendo el uso total de antibióticos en una tasa de aproximadamente el 25%.

En el caso del agua de mar, es más complejo el disminuir el uso de los antimicrobianos, pero se requieren alternativas al florfenicol. Es imprescindible considerar los cuadros infecciosos no de manera monoespecífico, ya que existen suficientes evidencia sobre infecciones mixtas, incluso en una misma especie como P. salmonis con los genotipos LF-89 y EM-90 en la misma población de peces. Por tanto, invito a productores y entes normativos a mirar los cuadros infecciosos con este nuevo paradigma y comenzar a abrir la información asociada a las terapias de campo.