“El problema real no lo representa el antibiótico en sí, el problema son los genes de resistencia”
Chile: La temática principal del primer módulo de salud animal de las Jornadas de Investigación en Salmonicultura, evento organizado por el Instituto Tecnológico del Salmón (Intesal), estuvo enfocada en el fenómeno de resistencia a antimicrobianos; abarcando desde el ámbito internacional hasta la problemática real presente en el país hoy en día.
El viernes 1 de diciembre se llevó a cabo la novena versión de las Jornadas de Investigación en Salmonicultura “Ciencia para una mejor industria”, organizada por el Instituto Tecnológico del Salmón (Intesal) de Salmonchile. En esta ocasión, la salud de peces y la sustentabilidad ambiental fueron los dos tópicos principales.
Dinamarca: un modelo a seguir
El médico veterinario y Dr. en Epidemiología y Bioestadística, Andrés Pérez, fue el encargado de dar inicio al ciclo de charlas. En su presentación, tomando como ejemplo la industria porcina en Dinamarca, dio a conocer las medidas concretas que se implementaron en dicho país para disminuir considerablemente el uso de antibióticos en la producción animal.
Entre estas medidas se encuentran el VetStat (año 2000), una base de datos donde los veterinarios deben registrar todos los medicamentos usados en producción animal, y Danmap survey (año 1995), que hace un seguimiento anual de la resistencia a antimicrobianos en animales, alimentos y poblaciones humanas.
Sin embargo, el método más efectivo es el sistema de tarjeta amarilla (año 2010), en el cual se establece un promedio nacional de uso de antibióticos (que cada año va bajando), y las granjas que se encuentren por sobre el doble de este promedio, se les hace un seguimiento.
“Cuando se detecta que hay un incremento en el uso de antimicrobianos, la granja entra en un sistema de vigilancia de 12 meses, en los cuales se estudia si el uso estuvo correcto o no. Si no estuvo correcto, se implementa un plan de acción. Luego si todo estaba en orden, la granja sigue en vigilancia por nueve meses” explicó el experto.
El efecto final que tuvo de esta medida fue que “hubo una reducción dramática en el uso de antimicrobianos, sin embargo, la producción de porcinos siguió aumentando” enfatizó Pérez para aclarar que “la clave del éxito en Dinamarca son sus altos estándares de bioseguridad, la prevención y la educación de los productores, bajo la presión del Gobierno y del público”.
Riesgo de la resistencia a antibióticos
Luego, el PhD hizo hincapié en no confundir el uso de antibióticos con la generación de resistencia, y para eso, definió que existe un método para evaluar el riesgo de que esto ocurra. “El riesgo es igual a la probabilidad de desarrollo de resistencia, por la probabilidad de que los humanos sean expuestos, directa o indirectamente a esa resistencia, por las consecuencias de que eso ocurra” informó el epidemiólogo.
Para el caso específico de la salmonicultura agregó “las consecuencias de la trasmisión de resistencia a antimicrobianos desde los salmones a los humanos son enormes, sin embargo, la discusión se centra en cuál es la probabilidad de que se pueda desarrollar la resistencia”.
Dentro del ranking de la resistencia a antimicrobianos, el florfenicol y oxitetraciclina son consideradas de alto riesgo por la OMS (Organización Mundial de la Salud) y críticamente importantes por la OIE (Organización Mundial de Sanidad Animal).
Mitos y realidades
Por otro lado, Jorge Olivares, Dr. en biología molecular y celular, expuso sobre los mitos y realidades en cuanto al fenómeno de resistencia a los antimicrobianos en la acuicultura chilena desde una mirada científica.
Dentro de los mitos se encuentran:
- Los antibióticos no serían necesarios si los animales fueran producidos en condiciones que les den más espacio o mejoras sanitarias.
- Los antibióticos se harán inefectivos en humano si se entregan a animales de producción para consumo.
- Infecciones de resistencia a los antibióticos en humanos provienen comúnmente de productos animales.
- “Inducción” de resistencia a los antibióticos.
- Tiene el gen de resistencia a los antibióticos, pero no lo expresa.
Lo que si es realidad, explica Olivares, es que Piscirickettsia salmonis es mucho más agresiva que en otros países, causando el 82% de las muertes por enfermedades infecciosas; y que si bien, Chile utiliza aproximadamente 505 gr de antibióticos por tonelada de salmón producido (Cifra mucho más alta que Canadá y Noruega), su uso es totalmente necesario para resguardar el bienestar sanitario de los peces.
El problema de la resistencia surge cuando se produce una contaminación ambiental con el fármaco o con bacterias resistente, sin embargo, el factor más importante e influyente es la contaminación con genes de resistencia.
“Los genes de resistencia están presentes en plásmidos, transposones e integrones que pueden diseminarse con gran facilidad entre las bacterias ambientales, produciendo un aumento explosivo de los genes de resistencia asociados a patógenos humanos” argumentó el PhD, a lo que agregó: “El problema real no lo representa el antibiótico en si, el problema son los genes de resistencia que han surgido de patógenos humanos y se han dispersado hacia otras bacterias”.
Los genes de resistencia, a diferencia de los antibióticos que se van degradando en el ambiente, se replican y se transmiten, haciendo que tengan una nula capacidad de extinción.
Panorama en la industria del salmón
El Dr. Olivares también mostró algunos resultados del proyecto Fondecyt “Descripción y caracterización de elementos genéticos involucrados en la resistencia a oxitetraciclina y florfenicol en poblaciones bacterianas naturales, asociado con el uso de antibióticos en la industria del salmón”, del cual es investigador principal.
En un muestreo realizado en zonas de bajo, alto y sin uso de antibióticos, encontraron 328 cepas resistentes a florfenicol y 236 resistentes a oxitetraciclina de las cuales, interesantemente, un 8% se obtuvo desde las zonas libres de antibióticos. “También podemos encontrar bacterias que son intrínsecamente resistentes, que siempre han estado en el ambiente y que las podemos seleccionar con el uso de estos antimicrobianos” dijo el investigador.
Los genes de resistencia a los antibióticos en el banco de cepas resistentes para oxitetraciclina son: tetB, tetE, etetL, tet34 y tet35; y para florfenicol: floR y fexA.
Para el caso de P. salmonis, detectaron la presencia de los genes tetB y tet35 en seis aislados y no se han encontrado genes para resistencia a florfenicol, además, todos los aislados del cepario presentan al menos cinco diferentes sistemas de expulsión de drogas.