Las implicancias del etiquetado de salmones tratados con antibióticos
Chile: Aunque se considera importante más transparencia para enfrentar la resistencia antimicrobiana en humanos, existen dudas sobre cómo mostrar a los consumidores que se utilizaron fármacos en los pescados.
Un grupo de senadores presentó en junio de 2019 un proyecto de ley (boletín 12674-06) para establecer distintas normas contra la resistencia antimicrobiana, donde, de acuerdo con la iniciativa parlamentaria, “en el caso de Chile, por tratarse del segundo productor mundial de salmónidos, este tipo de actividad tiene especial protagonismo en la lucha global para enfrentar este problema”.
En específico, un punto del proyecto de ley llama la atención, porque da un paso más allá respecto de lo que ya se reporta a la Autoridad. “Los productores, distribuidores e importadores de todo tipo de alimentos -como el salmón- que utilicen antibióticos en sus procesos, deberán informar al consumidor final del nombre, tipo y cantidad de los antibióticos inoculados en los animales de crianza para consumo, expresada ella en composición porcentual y por unidad de peso, según lo establezca el Reglamento Sanitario de los Alimentos”, se detalla en la iniciativa parlamentaria.
Transparencia
Al respecto, Alicia Gallardo, directora nacional de Sernapesca, comenta en la última edición de revista Salmonexpert que “sobre los proyectos de etiquetado de alimentos que usen antibióticos, que buscan controlar la Resistencia Antimicrobiana (RAM), nuestra opinión es siempre promover la transparencia de la información, tanto en el uso de antimicrobianos como de antiparasitarios. Creemos que lo importante es que esto sea un trato país para todos los alimentos locales y también para los alimentos importados, porque sería una buena forma de saber cuánto antibiótico se usa en un ciclo productivo, que es la tendencia internacional”.
No obstante, de acuerdo con Gallardo, “es importante educar a los consumidores, porque ellos no sabrán qué diferencia hay entre una carne de cerdo, de salmón, de bovino. Es relevantes que tengan claro que la cantidad de antibiótico con que se trata un centro de cultivo de peces o la producción de pollos, tiene una base de inocuidad que es el Límite Máximo Residual”.
Visión de los productores
Por parte de los productores, Joanna Davidovich, directora ejecutiva del Consejo del Salmón de Chile, manifiesta que “como industria alimentaria, nos interesa en primer lugar cuidar la salud de las personas, pero los salmones son seres vivos y hay que resguardar su salud y bienestar. Por eso es que usan antibióticos -exclusivamente veterinarios-, en las dosis adecuadas y según listado autorizado por la Organización Mundial de la Salud, FAO, OIE y Codex alimentario que regulan exhaustivamente su uso y a través de una fiscalización exhaustiva en toda la cadena alimentaria del salmón por parte de Sernapesca”.
Cuando los peces se recuperan, agrega Davidovich, tienen un período de resguardo para que eliminen los residuos del fármaco de su organismo, para que al momento de comercializarse estén libres de antibióticos: “El proyecto de ley de etiquetados, surge por la demanda de información sobre alimentos por parte de los consumidores. Dada la importancia del tema, creemos que es necesario analizar en detalle esta iniciativa, para entregarles información útil y comprensible”.
Asimismo, Carlos Odebret, presidente de la Asociación de Salmonicultores de Magallanes, señala que es importante que, como consumidores, “tengamos la mejor información de los productos y es más relevante aún en el caso de los alimentos. En este sentido, tiene mucho sentido evidenciar a través de la etiqueta la existencia o no de antibióticos en el alimento que van al consumo humano”.
Pero el directivo recalca que “una cosa es la etiqueta sobre la presencia o ausencia de antibióticos en el producto y la otra es el uso de antibióticos en producción animal. Respecto del primer punto, es de alta relevancia para el consumidor saber si el producto con el que se está alimentando contiene trazas de antibióticos y si éstos están dentro de los Límites Máximos Residuales”.
Ligado a lo anterior, Odebret admite que, en cuanto al uso controlado de antibióticos orientado al bienestar animal, “no creo que la etiqueta sea la mejor fórmula para reducir su uso. Parece más razonable y eficaz seguir avanzado en estrategias relacionadas con la salud animal bajo el alero de Sernapesca o el Servicio Agrícola y Ganadero, tal como se ha hecho en los últimos años y que ha permitido reducir sistemáticamente la cantidad de kilos de antibióticos por tonelada producida”.
Por lo mismo, el presidente de los salmonicultores de Magallanes asegura que etiquetar el uso de antibióticos no agregaría valor “sino que trae incentivos en la dirección incorrecta, en perjuicio del bienestar animal y de esto hay un par de ejemplos recientes. El uso es necesario toda vez que hay que entregar bienestar a los animales, se enferman y requieren de cuidado y tratamiento. Por supuesto, este procedimiento debe estar estandarizado y siempre hay espacio para mejorar, tal como lo han hecho los veterinarios del sector durante tantos años”.
Para leer el reportaje completo en la última edición de revista Salmonexpert, que incluye las visiones de la academia y de analistas, haga click aquí.