Los plásmidos no estarían involucrados en la resistencia de Piscirickettsia
Chile: Diversos resultados de un proyecto del PGSA concluyeron que los plásmidos de la bacteria no poseen genes de resistencia a los antibióticos y que además, el fenómeno tampoco estaría influenciado por el ambiente.
El jueves 20 de junio se realizó en el Hotel Cumbres de Puerto Varas, la muestra final de dos de los proyectos asociados al Programa para la Gestión Sanitaria de la Acuicultura (PGSA).
Durante la jornada de la mañana, se presentaron los principales resultados del proyecto de epidemiología integrada liderado el Dr. Fernando Mardones, y en la tarde los resultados asociados al proyecto ciclo de vida de Piscirickettsia salmonis, liderado por el Dr. Sergio Marshall.
En esta última instancia, los Dres. Jaime Figueroa y Jorge Olivares expusieron los descubrimientos y conclusiones del paquete de trabajo 3 (WP) que buscaba establecer el resistoma de P. salmonis.
Plásmidos
El equipo de trabajo logró identificar que la bacteria posee aproximadamente 133 genes de resistencia a antibióticos los que se encuentran principalmente en el coregenoma (conjunto de genes compartidos por todas las cepas de la misma especie bacteriana), no en los plásmidos, como se podría pensar.
Lo anterior, hizo concluir a los investigadores que el rol que juegan los plásmidos en el fenómeno de resistencia es mínimo.
“El número de genes de resistencia en plásmidos es cero o valores muy bajos, por lo tanto, el aporte de los plásmidos en la resistencia antibiótica de la bacteria parece mínimo, tanto por el número de genes, como por el tipo de resistencia que pueden generar", planteó el Dr. Figueroa en su presentación.
La excepción a la regla
Entonces, ¿cómo se explica la resistencia del patógeno acuícola? “Una de las características que tiene el fenómeno de resistencia a los antimicrobianos es que si yo expongo a cualquier organismo repetidamente a un antibiótico, en algún punto debería seleccionar uno resistente”, explicó el Dr. Olivares.
Sin embargo, este no parece ser el caso de P. salmonis, ya que en los resultados obtenidos por el experto, la Concentración Mínima Inhibitoria (CMI) de la bacteria tanto en aislados históricos como recientes, parece mantenerse relativamente constante para florfenicol y oxitetraciclina.
Por lo mismo, el investigador de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) se pregunta: “¿cómo es posible que no estemos seleccionando bacterias resistentes a florfenicol a pesar de todo el tiempo que se ha utilizado?”.
La respuesta pareciera estar en el genoma, ya que el investigador también enfatiza en el hecho de que los plásmidos no cumplen un papel significativo en la resistencia de la bacteria a los antibióticos.
"El papel que aparentemente cumplen los plásmidos está totalmente alejado del fenómeno de resistencia y probablemente su función está mucho más allá, algo que es completamente anormal con respecto a lo que sucede con otras bacterias”, aclara.
Por último y para reforzar aún más la idea, el Dr. Olivares hizo mención a otro experimento en donde aislaron bacterias de la microbiota de peces tratados con florfenicol y en las cuales pudieron identificar los típicos genes de resistencia a florfenicol, genes que no están en ningún plásmido de P. salmonis.
“Nuevamente es algo muy extraño, ¿cómo es posible que una bacteria no tenga estos genes cuando está siendo sometida a la presión de los antibióticos y cuando los plásmidos de resistencia están en el ambiente y en bacterias con las que convive? Esto continúa reforzando la idea de que los plásmidos no juegan ningun rol en la resistencia”, concluyó.