Hechos, mitos y perspectivas del uso de antimicrobianos en la salmonicultura chilena
Chile: Una publicación de científicos nacionales da a conocer que, entre los mitos en Chile, existen personas que no comen salmones porque tiene antibióticos pese a que el producto final no lo posee.
Recientemente los Dres. Ruben Avendaño, Unab y Centro Incar, Marcos Mancilla, Laboratorio ADL, y Claudio Miranda, UCN, publicaron una extensa revisión titulada “Uso de antimicrobianos en la salmonicultura chilena: hechos, mitos y perspectivas”.
La publicación divida en nueve tópicos describe el uso histórico y actual de estos fármacos y la evidencia experimental reportada hasta la fecha, con foco en la comprensión exhaustiva de la naturaleza patógena de Piscirickettsia salmonis, primera causa del uso de florfenicol en Chile.
El trabajo también evalúa la investigación que explora los impactos del tratamiento antimicrobiano en el medio ambiente, así como las investigaciones sobre la susceptibilidad a los antibióticos de los patógenos de los salmónidos, para luego dar recomendaciones usando un modelo de semáforo en cuanto a puntos críticos que se debieran abordar y las acciones que podrían llevar a una mejora.
En cuanto a los “mitos” que se abordan en la publicación, el Dr. Ruben Avendaño explica a Salmonexpert que se producen precisamente “debido a que hay un gran número de personas que opinan, pero sin informarse realmente de la situación sobre el uso de antibióticos, las clases de antimicrobianos empleados y especialmente confunden el fenómeno de la resistencia”.
A modo de ejemplo, el investigador comenta los casos de personas que no comen salmones porque tiene antibióticos o artículos científicos que denotan que en Chile se emplean quinolonas para el tratamiento de salmones, repitiendo esta información de artículos publicados antes del 2010.
“Como parte de la educación que debemos realizar, señalar que si bien los salmones que se cultivan en Chile pueden ser producidos durante su ciclo con antimicrobianos, el producto final no contiene antimicrobianos, ya que existe un exhaustivo control por las entidades del Estado de Chile. De hecho, desde 2013 a 2020 se han realizado un total de 3.343 análisis en las plantas de proceso para detectar florfenicol y el número de resultados positivos es cero”, aclara el experto del Centro Incar.
Con estos antecedentes, el investigador plantea que existe la obligación social y ambiental de disminuir el valor absoluto de uso de antimicrobianos anualmente. También, buscar otras alternativas de principios activos al uso del florfenicol, a pesar de que su potencial de resistencia no está sustentado científicamente debido a su propia estructura química.
¿Patógeno endémico?
Adicionalmente, Avendaño postula que es importante conocer la susceptibilidad antimicrobiana de los aislados de P. salmonis y el resultado clínico del tratamiento, es decir, si fue o no exitoso posterior a su aplicación.
En esta línea, en el review se presenta evidencia para explicar que P. salmonis sería un patógeno primario y endémico de nuestro país a diferencia de los otros países con actividad salmonicultora. De la misma forma, se expone que hoy no se puede hablar de resistencia, sino que en algunos casos podría existir una pérdida de la susceptibilidad.
“Como es natural, el uso de un antimicrobiano debiera generar una disminución de la susceptibilidad in vitro de los aislados de P. salmonis, pero no podemos hablar de resistencia. De hecho, no es sólo una cuestión conceptual sino que los objetivos de los estudios de susceptibilidad con técnicas como la concentración mínima inhibitoria (CIM o MIC) son completamente distintos y las herramientas a emplear también lo son. Hoy debiéramos esperar que parte de la población de P. salmonis tuviera más aislados en categoría de non-wild-type, pero se requiere de estudios anuales como los programas que ejecutan el Sernapesca e Ifop”, manifiesta el Dr. Avendaño.
Finalmente, la publicación incluye un semáforo que propone como primera acción para disminuir el uso del antimicrobiano contra la piscirickettsiosis reducir su incidencia con diagnósticos tempranos, conocer y actualiza los reservorios de la bacteria, ser rigurosos en la clasificación de las mortalidades, considerando especialmente casos de confecciones.
Lea el abstract del estudio aquí.