“Autoridad debe reducir biomasa en ACS con datos de alto uso de antimicrobianos”
Chile: El Dr. Ruben Avendaño afirma que es importante plantear si las densidades de cultivo de salmón hoy son apropiadas, pero no mirando por centro, sino que por Agrupaciones de Concesiones.
El último reporte de Sernapesca no entregó buenas noticias para la industria chilena del salmón: durante el 2021, la cantidad de antimicrobianos utilizados equivale a 463,4 toneladas de principio activo con 985.958 toneladas cosechadas y un índice ICA de 0,047, un aumento frente a las 379 toneladas de principio activo registradas en 2020 con 1.075.896 toneladas de salmón cosechado y un índice ICA de 0,035.
Frente a esto, el Dr. Ruben Avendaño, académico e investigador de la Universidad Andrés Bello y del Centro Incar, comenta a Salmonexpert que los fundamentos entregados por la autoridad y las asociaciones de productores de salmón por el incremento en uso de antimicrobianos son atendibles “y no hay por qué no confiar en las explicaciones, especialmente cuando se señalan los eventos de floraciones algales nocivas. Ello debido a que es conocido que los cultivadores movieron los peces desde las áreas afectadas a otras zonas que no tenían FAN”.
De hecho, según el Dr. Avendaño, es conocido que esta situación provocó un incremento en los cuadros de piscirickettsiosis y tenacibaculosis, incluso coinfecciones que requirieron del uso de antimicrobianos. En el caso del Covid, en pandemia la industria salmonicultora continuó con sus funciones por ser una actividad productora de alimentos, “pero el número de trabajadores en los centros pudo disminuir y los tratamientos no entregados en el momento oportuno”.
Sin embargo, “las explicaciones no dejan observar el verdadero problema y es que los centros de cultivos se encuentran ubicados en áreas susceptibles a FAN, por lo que será una situación común para el futuro y debiera pensarse en buscar soluciones de fondo. Por otro lado, las enfermedades bacterianas aparecen cuando los peces se estresan o están inmunosuprimidos, otorgando el ambiente acuático en que se cultivan los salmones las condiciones más apropiadas para que las bacterias causantes de la piscirickettsiosis y/o tenacibaculosis provoquen cuadros infecciosos”, alerta el investigador del Centro Incar.
Entonces, para el académico de la Unab, surge la necesidad de plantear si las densidades de cultivo son las más apropiadas, pero no mirando la biomasa por centro, sino más globalmente y considerar todos los peces que tiene una ACS (agrupación de concesiones) o barrio, profundizando en el análisis de sus características oceanográficas y ambientales y del propio funcionamiento de los sitios.
Por ejemplo, en el Informe del Sernapesca se indica que las ACS 10B o ACS 17A, reportan del orden de las 30 toneladas de antimicrobianos empleadas en 2021, ¿qué diferencia tienen con aquellas que usan menos de 5 toneladas? En este sentido, “considero relevante que la autoridad debiera no sólo fomentar la baja del uso de antimicrobianos con campañas de toma de conciencia y los programas establecidos como el PROA, sino que reduciendo concretamente la biomasa en aquellas ACS que tienen un alto uso de antimicrobianos en los ciclos previos, ya que el Reglamento Sanitario (RESA) los faculta a tomar este tipo de decisiones”, indica el científico.
De acuerdo con el Dr. Avendaño, al observar el informe Sernapesca, se transparenta información cuantitativa sobre las cantidades empleadas, qué antibióticos, empresas, sin embargo, “no se va al fondo del problema y es si la terapia antimicrobiana fue eficaz o no, es decir, no se puede mejorar o cambiar la estrategia si no se conoce si el fármaco utilizado fue capaz o no de terminar con un cuadro infeccioso”.
“Esta información es muy relevante, pues se podría estar tratando los peces basados en la premisa que se debe velar por el bienestar animal y en realidad no estar causando ningún beneficio para los salmones. De hecho, si existe un fracaso terapéutico, podría ser debido a que el antimicrobiano no llegó al lugar en que se encontraba el patógeno o llegó menos “cantidad” por lo que se expuso a la bacteria a una subdosificación, provocando una menor susceptibilidad del mismo antimicrobiano. Además, la mayoría de los tratamientos no están sustentados en un aislamiento del agente y posterior análisis de la concentración inhibitoria frente a ese agente, por lo que la dosificación de florfenicol podría ser inapropiada”, advierte el investigador del Centro Incar.