Desafíos de la salmonicultura
*Columna de opinión para Salmonexpert de Joanna Davidovich, directora ejecutiva del Consejo del Salmón.
Hace algunos días, Sernapesca dio a conocer el reporte anual sobre uso de antibióticos, que si bien el año pasado registró un alza, sigue mostrando una tendencia a la baja en el largo plazo, lo que refleja la optimización en el uso de medicamentos por parte de las empresas salmonicultoras.
Sabemos de la importancia que este tema representa en la ciudadanía, y con mayor ahora en que las condiciones climáticas son más adversas y que el cuidado del medio ambiente es un tema de alto interés por parte de la población. El propio cambio climático y sus efectos –altas temperaturas de agua, falta de lluvias y mayor frecuencia de FAN - son causa importante del aumento en el uso de antibióticos, ya que las alteraciones en las condiciones meteorológicas y ambientales estresan en mayor medida a los peces, haciéndolos más susceptibles a enfermedades.
Por eso, las empresas del Consejo del Salmón, seguimos trabajando en resguardar el bienestar de los peces, en enfrentar el desafío que representa el cambio climático, y en optimizar el uso de antibióticos para producir proteínas saludables.
Cuidar la salud animal es uno de los retos más importantes del proceso de producción de todas las proteínas de origen animal. Los salmones son seres vivos y como tales se debe resguardar su bienestar y hacerlo de manera adecuada.
Disminuir el uso de antibióticos en Chile es un desafío relevante, y que requiere un trabajo de todos los actores -autoridades, técnicos, científicos y la industria- y un enfoque de largo plazo.
Actualmente, las empresas salmonicultoras enfrentan esta preocupación por el buen estado sanitario de los peces con acciones concretas, como por ejemplo, un mayor uso de vacunas como método de prevención; una mejor nutrición con dietas funcionales que aumentan la respuesta del pez ante enfermedades; investigación e innovación que abran nuevos caminos frente a posibles enfermedades; y una buena gestión productiva y sanitaria, evitando el estrés en los peces.
Además la industria salmonicultura está trabajando con el Seafood Watch for Aquaculture (SWA) del Monterrey Bay Aquarium y su programa especial para Chile, y están aumentando sistemáticamente los centros de cultivo que obtienen la certificación internacional ASC, una de las de mayor prestigio para la industria acuícola a nivel mundial, y que dentro de sus estándares establece límites de tratamientos a los peces en los ciclos productivos, porque entiende que es parte de la producción de proteínas animales el cuidar su bienestar frente a enfermedades.
Sin embargo, como país necesitamos hacer más. En ese sentido, valoramos la creación por parte de Sernapesca de una mesa de trabajo público privada en la cual estén todos los actores relevantes para enfrentar este tema como país, que esté integrada tanto por la industria, el sector público y por expertos para evaluar y abordar acciones tendientes a la reducción en el uso de antimicrobianos para el control de SRS a partir del conocimiento científico y el uso de estrategias preventivas.
El cuidado sanitario es uno de los principales desafíos que enfrenta la salmonicultura global. En Chile, la enfermedad denominada SRS (Septicemia Rickettsial Salmonídea) es la causa de más del 95% del uso de antibióticos y a diferencia de lo que ocurre en el hemisferio norte, donde las enfermedades son mayoritariamente virales y no se tratan con antibióticos, en Chile existen condiciones oceanográficas y biológicas que favorecen el SRS, el que se controla con distintas medidas preventivas, siendo la última instancia de control el uso de antibióticos.
El salmón es una de las proteínas más saludables y sustentables y su consumo es seguro, lo que es avalado por la regulación nacional y los múltiples mercados internacionales a los que se exporta el salmón chileno, que imponen altos estándares al producto. Por eso, queremos ser parte de la solución a este y otros desafíos del sector y avanzar en una agenda de largo plazo, mirando hacia los próximos 30 años el desarrollo de la salmonicultura sustentable, uno de los principales motores de crecimiento y progreso para la regiones de la zona sur austral de nuestro país.