Fortalezas y debilidades de actuales herramientas diagnósticas para BKD

A fines de la semana pasada, se realizó en Puerto Varas seminario de Aquagestión que abordó el impacto del BKD en la industria. Dentro de los especialistas que expusieron durante dicha jornada estuvo el encargado de desarrollo del Laboratorio de la empresa, Eduardo Lazo, quien explicó a los asistentes cómo se está realizando actualmente el diagnóstico de la enfermedad, cuáles son las técnicas clásicas y cuáles son las nuevas herramientas que pueden llevar a un diagnóstico más preciso y confiable.

De acuerdo con lo explicado por el especialista a Salmonexpert, “al día de hoy, cerca del 90% de los diagnósticos de BKD se realizan a través de algún tipo de PCR como única herramienta, en menor medida se emplean técnicas inmunológicas como por ejemplo IFAT o ELISA, o algún análisis complementario como Secuenciación”.

Considerando lo anterior, según lo expresado por Lazo, “se hace necesario buscar alternativas que permitan combinar estas herramientas de las que disponemos, para darle valor agregado a los resultados que estamos informando”.

¿Cuáles son las principales fortalezas de las actuales herramientas para el diagnóstico de BKD?

PCR es una herramienta muy potente para todo lo que es diagnóstico de virus y bacterias, sencilla y muy rápida, donde es posible obtener resultados en aproximadamente una hora. La alta especificidad que ésta posee es uno de los puntos más importantes a destacar.

Por su parte, las técnicas de inmunodiagnóstico, particularmente ELISA, nos permiten tener un enfoque diferente de la misma bacteria, ya que estamos trabajando directamente con las proteínas. Estas técnicas son mucho más sencillas que el PCR, no se requieren grandes equipos o instrumentos complejos.

Una de las principales ventajas es que nos da la opción de realizar muestreos no letales a través de la toma de sangre con resultados altamente sensibles, siendo una ventaja estratégica importante, sobre todo al momento de realizar estimaciones para aplicar tratamientos, ya que con pocos individuos podemos proyectar una estado general de la condición de un centro de cultivo.

¿Cuáles serían entonces las desventajas del PCR, según lo enunciado en su presentación?

Una de las desventajas fuertes al momento de trabajar con PCR es la interpretación real de resultados. Esta técnica, al ser específica para un gen en particular, se enfocará sólo en éste sin importar si estamos trabajando con una bacteria viva o muerta, lo cual es un punto a considerar, sobre todo si se está pensando en realizar algún tipo de tratamiento.

Otra desventaja del PCR es que no siempre es capaz de detectar BKD en etapas tardías de la infección o cuando esta ya se está resolviendo, ya sea por vía natural o con ayuda externa, por lo tanto puede existir un margen de error considerable al momento de realizar los diagnósticos.

Las técnicas inmunodiagnósticas en tanto, tienen como desventaja que su estandarización es mucho más compleja, pues requieren de un gran número de datos para su validación y puesta en marcha.

¿Cuál es la solución que ustedes plantean desde Aquagestión?

Nosotros actualmente nos hemos enfocado en ofrecer un diagnóstico complementario de BKD que abarque tanto técnicas de PCR como Inmunodiagnóstico, es decir, que nos permita analizar tanto el gen como la proteína, esto con el fin de ofrecer un diagnóstico mucho más acertado. Al combinar diferentes herramientas, el abanico de resultados e interpretaciones se amplía y eso es a lo que estamos apuntando.

De igual manera y considerando que existe un porcentaje no menor de resultados que son reportados como diagnóstico sub-clínico o que provienen de una co-infección, es que también estamos trabajando con la técnica de PCR Dúplex BKD-SRS como un complemento importante del diagnóstico, que nos permitirá determinar de manera mucho más rápida una co-infección por estas bacterias.

Finalmente, todos estos análisis vienen complementados con un servicio de Secuenciación, el cual estamos abordando en dos líneas principales, donde la primera nos permitirá determinar los patrones de virulencia de los diferentes aislado de R. salmoninarum, y la segunda nos permitirá asociar todos los aislados a un centro de origen para determinar su trazabilidad.