Salmonicultura e hidrógeno verde: una alianza estratégica para el futuro de Magallanes

Foto: Salmonexpert.

En AquaSur Tech 2025, expertos y autoridades destacaron el potencial de la salmonicultura como eje de desarrollo sostenible en la región, promoviendo sinergias con la emergente industria del H2V.

Aquasur Tech 2025, organizado por FISA del grupo GL events, dio inicio ayer en el Hotel Dreams de Punta Arenas, su segunda versión con la participación de autoridades regionales, representantes del sector y expertos nacionales e internacionales, quienes destacaron la importancia de la innovación y la sostenibilidad para el futuro del rubro.

Durante la inauguración estuvieron presentes el gobernador de la Región de Magallanes y de la Antártica Chilena, Jorge Flies; el presidente de la Asociación de Salmonicultores de Magallanes, Carlos Odebret; el gerente de CMPC Ventures y Main Sponsor de Aquasur Tech 2025, Diego Cerboni; el comandante en jefe de la Tercera Zona Naval, contraalmirante Jorge Castillo; la gerenta general de FISA, Carola Fuentes; la Seremi de Economía, Fomento y Turismo de Magallanes y la Antártica Chilena, Marlene España; y la directora regional de Sernapesca Magallanes, Ximena Gallardo.

Con un enfoque en la innovación, la sostenibilidad y la integración de nuevas soluciones tecnológicas, la feria reunió a más de 120 empresas expositoras y representantes clave del sector público, académico y privado. Carola Fuentes, gerenta general de FISA, destacó el crecimiento de esta segunda versión. “Duplicamos el número de empresas y eso ya es significativo. Incorporamos toda la cadena en torno a la acuicultura, incluyendo energía, hidrógeno verde y espacios portuarios”.

La ejecutiva de Fisa recalcó el carácter integrador del evento y su relevancia como plataforma de proyección internacional “Hoy, AquaSur Tech se concibe como un espacio de encuentro para la industria y posiciona a la región de Magallanes como un hub de negocios y desarrollo”, indicó, recalcando además la colaboración activa de universidades y actores locales, lo que refuerza el compromiso por cimentar el desarrollo futuro de la industria acuícola desde los territorios australes.

Carola Fuentes.
Carlos Odebret.
Jorge Flies.
Panel de conversación.

En tanto, Carlos Odebret, presidente de la Asociación de Salmonicultores de Magallanes, entregó una reflexión crítica respecto al estancamiento que vive el sector. “La industria del salmón alcanzó niveles plenos de desarrollo… pero en algún punto dejamos de creer. Dejamos de impulsar”.

Odebret apuntó directamente a la falta de políticas públicas activas. “Desde 2021, no se han aprobado nuevas resoluciones de calificación ambiental en la región, lo que ha impedido nuevos proyectos y ha reducido la producción de salmón de 180 mil a 100 toneladas”.

En su discurso, Odebret planteó que Magallanes tiene la capacidad de convertirse en la primera región plenamente desarrollada del país. “Pero para ello, se requiere recuperar la mirada de crecimiento, reconocer el rol estratégico del salmón y destrabar procesos de zonificación y relocalización. Esta es una región enorme. Y caben todos. Cabe la conservación y cabe el desarrollo económico. Pueden ambas convivir”.

Por su parte, el gobernador de la Región de Magallanes, Jorge Flies, también entregó una visión integradora y propositiva, enfatizando en el trabajo conjunto que se ha construido entre el gobierno regional y la industria acuícola.

“Esta es la única región en Chile que está haciendo estudios base ambientales, compatible con los elementos productivos que tiene particularmente esta región. Pese a los errores cometidos, existe hoy una mejor disposición para avanzar en diálogo y relocalización”, apuntó el gobernador.

Flies destacó además el potencial de la región para diversificar su matriz productiva sin abandonar sectores clave como la salmonicultura. “Después del cobre y en competencia con la fruta, la salmonicultura es fundamental. Y Magallanes cuenta con condiciones únicas para consolidarse como un polo de desarrollo sostenible, con una economía que podría multiplicarse hasta diez veces gracias a proyectos de hidrógeno verde”.

El gobernador, en tanto, fue enfático al declarar su respaldo institucional a la industria. “Cuenten con este gobierno regional para los pasos que tenemos que hacer para recuperar los espacios que en algún momento se perdieron, reforzar aquellos que vamos muy bien encaminados e innovar en los desafíos que ustedes mismos han presentado”.

Hidrógeno Verde

El congreso internacional, bajo el lema “Vinculando la acuicultura con innovación, sostenibilidad, soluciones energéticas e hidrógeno verde”, cuenta con exposiciones distribuidas en ocho ejes temáticos, abordando los principales desafíos y oportunidades del sector.

Estos ejes son: “Perspectivas en salud y producción acuícola basadas en evidencia”; “Tecnologías transformacionales: algas, IA, alimentación y bioseguridad para un futuro verde”; “Innovaciones para industrias con baja huella de carbono: hidrógeno verde e integración para la optimización de recursos regionales”; “Innovación orientada por la acuicultura sustentable”; “Acuicultura inteligente: calidad de información y tiempo para tomar decisiones”; “Economía circular y ciencia que respaldan los indicadores de sustentabilidad en acuicultura”; “Innovación desde las necesidades de las empresas productoras de salmón”; “Combinando innovación, ciencia y tecnología para la eficiencia en producción acuícola”.

En el panel “Impulsando el desarrollo regional de Magallanes: Sinergias entre la industria del hidrógeno y la salmonicultura para la inversión sostenible”, se abrió una conversación crucial para el futuro de la región: la posibilidad de establecer una sinergia estratégica entre la salmonicultura y la industria del hidrógeno verde. Ambas actividades, cada una con sus propios desafíos y trayectorias, comparten un territorio, una necesidad de desarrollo sostenible y una oportunidad de colaborar para transformar estructuralmente la economía local.

Andrés Labbé, director de Inversiones de Hidrógeno Verde, fue quien abrió la conversación contextualizando el potencial de Magallanes como un polo de clase mundial en la producción de este energético. “La industria del hidrógeno verde surge como una posibilidad de poder aprovechar los recursos eólicos o del viento que existe en esta región. Magallanes, junto con la región de Antofagasta, son los dos principales hubs dentro del país que podrían participar a nivel mundial en el desarrollo de este nuevo vector energético. Y lo interesante es que ya hay cerca de 17 proyectos en distintas etapas de desarrollo. Esto no es una promesa: ya está ocurriendo”.

Uno de los puntos más innovadores fue la identificación de insumos y subproductos del hidrógeno verde que podrían ser aprovechados directamente por la salmonicultura. Labbé explicó que la producción de hidrógeno implica, entre otras cosas, electrólisis de agua, lo que genera hidrógeno y oxígeno. “Y ese oxígeno, que muchas veces se ventea a la atmósfera, puede ser un insumo crítico para la industria del salmón. También se genera calor, que puede ser reutilizado en procesos industriales. Incluso hay derivados como el amoníaco, útil como fertilizante o combustible para el transporte, y que podrían integrarse en la logística de los centros de cultivo. Hay muchas oportunidades que debemos explorar desde una lógica de economía circular”.

Labbé propuso una reflexión sobre el momento fundacional de esta nueva industria y su responsabilidad ambiental. “A diferencia de lo que ocurrió con la salmonicultura en sus inicios —cuando no existía aún una cultura ambiental arraigada—, el hidrógeno verde tiene la oportunidad de nacer con una conciencia de sostenibilidad desde el primer momento. Y eso implica, también, aprender de los errores y los avances que ha tenido la salmonicultura. Hoy podemos pensar un modelo conjunto de desarrollo, donde ambas industrias crezcan no sólo en producción, sino también en su compromiso con el territorio”.

Anita Marambio, miembro del directorio del Consejo Empresarial Sistema B Chile y con una vasta trayectoria en el sector minero, compartió su experiencia sobre cómo construir ecosistemas industriales inclusivos y sostenibles. “Lo más importante, cuando hablamos de sinergias entre industrias, es entender que no todo se limita al producto final. Hay toda una cadena de valor detrás, una red de proveedores, instituciones educativas, innovación y desarrollo que puede crecer si lo hacemos de manera articulada. Yo vengo de la minería, y ahí aprendimos que si no nos sentamos todos a la misma mesa —empresas, proveedores, academia, sociedad civil— no se avanza. Y lo que veo en Magallanes es que hay esa disposición. Ahora falta organizar esa voluntad en estructuras permanentes de colaboración”.

Marambio subrayó que los desafíos que enfrentan ambas industrias no son tan distintos como podría parecer. “Cuando hablamos de medir huella de carbono, uso del agua, inclusión, equidad de género o empleo local, estamos hablando de temas que cruzan todos los sectores productivos. Y eso es clave: establecer estándares comunes. Todos tenemos que empezar a medirnos bajo los mismos parámetros. ¿Cuánta energía consumimos? ¿Cuánto reciclamos? ¿Qué impacto generamos en las comunidades? Sólo con esos datos sobre la mesa podemos avanzar hacia una industria realmente sostenible, tanto para el salmón como para el hidrógeno”.

Integración en los procesos

El presidente de la Asociación de Hidrógeno Verde de Magallanes, Mario Marchese, enfatizó la importancia de la infraestructura como factor habilitante para la convergencia de ambas industrias. “Ninguna de estas industrias puede prosperar si no hay caminos, puertos, servicios de agua y energía. Pero si nos juntamos, si sumamos nuestras necesidades de infraestructura, podemos hacer mucho más atractivo ese desarrollo para el Estado y para los inversionistas. No es lo mismo construir un puerto para una sola industria que para dos. Eso es sinergia pura, eso es pensar en una región más allá de los intereses sectoriales”.

Marchese fue directo al mostrar cómo el hidrógeno puede integrarse en los procesos de la industria del salmón. “La producción de oxígeno en el proceso de electrólisis es un subproducto valioso para la salmonicultura. Hoy ese oxígeno se pierde. Pero si lo capturamos y lo distribuimos localmente, podemos tener una fuente sustentable de oxígeno para los centros de cultivo. Lo mismo con el uso de hidrógeno como combustible para los wellboats, o incluso para la producción eléctrica en zonas remotas. Hay experiencias ya en curso, como las iniciativas de navegación austral que están desarrollando embarcaciones impulsadas por hidrógeno. Esto no es ciencia ficción. Es una oportunidad real para hacer de Magallanes un territorio pionero en transición energética”.

Desde una perspectiva más territorial y científica, Marcelo Agüero, presidente de la Fundación Prisma Austral, llamó a profundizar el diálogo entre sectores. “Somos una fundación local dedicada a la ciencia y la investigación, y lo que hemos visto en estos años es que la única manera de avanzar es dialogando. Hay muchos prejuicios que se disuelven cuando los actores se sientan a conversar. Lo que está pasando con el hidrógeno es una tremenda oportunidad no solo productiva, sino también para desarrollar capacidades humanas. Necesitamos formar técnicos y profesionales en la región, necesitamos que Magallanes deje de depender de mano de obra externa. Y eso solamente se logra si las empresas se comprometen a formar y contratar localmente”.

“No tenemos ocho años para esperar. Tenemos que empezar ahora. Hay temas urgentes como la seguridad alimentaria: más del 70% de los alimentos llegan desde fuera de la región. ¿Por qué no impulsamos sistemas de acuaponía con energía renovable y oxígeno local? Ya lo hicimos en un proyecto piloto antes de la pandemia con el gremio salmonicultor. Lo que necesitamos es escala, visión, decisión. Tenemos la tecnología, tenemos los actores. Falta voluntad política y compromiso empresarial para concretar”, expresó Agüero, haciendo un llamado a la acción inmediata.

Otro tema que abordó Agüero fue el manejo de residuos, en particular los plásticos industriales. “Toda industria genera externalidades. Lo importante es qué haces con ellas. En Europa, los residuos plásticos son convertidos en energía. ¿Por qué no podemos hacer lo mismo acá? Que ese plástico sea la última vuelta del hidrocarburo. Transformarlo en energía y reinyectarla al proceso productivo salmonicultor. Eso es economía circular de verdad. Y es totalmente viable”.

El consenso de los panelistas fue claro, recalcando que la sinergia entre la salmonicultura y el hidrógeno verde no es una quimera, sino una ruta concreta hacia un desarrollo regional más resiliente y sostenible. Los insumos, la logística, la infraestructura, el talento humano, incluso los residuos, todo puede convertirse en una oportunidad si se articula desde una mirada común.

Fotos: Salmonexpert.