
Científicas trabajan con plantas para mejorar producción de la industria
En la actualidad, las salmonicultoras están implementando diversos tratamientos preventivos y curativos para enfrentar el estrés en los peces, que consideran inmunoestimulantes, suplementos antioxidantes, antivirales y vacunas, pero ninguno de ellos ha tomado en cuenta el estrés como la raíz del problema, según informó El Mercurio.
El estrés, interfiere en el sistema inmunológico de los peces, el que se vuelve más propenso a contraer enfermedades, experimentando dificultades para crecer y ganar peso y, en el peor de los casos, de adaptarse y sobrevivir en aguas marinas.
Es por esto que investigadores de la Universidad de Santiago de Chile tomaron el desafío de encontrar una solución a este problema, advirtiendo que no se podía utilizar cualquier fármaco, ya que se trata de peces para el consumo humano. Fue así como se apostó por los extractos naturales de plantas.
Con financiamiento de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) y del Ministerio de Agricultura se comenzaron a realizar pruebas controladas alrededor de mil salmones con buenos resultados.
La Dra. Margarita Montoya, del Departamento de Biología de la Facultad de Química y Biología e investigadora del Centro de Biotecnología Acuícola (CBA) de la Universidad de Santiago, quien lidera este proyecto, cuenta que pudieron constatar que los peces en estudio disminuyeron su mortalidad frente a patógenos comunes y a causa de la manipulación y hacinamiento. "Además, mejoraron algunos indicadores relacionados con el estrés oxidativo, las defensas y la capacidad de crecimiento", destacó.
Próximamente, realizarán controles para comprobar la inocuidad de este producto en agua de mar y también utilizarán otros patógenos de mayor prevalencia en estos minutos, para luego pasar a las pruebas de campo.
En tanto, Sophia Mejías, bioquímica de la Universidad de Santiago y asistente de investigación de la Dra. Montoya, quien ha participado en la gestión de este proyecto, explicó que este trabajo será de gran novedad para la industria, ya que "se trata de una solución natural, que está obteniendo resultados muy parejos en una especie que normalmente no responde de la misma forma a los tratamientos preventivos ni curativos".
El equipo investigador está trabajando con dos empresas con el objetivo de llegar al mercado. Una es el laboratorio farmacéutico de productos naturales Laboratorio Ximena Polanco y la compañía de biotecnología ActivaQ.
Transferencia al mercado
La gerente general de ActivaQ, Geraldine Mlynarz, es una convencida de que este producto despertará gran interés en las salmonicultoras, ya que es de muy fácil administración (vía oral o por inmersión) y no tiene efectos negativos en los peces, en el medio ambiente ni en los humanos.
"Los productores conocen bien los periodos en que se genera más estrés en los peces, por lo que podrán suministrar el producto en esos momentos y lograr que los salmones superen esas etapas más complejas, disminuyendo los costos en la producción", aseguró Mlynarz.
La ejecutiva cuenta que ya confirmaron que el producto es escalable y que pueden cumplir con los requerimientos de la industria y que incluso se han puesto en contacto con otra empresa que tiene la capacidad de llegar a los productores de manera muy oportuna.
La idea es desarrollar un aditivo y que éste se pueda agregar a la dieta del salmón según los requerimientos de los productores en momentos críticos.