El aprendizaje institucional tras el virus ISA
Por Daniella Balin Fürst
La crisis del virus ISA marcó un hito en la historia de la salmonicultura en Chile. No solo por los estragos que causó, sino que también porque sacó a relucir la escasa preparación de la industria para controlar las consecuencias sanitarias de la industria y la precariedad de la normativa chilena para controlar y prevenir las crisis sanitarias. Ocho años después, la industria, gremios y gobiernos del país han actuado de manera conjunta para solidificar las redes de contención y protección de la segunda actividad económica más importante de Chile. En el siguiente reportaje, algunos actores de la industria analizan las medidas aplicadas para el manejo de grandes desafíos para el sector, entre ellos, la Caligidosis, la Anemia Infecciosa del Salmón (ISA), la Piscirickettsiosis (SRS) y los daños medioambientales que provoca la actividad salmonicultora.
Reglamento de uso de peróxido Actualmente, el peróxido de hidrógeno es considerado como una de las alternativas no farmacológicas más efectivas para la erradicación del ectoparásito Cáligus rogercresseyi. Su uso aún no está normado, especialmente en aspectos como las condiciones de almacenamiento, transporte y seguridad. Según lo informado por el jefe de la División de Prevención de Riesgos de la Dirección de Seguridad y Operaciones Marítimas, Rodrigo Testón, se espera que dentro del primer semestre del 2015 la autoridad emita una circular marítima sobre el uso de este elemento. Además, Testón explicó que desde el año pasado se trabaja en la creación de este instructivo sobre el uso de peróxido, en el cual se establecerán normas y procedimientos para la industria y los usuarios marítimos. “Ha sido un trabajo en conjunto con el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca), la Autoridad Marítima, la industria y laboratorios, mediante diversas mesas de trabajo”. El año pasado se envió una comisión a Noruega, para revisar los procesos y normativas vigentes sobre el uso de peróxido, por lo que el nuevo reglamento está inspirado en la normativa de dicho país. “Estamos preocupados que el peróxido sea aplicado de la manera más segura posible para sus operadores, sin afectar a la industria ni a la productividad. Entonces, bajo ese prisma, tomamos nuestras notas, volvimos a Chile y generamos este documento”, manifestó Testón. “Nosotros queremos ser un aliado de la industria. Si se mantienen los estándares de seguridad altos, se verán reflejados en los beneficios económicos, esa es una premisa que tiene cualquier empresa privada que quiere ser productiva”, finalizó En cuanto a la efectividad, el presidente de SalmonChile, Felipe Sandoval, aseguró que aún no disponen de datos de eficacia en terreno para compararlo objetivamente con otros productos que son hoy utilizados en la industria. Sin embargo manifestó que “es importante y positivo que haya una cantidad suficiente de alternativas terapéuticas para permitir una rotación efectiva de antiparasitarios”. Ante esto, el gerente técnico de Los Fiordos, Mauro Araneda, explicó que aunque su compañía no ha realizado experiencias en terreno con productos comerciales en base de peróxido de hidrógeno, sí han desarrollado bioensayos de validación. En base a los resultados obtenidos de estas experiencias, concluyeron preliminarmente que este compuesto aún tiene necesidad de un desarrollo importante antes de poder ser usado masivamente. “En primer lugar, porque la dosis requerida para matar Cáligus fue bastante más alta en nuestros ensayos de la que en general se describe. Si bien las dosis usualmente descritas liberan el parásito del pez, luego, en el ambiente, la tasa de recuperación de ellos es bastante alta. Esta condición de dosificación tiene principalmente dos aristas: la primera es que las dosis recomendadas para un tratamiento son muy altas. Subir más las dosis se ve poco viable, tanto desde el punto de vista de la manipulación como del costo. Y, la segunda, es que según las dosis recomendadas vamos a lograr sin duda una alta eficacia desde el punto de vista clínico, pero deficiente desde el aspecto epidemiológico”.
Por lo mismo, Araneda estableció que si bien es atractivo desde el enfoque ambiental, como también desde la rotación de principios activos, “aún existen aristas que requieren ser solucionadas antes de considerar su uso abierto en nuestros programas de control de esta enfermedad”. En tanto, la estadística de accidentabilidad para el uso de este elemento es baja. Solo se evidencian algunos casos aislados de buzos mariscadores que han tenido signos de irritación en superficies de su cuerpo que están expuestas, por haber estado en contacto directo. “Lo bueno, es que la tecnología permite eludir la necesidad de que haya un buzo directamente en el proceso de aplicación del peróxido, como se exigía antes. Ahora, lo que nos preocupa es que el transporte del peróxido por mar sea seguro, y para eso pedimos cursos de familiarización con mercancías peligrosas, la gente que está ahí tiene que estar idóneamente calificada y tiene que tener claro qué hacer”, agregó el funcionario de la Armada.
Revisión de los programas SRS e ISA La Piscirickettsiosis (SRS) y el ISA son dos de las enfermedades que más afectan a la industria del salmón en Chile debido a sus altas tasas de mortalidad. Las medidas de control que se establecen en ambos programas están asociadas con algún tipo de tratamiento, aunque las más radicales apuntan a la reducción de la biomasa, eliminación y cosecha anticipada. La industria coincide en que la vigilancia ha funcionado bastante bien, aunque existen opiniones variadas que cuestionan ambos programas. En el caso del Programa Sanitario Específico de Vigilancia y Control del ISA (PSEUC), varios ejecutivos coincidieron en que el control de esta epidemia no solo ha mejorado por el programa, sino que también por la batería de normativas existente en materia preventiva. El presidente de SalmonChile respaldó el programa, enfatizando en las rigurosas exigencias que promueve, las que mantiene el riesgo de una epidemia en niveles muy bajos. Además, agregó que se debe trabajar en el mejoramiento de la logística e infraestructura asociada con las cosechas y eliminación de los brotes de forma oportuna, sobre todo en aquellos lugares donde la infraestructura es limitada. En tanto, el gerente de Farming de Salmones Magallanes, Óscar Garay, aseguró que hay una gran inconsistencia que afecta a los productores en términos económicos, y puede ser una amenaza hasta para la industria. “En el caso que se detecte HPR0 en un reproductor, la ley te obliga a eliminar al individuo, ¿por qué no pasa lo mismo con los smolts? La ley no debería obligar a eliminarlos, ya que existe el screening, y esta orden se da bajo el muestreo”. En cuanto al PSEVC-SRS, Felipe Sandoval, comentó que debe haber un análisis profundo respecto al objetivo del programa, la epidemiologia de la enfermedad y las medidas de control. “A poco más de dos años de su entrada en vigencia, se necesita evaluar los datos recolectados por el programa, con el objetivo de enfocar y redirigir los esfuerzos para el control de la enfermedad. Por lo pronto, SRS sigue siendo la enfermedad más importante en la industria del salmón en Chile”. En tanto, Mauro Araneda comentó que contrario a lo experimentado con el PSEVC-ISA, el programa SRS, si bien constituye un gran avance respecto de lo que teníamos, no ha cumplido con las expectativas de la autoridad e industria. Afirmación a la que se sumó el gerente técnico de Ventisqueros, Pablo Mazo, manifestando que “siempre se avanza en un sentido correcto, y creo que tener una regulación imperfecta es mejor que tener una mala o no tener”. El SRS es un cuadro infeccioso que tiene una letalidad más baja que el virus ISA. No obstante, epidemiológicamente el SRS es más complejo y se tiene menos información acerca de dicho patógeno. Bajo los argumentos anteriores, el ejecutivo de Los Fiordos afirmó que “el programa SRS, que fue diseñado bajo el modelo y experiencia del programa ISA, debe sufrir cambios importantes para ser adecuado desde un concepto de erradicación de una enfermedad emergente, con una vigilancia orientada al agente causal, como fue el caso ISA en su momento, a un programa de control de una enfermedad altamente prevalente, con una vigilancia enfocada en la enfermedad”. Finalmente, el gerente técnico de Ventisqueros argumentó que en el caso del SRS aún hay poca obligatoriedad en el uso de vacunas. “Tampoco las vacunas tienen el resultado y efectividad que uno quisiera, a pesar de vacunar, tenemos que seguir lidiando con el SRS. Entonces, ahí quizá la obligatoriedad de la vacuna podría sumar en que fuesen medidas que otorguen inmunidad de masa”.
Bienestar animal El bienestar animal juega un rol importante para la evolución holística de la industria salmonicultora. Acorde con declaraciones del presidente de SalmonChile, además del resguardo de la salud animal, mediante la adecuada prevención y tratamiento de enfermedades, las buenas prácticas en cosecha, procesamiento y transporte son esenciales para asegurar el bienestar de los peces. El bienestar animal “tiene un enfoque primario orientado al evitar sufrimiento innecesario por un tema humanitario, pero además tiene una consecuencia productiva muy importante: en la medida que se evita el sufrimiento y se minimiza el stress, se mejoran directamente las eficiencias productivas”, explicó el gerente técnico de Los Fiordos. Entre las medidas que la industria ha tomado para resguardar el bienestar de los animales, destaca la producción de smolts bajo condiciones controladas en tierra, para que el cambio signifique el menor estrés posible y el pez pueda enfrentar las nuevas condiciones de cultivo de una manera óptima. El control adecuado de enfermedades es otro aspecto a destacar, especialmente enfocado hacia las medidas preventivas como vacunaciones, dietas funcionales, uso temprano de antiparasitarios, entre otros. Las evaluaciones de cortisol, para medir el dolor en los distintos puntos críticos de la cadena productiva aún no se masifican en la industria nacional. Las condiciones de cultivo son otro aspecto que resguarda la integridad de los peces, fundamentalmente el trabajo con bajas densidades, centros con baja frecuencia de eventos ambientales (como blooms de algas o bajo oxígeno), y una adecuada alimentación, explicó Oscar Hofmmann. Finalmente, las condiciones de sacrificio son esenciales, al respecto, se recomiendo utilizar buenos procesos de insensibilización y adormecimiento, efectivos y rápidos, los que en Chile generalmente se llevan a cabo con stunners. Ventisqueros es una de las empresas que está innovando en materia de wellfare, o bienestar animal. La compañía forma parte del consorcio tecnológico Ictio Biotechnologies, donde se ha desarrollado un kit para el monitoreo del estrés oxidativo. “Estamos en un proceso para intentar validar estos kit y ver si podemos tener un buen monitoreo del estrés exidativo (crónico)”, expicó el gerente técnico de la compañía. Esta herramienta actuaría como un predictor del status sanitario de la especie. Debería pronosticar un buen desarrollo futuro, y al contrario, si se detecta un pez con un estado sanitario deprimido, no debería ser un ejemplar con un buen desempeño a futuro. Programa de cosecha Aunque la mayoría de los aspectos críticos ya se encuentran normados, “se necesita infraestructura para poder potenciar el procesamiento y movimiento de peces cosechados en las regiones australes”, aseguró el presidente de SalmonChile. En tanto, Mauro Araneda explicitó que el aspecto relacionado al acopio de los peces cosechados en viveros previo al faenamiento es uno de los que considera relevante, y que amerita urgente revisión respecto del actual reglamento. “Los centros de acopio son puntos críticos desde el punto de vista de bioseguridad y epidemiológico para cualquiera de los programas de control de enfermedades. A estos centros llegan peces de distintos lugares, en diferentes condiciones sanitarias y, por ende, constituyen una de las principales vías de movimiento de enfermedades de un área a otra. Además, su ubicación interviene en el proceso de descanso de los barrios”, aseguró el ejecutivo. Por estas razones, Los Fiordos definió mover su acopio a estanques en tierra, que permiten mantener estos peces totalmente aislados, fuera de áreas productivas y con tratamiento de sus afluentes.
Reglamento Ambiental Actualmente, la normativa chilena tiene exigencias ambientales bastante altas para los centros de cultivo, aseguró Felipe Sandoval. En lo general, el dirigente explicó que es fundamental que la normativa que regula a la acuicultura tenga una base científica sólida y que las exigencias y procedimientos que establece sean claros y objetivos. “Por ejemplo, actualmente se está en proceso de mejorar el criterio para determinar cuándo un ‘fondo duro’ está anaeróbico; los criterios actuales son poco objetivos y deben reemplazarse por criterios técnicamente más rigurosos”, agregó. El gremio también considera muy importante la inclusión de la denominada Zona de Efectos Permitidos (ZEP), o AZE por sus siglas en inglés (Allowable Zone of Effect). Esta área alrededor de las jaulas ha sido definida por la WWF en el documento “Estándares para una acuicultura del salmón responsable” y es hoy aceptado en Escocia, Canadá y España. En tanto, el jefe del Departamento de Medio Ambiente de Salmones Austral, Óscar Hofmann sugiere agregar el ítem “lagos” a la actual división de categorías de centros de cultivo. Esto, porque los lagos tienen características diferentes al mar. “No estamos hablando sólo de otra salinidad, sino que además, el fondo tiene mucha más materia orgánica, entonces uno no le puede exigir los mismos límites a todos los escenarios”, afirmó. El ejecutivo de Salmones Austral, explicó que hoy el límite máximo de materia orgánica es 9%, “pero los lagos de Chiloé ya tienen 20% a 30% de materia orgánica de por sí. Entonces, yo no le exigiría a un lago cumplir con un 9% de materia orgánica, hay muchas empresas que han tenido que dejar de operar. Hay otras empresas que tienen centros en el Lago Ranco o Llanquihue, que son lagos oligotróficos, turísticos y quizá mucho más sensibles, sin embargo, tienen más de 60 metros de profundidad, por lo que no tienen que hacer nada, sólo medir el oxígeno en las columnas de agua”. Por último, Mazo y Hofman coinciden en que se debería analizar la exigencia de los perfiles bimensuales de oxígeno para la industria. “No sé si eso presta alguna utilidad. Hoy día ha sido de alto costo para todas las empresas y no sé en qué se está utilizando esa información. No es necesario cada dos meses si no está aportando nada”, explicó Hofmann. Mientras que el ejecutivo de Ventisqueros aseguró que “tenemos una gran base de datos como industria, pero no vemos su utilidad y se siguen practicando de manera bimensual, aunque se sabe que no se hace nada con los resultados”.
Reubicación de barrios La definición y diseño de los actuales barrios nació durante la crisis sanitaria de ISA como una medida básica, de concepto All In - All Out, que debía tener un centro productivo. En el caso de la acuicultura, los distintos centros comparten mucho más directamente el ambiente que otras producciones animales, por lo que se hacía fundamental coordinar descansos sanitarios para que la zonificación fuera biológicamente efectiva. “En el momento, la autoridad debió establecer las fronteras de los barrios de manera administrativa, con escasa información disponible y una gran presión”, explicó el ejecutivo de Los Fiordos. Hoy, alejados de la presión de la crisis de aquella época, hay bastante consenso en la industria en que la zonificación actual de los barrios no es la óptima. “Los barrios debían ser mucho menos, y otorgarse con una visión más científica, desde el punto de vista oceanográfico y epidemológico, vale decir de cómo actúan las corrientes en la dispersión de la enfermedad, lo que no es en todos lados igual. Hay divisiones que no tienen ningún sentido, además, la distancia entre los centros es insuficiente”, comentó Óscar Garay. Según SalmonChile, una mayor distancia entre los barrios permitiría minimizar la influencia entre éstos, “lo que reduciría la incertidumbre respecto de la influencia que los centros de un barrio vecino pueden tener sobre mi desempeño sanitario”. Hace un tiempo el Instituto tecnológico del Salmón (Intesal) desarrolló la propuesta ZIMS (Zonas de Influencia y Manejo), con el fin de hacer más eficiente la zonificación, según informó el mismo organismo. La propuesta aún está en discusión, pero lo esencial de esta iniciativa es centrar la atención en las zonas en las que colindan los barrios. Pablo Mazo, quien estuvo presente en una de las discusiones sobre esta propuesta, explicó que “se están definiendo zonas intermedias en las que hay flujos de aguas y marea, por lo tanto, se debería evaluar la operación de las concesiones que estén en estas áreas. Hay dos opciones: una, es que no operen, que sirvan como un corta fuego, y la otra es operarlas con especies menos suceptibles, con Coho, por ejemplo”. “A mi juicio, es una propuesta interesantísima del esquema de barrios, proyecto que ha mostrado debilidades importantes en temas de coordinación y en la concentración de biomasa. Los barrios no están limitados unos de otros, a veces, uno está empezando a operar mientras otro está terminado de operar y eso genera un impacto independiente del descanso. Aunque el proyecto actual tiene muchas fortalezas, cualquier zonificación que no te asegure independencia entre áreas no es efectiva. La que está vigente no resguarda esa independencia”, explicó el ejecutivo de Ventisqueros.
Relocalizaciones El proceso de relocalizaciones, que ha llevado casi diez años, pretende determinar la configuración espacial de las unidades de producción salmonicultora. “Con esto resuelto podremos avanzar más rápido en otros temas que son muy relevantes para la sustentabilidad de la industria”, proyectó el dirigente de SalmonChile. “Lo que busca el proceso de relocalización es ya sea obligarnos a movernos con los módulos de cultivo hacia la concesión que ya tenemos, o mover la concesión hacia donde están los módulos de cultivo, esa sería la situación ideal”, afirmó Pablo Mazo. La modificación a la Ley N° 20.434, publicada en el Diario Oficial bajo Ley N° 20.825, norma que limita la posibilidad de dividir y relocalizar las fracciones de las concesiones en el Fiordo de Aysén o en la comuna de Chaitén de la Región de Los Lagos, es uno de los ejemplos que han dilatado el proceso de relocalización, entre otras. En tanto, Óscar Garay de Salmones Magallanes explicó que “incurrimos en un gran gasto en este ítem. Se hizo un análisis con un consultor para ver dónde pedíamos las nuevas solicitudes, porque en el fondo teníamos una concesión que se subdividió en tres menores. Ese es un costo que nadie te devuelve. Lo que uno espera es más definición y más celeridad de parte de la autoridad”. Si bien el desarrollo de la salmonicultura en Chile ha evidenciado importantes avances en materias sanitarias, industriales y medioambientales, aún hay un largo camino por recorrer. El trabajo de la industria en conjunto con las autoridades gubernamentales ha sido escencial en la aplicación de mejoras y en la reglamentación de las prácticas para el área. Es por esto que una de las claves para lograr nuevos acuerdos y protocolos de acción, más eficaces y eficientes, requiere del trabajo mancomunado entre el área pública y privada, siempre con la integración de una mirada sustentable desde el actuar de las organizaciones hacia la externalización de sus prácticas y procesos.