La auditora independiente Aracelly Pino, en terreno, en un centro de cultivo de salmón en Chile. Foto: Cedida.

Auditora independiente detalla desafíos para certificar al salmón chileno

Chile: La auditora independiente Aracelly Pino afirma que desde que inició la certificación ASC Salmón en Chile, lo más complejo de cumplir ha sido el índice de uso de antiparasitarios y su resistencia por la utilización repetida de un producto químico durante el ciclo productivo.

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La chilena Aracelly Pino trabaja en SCS Global Services, como auditora para el programa de ASC, que depende del departamento de Sustainable Seafood. Esta certificación es, de hecho, una de las más exigentes e importantes para la industria nacional del salmón. 

Pino conoce la industria del salmón, pues incluso se desempeñó en ella, tanto en Chile como en Canadá, hasta que en 2013 decidió transformarse en auditora independiente para diferentes casas certificadoras que operan con distintos sellos como ASC, BAP, Global Gap, Orgánico EU 834/889, WFM, MSC, entre otros, evaluando estándares sanitarios, medioambientales, laborales y éticos que deben regir para el sector acuícola. 

“En Chile, represento a SCS Global Services, que tiene su oficina central en San Francisco, EE.UU.”, cuenta Pino. En entrevista con Salmonexpert, la auditora independiente detalla los avances y los desafíos del sector salmonicultor local en términos de certificaciones. 

¿Cuáles son los principales avances y desafíos de la industria chilena del salmón en materia de certificaciones?
Desde mi punto de vista, los principales logros de la industria salmonicultora chilena han sido unificar criterios en las distintas áreas de su desempeño, desde lo biológico hasta las áreas de recursos humanos y de comunidades, siendo esto último uno de los mayores avances. 

Si bien las certificaciones son relevantes para el mercado donde se destina el producto, el implementar formas de trabajo con la comunidad es uno de los ítems que más destaco, ya que si esto se hubiese comenzado a trabajar antes, la imagen del sector sería bastante mejor. Pero bueno, hay que ver el vaso medio lleno y ser optimistas destacando que esto ha ido evolucionando positivamente en el tiempo, aunque queda aún bastante por avanzar.

Con respecto al área de recursos humanos, que por muchos años se dedicaba solamente a la contratación y pago de remuneraciones, actualmente se ha ido fortaleciendo por las mismas demandas de las certificaciones, logrando que con esto se logre escuchar con mayor detención al trabajador y en muchos casos, se favorezca la creación de sindicatos, los cuales son mediadores entre el colaborador y la empresa sectorial.

¿Qué tan importante es tener certificaciones en la industria chilena del salmón?
Lo importante de las certificaciones en la industria chilena del salmón es abrir nuevos mercados o mantenerse en los actuales, compitiendo a la par con países como Noruega. En el caso de la certificación BAP, todo producto que vaya a EE.UU. debe ser calidad BAP por tanto, las empresas se ven en la obligación de mantener casi el 100% de su producción bajo este sello. 

La certificación ASC, por su parte, apunta al mercado europeo, asiático y en algunos casos, a Brasil. Es la más exigente ya que considera temas bentónicos, sanitarios, comunitarios y laborales en los cuales no busca la intención de cumplimiento como es el caso de BAP, sino que establece límites que deben cumplirse en un 100% para lograr la certificación. 

¿Cuáles son las mayores dificultades que tienen las salmonicultoras chilenas para certificarse?
Desde que se comenzó a certificar ASC Salmón en Chile en 2014, lo más complejo de cumplir ha sido el PTI (Parasiticide Treatment Index) que está asociado al uso de tratamientos antiparasitarios y su resistencia por la utilización repetida de un producto químico durante el ciclo productivo. 

Otro aspecto relevante es la condición del fondo marino donde está situado el centro de cultivo y su impacto en el AZE (Allowable Zone of Effect) o zona de efecto permitido, lo cual está asociado a la condición del área utilizada. Acá muchas veces en forma natural se encuentra un efecto de impacto alto, asociado a la condición volcánica del sur de Chile y en otros casos por ser un lugar de pocas corrientes, bajas profundidades y sobre todo, por su condición de fondo blando.

En lo laboral, lo más complejo ha sido que el empleador debe dejar por escrito la libre asociación (derecho a formación de sindicatos). Y si bien algunas empresas fueron más reacias a este tema, otras fueron más abiertas a la implementación de este punto, viéndolo siempre como una mejora del sistema. En el ámbito contrataciones, otro tema difícil de abordar en algunas compañías fue erradicar el uso de contrato a plazo fijo (sobre todo en aquellas firmas con contrato por faena en el proceso de salmón coho y trucha) ya que éste limita al colaborador respecto a tener la garantía de mantener beneficios en el tiempo.

En el tema relativo a comunidad, lo más complejo en algunas empresas es que trabajen generando una  interacción con la comunidad para el beneficio de la misma y no sólo por cumplir con las reuniones necesarias para lograr el estándar. Aquí el sello ASC es muy exigente ya que el auditor social se reúne con la comunidad y allí se exponen reclamos, sugerencias o aspectos positivos de la compañía con las partes interesadas y cómo estos asuntos han sido abordados. En el caso que no hayan sido resueltos al momento de efectuarse la auditoría, quedan como un incumplimiento (no conformidad) el cual debe ser resuelto en un plazo máximo de 90 días para lograr la certificación.