Lanzan el primer casco de barco climáticamente neutro del mundo
Noruega: El grupo AKVA reutiliza materias primas a base de aceite de cocina en la producción tanto de embarcaciones de trabajo como de jaulas para salmón.
El grupo AKVA lanzó el primer casco de barco del mundo fabricado con materias primas climáticamente neutras.
La empresa informa en un comunicado de prensa que reutilizan materias primas a base de aceite de cocina en la producción tanto de embarcaciones de trabajo como de jaulas. El nuevo casco del barco forma parte de los barcos Polarcircle, que se fabrican en Mo i Rana.
“Con este enfoque innovador, los barcos del Círculo Polar Ártico mantienen su estatus de barcos de trabajo fiables y robustos, al mismo tiempo que ahora ofrecen una alternativa más ecológica tanto para la industria acuícola como para otras industrias que necesitan barcos que puedan soportar mares agitados”, así lo afirma Freddy Bakken Braseth, director general del grupo AKVA, Helgeland Plast.
La compañía ha obtenido la certificación ISCC PLUS por el uso de materias primas de origen biológico y recicladas, como residuos forestales y aceite de cocina usado en la producción de embarcaciones de trabajo y jaulas. La certificación garantiza los estándares de calidad y seguridad de los productos.
Este cambio de materias primas fósiles a materiales de origen vegetal hace que el casco del barco sea climáticamente neutro sin cambiar la calidad y la seguridad.
“La seguridad en el mar es nuestra prioridad, y así se consigue con la nueva materia prima. Esta iniciativa ofrece una solución que permite tomar decisiones respetuosas con el medio ambiente”, afirma el profesional.
Los barcos del Círculo Polar Ártico se utilizan en diversos sectores, desde servicios de salvamento hasta uso recreativo.
La materia prima utilizada es climáticamente neutra y se compone en un 90 por ciento de materiales biocirculares que ayudan a reducir significativamente las emisiones de CO₂. Los análisis del ciclo de vida (ACV) han demostrado que esta materia prima tiene una huella climática de sólo 0,004 kg CO2E/kg, una mejora notable en comparación con los 1,9 kg CO2E/kg generados al utilizar material fósil.