Imagen referencial de centro de cultivo de salmónidos. Foto: Archivo Salmonexpert.

Crece en Chile nuevo sistema para definir capacidad de carga en salmonicultura

Chile: Hoy, la industria chilena del salmón está cambiando su switch, abriéndose más a la ciencia. ¿De qué manera? Con mayor interés en monitorear la biodiversidad, para operación sustentable.

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Un cambio de switch está ocurriendo hoy en la industria salmonicultura chilena. Las empresas y las autoridades fiscalizadoras, progresivamente, avanzan en utilizar sistemas que les permitan predecir distintos parámetros productivos, para una operación más sustentable. 

En el marco de un desayuno técnico, Carlos Carroza, líder de investigación en Gestión Ambiental del Centro de Biotecnología de Sistemas Universidad Andrés Bello, expuso que la entidad se encuentra aplicando pilotos para monitoreo de la biodiversidad en salmonicultura capturando el DNA con muestras en la columna de agua, entendiendo así qué vive en el entorno, y lo más beneficioso: es posible ligarlo a parámetros productivos de la actividad. 

¿Por qué monitorear la biodiversidad si la ley no lo exige? La respuesta más básica es: el salmón se genera en sistemas abiertos, donde la interacción productiva repercute en el medio ambiente, y ya no es suficiente solamente basarse en las mediciones Infa (Información Ambiental). 

“Hoy, sólo se efectúa una inspección visual a las bacterias del medio relacionado a centros de salmón mediante ROVs, no se toman muestras en la columna de agua”, reveló Carroza, agregando que este parámetro justamente es el que más rechazos por parte de la autoridad produce a través de Infa en sitios de cultivo anaeróbicos, principalmente en la región de Aysén.

De hecho, “1 de cada 5 centros de salmón tendrán condición negativa y no podrán seguir operando, y la empresa deberá buscar otra concesión para continuar el plan”, advirtió el investigador, lo que se resolvería en gran medida con mayor predictibilidad por medio de sistemas como el referente a monitoreo de biodiversidad. 

No obstante, a la fecha, la normativa pide a las compañías medir factores alrededor del centro de salmónidos, no la dispersión relativa a producción. “Lo clave es avanzar a que se sigan elaborando Infas y paralelamente, tomar muestras para medir la biodiversidad, siendo un complemento”, dijo el líder en investigación en Gestión Ambiental de CSB-Unab.

¿Hacia dónde va, considerando la evidencia, la regulación salmonicultora? De acuerdo con Carroza, a medir la eutrofización y efecto en la diversidad del fondo; escapes de peces e interacción con el medio; uso y resistencia antimicrobiana, para una base científica sólida en la industria.

Con el sistema propuesto, recalcó el experto, se podrá determinar científicamente capacidad de carga salmonicultora, tiempo de descaso de centros, qué lugares son más aptos para cultivo bajo escenarios de cambio climático, y detectar genes de resistencia a los antibióticos.