“Cultivar reproductores de salmón en agua dulce atenta contra el bienestar animal”
Chile: Según investigadores, la medida de retornar los reproductores de programas genéticos al mar implicaría, por una parte, mayores tasas de crecimiento y calidad de gametos, pero también un riesgo ambiental.
Uno de los puntos importantes en la Ley General de Pesca y Acuicultura -actualizada en el año 2010- fue la reproducción y crianza de peces reproductores, considerándose las enfermedades de transmisión vertical. Luego de la crisis del virus ISA las autoridades intensificaron el trabajo regulatorio para resguardar el patrimonio sanitario y ambiental del país. Por ello, el 2011 se ingresó un Decreto Supremo que regula la reproducción de los centros emplazados en mar.
Recientemente, la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca) propuso una serie de modificaciones a uno de los párrafos del reglamento, con el fin de establecer requisitos para una alternativa de operación de centros de cultivo de reproductores, dada su importancia en el desarrollo de la acuicultura.
Con relación a la discusión que se ha desarrollado a si los reproductores de programas genéticos vuelvan al mar, la investigadora y académica del Instituto de Acuicultura de la Universidad Austral de Chile sede Puerto Montt, Sandra Bravo, recalcó que lo que se hace en la acuicultura es reproducir lo que ocurre en la naturaleza.
“En el caso de la salmonicultura, es importante tener en consideración la fisiología de las distintas especies sometidas a cultivo. Específicamente para el caso del salmón Atlántico, esta es una especie anádroma que pasa su primera etapa de vida en agua dulce, lugar donde nace y se mantiene en este ambiente hasta que ocurre la esmoltificación, proceso que indica que los peces están listos para ir al mar. En el mar los peces crecen y se desarrollan hasta alcanzan la madurez sexual. Los ejemplares desovantes retornan a los ríos donde nacieron para procrear y así seguir con el ciclo de vida descrito anteriormente. Mantener a estos salmones durante toda su vida en agua dulce genera alteraciones fisiológicas que puede incidir en las tasas de crecimiento, mayor susceptibilidad a enfermedades y también en la calidad de los gametos y descendencia”, explicó.
En tanto, el Dr. Daniel Gómez, investigador y docente del Departamento de Zoología, Universidad de Concepción, recalcó que, desde una perspectiva ambiental, es una idea riesgosa considerando que tener salmones sexualmente maduros en balsas jaulas representa una oportunidad ideal para propagar salmón Atlántico a través de escapes desde los centros de cultivo. “Actualmente no tenemos evidencia de salmón Atlántico asilvestrado -que completen su ciclo de vida- en cuencas de Chile. Los impactos de los salmónidos en los ecosistemas que han invadido están bien documentados alrededor del mundo, como competencia y depredación de especies nativas y potenciales vectores de enfermedades”, argumentó.
Genética
A juicio de bravo, posterior al brote del virus ISA los tomadores de decisión de la industria del salmón y también de las instituciones gubernamentales, como Subpesca y Sernapesca, “entraron en pánico, se implementaron una serie de regulaciones sanitarias, unas muy acertadas y otras no tanto. Entre las no relevantes para el control del ISA, fue la de cultivar los stocks destinados a reproductores durante toda su etapa de vida en estanques en agua dulce, para así evitar ser contagiados con el virus ISA y trasmitir la enfermedad a la descendencia. Sin embargo, no se tienen antecedentes de brotes de ISA en agua dulce. El virus ISA, a diferencia del virus que ocasiona el IPN, es extraova, alojándose en la superficie de las ovas, por lo tanto, es fácilmente neutralizado con una solución en base a yodo. Por lo demás, a diferencia de lo que ocurre con Piscirickettsia salmonis (SRS), principal dolor de cabeza para la industria del salmón. Los brotes del virus ISA responden a situaciones adversas para los salmones sometidos a cultivo, tal cual se evidenció en los países que registraron brotes de ISA previo a los brotes registrados en el 2007 en Chile.
A juicio de la profesional, no hay antecedentes documentados generados en Chile, respecto de los efectos que ha generado en la progenie el mantener a los reproductores en agua dulce toda su vida. “Lo que si es esperable, es que los costos en la mantención de los reproductores se hayan visto incrementados con esta medida”, aseveró.
Para la académica, es importante tener en consideración los requerimientos y fisiología del pez que se someterá a cultivo. “Obviamente un salmón cultivado bajo los estándares de bienestar animal, considerando sus requerimientos fisiológicos, tendrá un mejor desempeño productivo y sanitario que un salmón obligado a vivir durante toda su vida en agua dulce”, recalcó.
En agua dulce
Según la Dra. Bravo, solo Chile incorporó dentro de sus prácticas productivas, el cultivo de los stocks destinados a reproductores durante toda su vida en agua dulce, como una de las medidas para prevenir el ISA.
“Esta es una medida que atenta contra el bienestar animal y los requerimientos fisiológicos de un pez anádromo, pero como se trata de una especie altamente domesticada, es probable que los efectos en su desempeño productivos no hayan sido tan evidentes. Esto debieran responderlo las empresas que implementaron esta modalidad para sus reproductores”, puntualizó.
En tanto, el Dr. Gómez expresa que con esta medida -retorno de reproductores al mar- se está pensando exclusivamente en los beneficios para la industria, con nula consideración a los impactos ecológicos de la presencia de una especie introducida en los ecosistemas nativos. “Es anti-natura generar las oportunidades para propagar otro salmónido en aguas costeras, que es lo que persigue esta idea de retornar al mar los reproductores”, concretó el investigador.
