Los buzos acuícolas, invisibilizados en el Código del Trabajo: ¿es hora de cambios?
Chile: Dos solicitudes de diputados al Presidente Gabriel Boric, piden crear un estatuto especial para la actividad del buceo en salmonicultura, tras las muertes públicamente conocidas.
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Al parecer, la hora de los cambios más profundos llegó al rubro del buceo en Chile. Ayer se sumó una segunda petición vía resolución al Presidente Gabriel Boric, liderada por diputados Javiera Morales, María Candelaria Acevedo, María Francisca Bello, Jorge Brito, Tomás De Rementería, Daniel Manouchehri, Marcela Riquelme, Clara Sagardia, Carolina Tello y Gael Yeomans, de levantar reglamentos especiales para la protección de quienes participan en la actividad en salmonicultura.
“La situación concreta de los buzos profesionales que se desempeñan en la industria de acuicultura es compleja. Además de los riesgos intrínsecos a las actividades propias de este rubro -que puede considerar la extracción de organismos muertos de las jaulas de cultivo; limpieza y reparación de redes protectoras (para limitar el acceso a lobos marinos) y redes de las jaulas de cultivo; mantención de contrapesos de las redes; mantención e instalación de fondeos- no existe un tratamiento específico de su labor en la normativa laboral que sea de rango legal. La regulación vigente es de carácter reglamentario y consta en el Decreto Supremo Nº 752, de 1982, que aprueba el Reglamento de Buceo para Buzos Profesionales”, afirmaron.
En atención a lo anterior, “desde el mismo gremio se ha planteado la necesidad de contar con un Estatuto Especial de la actividad del buceo profesional. Lo anterior, en consonancia con las recomendaciones de organismos internacionales como la FAO, que han manifestado la urgencia de implementar acciones para mejorar los marcos legislativos y las políticas públicas, para garantizar condiciones de adecuadas de seguridad ocupacional”.
De este modo, “estas circunstancias dan cuenta de la urgente necesidad de revisar los protocolos de seguridad vigentes asociados a la actividad del buceo que presta servicios a las empresas salmoneras, junto con otros aspectos relacionados con las condiciones laborales de quienes allí se desempeñan”.
“Venimos a solicitar al Presidente de la República revisar el marco legislativo, la normativa reglamentaria sectorial y los planes de fiscalización para garantizar condiciones laborales de seguridad adecuadas a las trabajadoras y trabajadores que realizan labores de buceo para la industria salmonera y disminuir la tasa de mortalidad de nuestro país, que supera en veinte veces la de otros países”, indicaron.
Otra solicitud similar anterior, firmada por diputados Mauro González, Eric Aedo, Bernardo Berger, Sergio Bobadilla, Miguel Ángel Calisto, Leonidas Romero, y Jaime Sáez, apunta que “a todas luces los trabajadores del buceo requieren de una “regulación especial”, pues la condición especial y riesgos a que se enfrentan diariamente, son distintas a las de cualquier otro trabajo que esté regulado, por ejemplo, por el Código del Trabajo. Tanto es así, que se ha señalado que debiesen ser regulados por un “Estatuto Laboral” distinto que incluya una jornada laboral diferenciada por el constante riesgo a que se enfrentan”.
“Los antecedentes del citado estudio indican que en la industria del salmón, así como en varias otras industrias, las formas de organización del trabajo incorporan como uno de sus componentes centrales la lógica de mayor compensación económica por más producción, lo cual puede derivar en sobreexigencias al trabajador que, en ocupaciones como el buceo, puede llegar a ampliar el umbral de riesgo”, detallaron.
Mesa tripartita
Con el fin de analizar en conjunto la seguridad laboral de los buzos del sector salmonicultor, el subsecretario del Trabajo, Giorgio Boccardo, invitó a SalmonChile a una reunión para generar una mesa de trabajo tripartita ligada a esta materia, conformada por el Gobierno, los trabajadores y el área privada.
Desde el gremio salmonicultor señalaron que a partir de 2016, se ha venido trabajando en un plan y estrategia, que tuvo como primera medida la firma de un acuerdo con las agrupaciones de trabajadores, donde se establecieron ocho puntos críticos para mejorar en la industria, siendo el buceo uno de ellos.
