Cultivo en jaulas cerradas ofrece protección frente a Caligus
Noruega: Nueva tecnología de cultivo otorga protección contra el piojo de mar y no produce efectos adversos en comparación con los métodos tradicionales.
Los piojos de mar son copépodos ectoparásitos que afectan la fisiología y conducta de los peces, así como también producen daños directos sobre la piel predisponiéndolos a infecciones secundarias. Adquieren gran importancia en el cultivo intensivo de peces en agua de mar, donde son responsables de grandes pérdidas económicas.
La infestación comienza con la unión del estadío planctónico infectante del parásito “copepodito” en las escamas del pez. Una vez aferrados, maduran hacia el estado adultos donde se alimentan y reproducen para seguir liberando huevos al mar.
Se ha demostrado que la ubicación de los estadios planctónicos de L. salmonis en la columna de agua, está influenciada por factores como la salinidad, luz, difusión, corrientes y actividad de natación.
Bajo este concepto es que científicos del Norwegian Veterinary Institute y del International Research Institute of Stavanger demostraron la protección contra los piojos de mar (Lepeoptheirus salmonis y Caligus elongatus) por un período de tres años de producción en salmón Atlántico con una nueva tecnología de recintos cerrados flotantes. Su hipótesis fue que la distribución vertical de los copepoditos estaba restringida a profundidades menores de 25 m. Como respuesta, crearon un sistema cerrado en el que la toma de agua para llenar las jaulas, se ubicaba a 25 mts. bajo la superficie, lo que proveía agua libre de estados infectantes del parásito.
Los investigadores informaron que “la moderada a alta abundancia de piojos de mar en los grupos de referencia en las jaulas abiertas confirmó la presencia de copepoditos de piojos de mar infectivos en el agua superficial alrededor de las jaulas”.
Ellos indicaron que cuando los peces fueron expuestos a los piojos de mar en su sistema de jaulas cerradas, la abundancia fue baja y sin signos de reproducción de los piojos dentro del sistema.
Como conclusión dijeron que “los registros de mortalidad y crecimiento durante el período de prueba indica que la producción en jaulas cerradas es posible sin efectos adversos en las tasas de supervivencia o crecimiento”.