Rodrigo Torrijo, gerente general de Hendrix Genetics Chile. Foto: Hendrix Genetics Chile.

“La macrozona sur-austral sin salmonicultura tendría mayores carencias”

Chile: El gerente general de Hendrix Genetics Chile, Rodrigo Torrijo, afirma que la industria del salmón ha generado cambios positivos en las familias de sus trabajadores, donde muchos de ellos tienen hijos que son “la primera generación que accede a la educación superior”.

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En el último tiempo, principalmente desde el mundo político, a través de un proyecto de ley, y organizaciones sin fines de lucro, por medio de campañas comunicacionales, han surgido voces que llaman a prohibir la actividad salmonicultora en regiones como la de Magallanes, con el argumento de que malas prácticas de la industria afectarían esta prístina zona austral.

Pero este no es un problema actual, sino que de varios años, que está intentando ser resuelto por el sector nacional. Sobre este tema habló con Salmonexpert el gerente general de Hendrix Genetics, Rodrigo Torrijo, admitiendo que “si uno evalúa las encuestas de percepción que se hacen cada cierto tiempo, la conclusión es que nos falta mucho, no hemos sido capaces de comunicar nuestra historia de manera efectiva a la población chilena en general. Las razones, a mi juicio, son variadas: entre ellas creo que el hecho de ser una industria que creció muy rápido, no nos permitió dimensionar el efecto que nuestra actividad tenía sobre las localidades donde operábamos”.

¿La salmonicultura realmente es un aporte para la macrozona sur-austral de Chile?

Estoy convencido que las localidades donde operamos están mejor con la presencia de la industria del salmón que sin ella, pero siempre y cuando seamos conscientes de esta capacidad de generar valor que nuestra actividad tiene e involucremos a las comunidades. Ya se ven ejemplos de economía circular, donde lo que eran “desechos” se pueden transformar en subproductos para ser utilizados por emprendedores locales y desarrollar una actividad económica sustentable.

La macrozona sur-austral sin la industria salmonicultora tendría aún mayores carencias que las actuales. Sin ir más lejos, no hay que olvidar que antes de la presencia de las empresas del sector en La Araucanía o en Chiloé, los hombres debían emigrar al norte de Chile o a Argentina para poder encontrar trabajos estables, con todo lo que ello implica en desintegración familiar, por ejemplo. Hoy, muchos de ellos no sólo pueden trabajar en su misma localidad, sino que, como lo vemos entre nuestros trabajadores, pueden enviar a sus hijos a la universidad, siendo la primera generación que accede a la educación superior. Imagina el cambio que ello genera en la realidad de estas familias.

¿Cómo se debería comunicar que la industria realmente es un aporte?

Contando nuestra historia sin ambigüedades, ya que nuestra industria es una actividad que puede ser sustentable y que genera una mejor calidad de vida en las zonas donde opera. Evidentemente, hay que ser consecuentes con este mensaje y ser muy estrictos en nuestros estándares éticos y en nuestra operación diaria.

¿Qué desafíos debe superar el sector para acercarse más al país?

Lo primero es tomar conciencia de este déficit y ocuparse del tema. Nuestra actividad se desempeña en entornos muy ricos culturalmente (La Araucanía, Chiloé, la Patagonia), y creo que el primer paso es conocer de verdad esa riqueza. Hablamos mucho de respetar a las comunidades y sus tradiciones, pero para respetar algo, primero hay que conocerlo, interesarse genuinamente por el entorno que rodea. Y este conocimiento debe involucrar a los más altos niveles en cada empresa, no delegar este acercamiento sólo a los cargos locales. Los líderes y dirigentes sociales y de las comunidades valoran mucho la posibilidad de conversar con personas que asuman compromisos y tomen decisiones. Esto requiere dedicarle tiempo, pero creo que es un tiempo muy bien invertido.

También veo que nuestro entorno inmediato nos conoce más y valora nuestra presencia, por las interacciones diarias que se generan, pero no así en un radio un poco mayor. Debemos conversar más y abrirnos a los gobiernos locales, concejos municipales, dirigentes sociales, autoridades regionales. Que nos visiten, que conozcan nuestra actividad y el marco regulatorio que nos rige, que sepan de las certificaciones que tenemos, de la calidad de empleo que la industria genera.