Edición genética comienza a formar parte de las estrategias contra Piscirickettsia
Chile: El Dr. José Manuel Yáñez comenta que los siguientes pasos apuntan a explotar la información generada, con el fin de acelerar el mejoramiento genético para resistencia a SRS, y así elevar la sobrevivencia en mar.
Un grupo de científicos de la Universidad de Chile (UCh) y la Universidad de Edimburgo, Escocia, describió nuevos mecanismos involucrados en la resistencia genética a Piscirickettsia salmonis, donde algunos de los genes que explicarían en parte la resistencia estarían relacionados con la apoptosis y supervivencia celular celular, citoesqueleto, invasión bacteriana/tráfico intracelular y el inflamasoma.
De la misma forma, la investigación confirmó que la resistencia genética del salmón Atlántico al patógeno es un carácter complejo controlado por muchos genes.
El Dr. José Manuel Yáñez, académico e investigador de la Universidad de Chile, quien es parte de los autores del estudio, explica a Salmonexpert que la implicancia de que sea un carácter complejo es que “puede ser mejorado de forma más eficiente usando miles de marcadores genotipados por individuo, en lugar de la utilización de un número limitado de QTL mediante la aproximación de selección asistida por marcadores”.
Precisión de selección
Sobre los genes que explicarían en parte la resistencia, el Dr. Yáñez establece que se identificaron varias redes de expresión génica correlacionadas con la resistencia genética al patógeno, donde lo más probable es que los mecanismos potenciales que conducen a esta resistencia genética sean heterogéneos y varíen entre diferentes familias e individuos.
“Sin embargo, las estrategias para aumentar la resistencia frente a esta bacteria pueden centrarse en interrumpir su modulación de la homeostasis celular (es decir, el citoesqueleto o la apoptosis) o en estimular los procesos inmunitarios que previenen o restringen la infección (es decir, el inflamasoma y tráfico intracelular)”, aclara el experto.
Además, según los resultados del estudio, los rasgos genéticos posiblemente involucrados en la resistencia estarían situados en los cromosomas 1, 2, 12 y 27, lo que según sostiene el investigador de la Universidad de Chile, permitiría acotar las zonas del genoma en las cuales buscar mutaciones causales o funcionales que pueden estar explicando la resistencia.
“Esto es muy relevante para incrementar la precisión de selección para peces más resistentes mediante el uso de técnicas moleculares, y al mismo tiempo, esta información puede ser utilizada para poder identificar moléculas que permitan mejorar las estrategias farmacológicas para el control de la enfermedad”, plantea el especialista.
Edición genética
Consultado sobre si tienen proyectos para comenzar a estudiar la edición genética (Crispr/Cas9) como una alternativa para buscar la resistencia a enfermedades en salmones, el Dr. Yáñez señala que han utilizado este método en estudios in vitro.
“El grupo de científicos con el que hemos colaborado, se encuentra trabajando en edición genética Crispr/Cas9 para algunos rasgos de resistencia en salmones. Por nuestro lado, también hemos explorado estos métodos para la validación de mutaciones funcionales para la resistencia a SRS en salmones mediante estudios in vitro, en conjunto con la colaboración del Dr. Rodrigo Pulgar, dentro del marco de las actividades del Center for Research and Innovation in Aquaculture (CRIA)”, menciona el experto.
Los siguientes pasos de la investigación apuntan a poder explotar la información generada con el fin de acelerar el mejoramiento genético para resistencia a SRS y así elevar la sobrevivencia en mar.
“Esta etapa la estamos llevando a cabo junto a nuestros colaboradores en la industria, con quienes avanzamos en la utilización de información genómica para una selección más eficiente de reproductores altamente resistentes a SRS y otras enfermedades (Caligus e IPN) en salmón Atlántico, salmón coho y trucha arcoíris”, concluye el científico.
Este estudio fue realizado en colaboración con el Roslin Institute de la Universidad de Edimburgo, donde también participó la estudiante chilena de Doctorado Carolina Moraleda, autora principal del trabajo.