“Los peces chilenos gozan de mejor salud que los peces noruegos hoy”

Ricardo García.

De acuerdo con el vicepresidente de Salmones Camanchaca, la mortalidad de los peces en Noruega es el doble frente a la de Chile, teniendo mejor performance nuestro país.

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Un panorama complejo para la competitividad de la industria del salmón reveló un informe del centro de incidencia Pivotes, llamado “Una mirada a la salmonicultura chilena”, el cual concluye que la industria nacional sufre de estancamiento, lo que genera el peligro de quedar rezagada frente a naciones salmonicultoras en crecimiento, como ocurre con el principal competidor de nuestro país, Noruega, que espera triplicar su producción al año 2050.

Frente al tema competitividad de la industria, Ricardo García, vicepresidente de Salmones Camanchaca, dijo a Salmonexpert que “desde el punto de la salud del animal, es decir, en cuanto a desempeño biológico (peso, conversión, rendimiento del smolt), Chile está mejor que Noruega actualmente”.

“Nuestros peces gozan de mejor salud que los peces noruegos hoy. Y eso se puede observar en la tasa de mortalidad, que son casi el doble de las que existen en Chile, y en el estado de los salmones en la cosecha”, manifestó el directivo.

Por otra parte, dentro de su análisis, García comentó que el alimento es bastante parecido, con ingredientes no muy diferentes, eso no da ventaja o desventaja de un país frente a otro en el sentido de competitividad.

Sin embargo, apuntó, “existen otros temas que son estructurales, y es que los noruegos tienen el principal mercado del mundo, la Unión Europea, a pocas horas en camión desde sus plantas de proceso primario, y los principales destinos de Chile están a 8 horas en avión”.

“Eso nos da desventaja, los productos chilenos ligados al salmón cuestan más, con 1 dólar de diferencia ante los noruegos”, admitió el vicepresidente de Salmones Camanchaca.

La regulación noruega, además, “es pensada para que las salmonicultoras sean eficientes en sus procesos, la regulación chilena no está pensada en la eficiencia, pues obliga a cosas que no tienen propósito sanitario o ambiental, por ejemplo la rigidez en la ubicación geográfica de la concesión, donde es casi imposible moverlas a un mejor lugar”, señaló Ricardo García.