Salmonicultura de Magallanes comienza a reconvertirse desde el diésel al gas licuado

La empresa Gasco Magallanes se apresta para completar el tránsito de un centro de engorda de salmones del diésel al gas licuado de petróleo (GLP) para generar electricidad, y está a punto de cerrar un segundo contrato con ese mismo objetivo en esta región.

Es una alternativa de generación más amigable con el medio ambiente que apuesta por apoyar la sustentabilidad de la salmonicultura. El uso del gas, de hecho, puede extenderse a otras actividades de la industria como la incineración de mortalidad, el secado de redes, la conversión de motores fuera de borda, la producción de agua caliente en pisciculturas y la generación eléctrica en plantas de procesos.

El subgerente de negocios GLP de Gasco Magallanes, Diego Díaz, explicó a Salmonexpert que la alternativa del gas para generar electricidad significa también bajar hasta en 20 por ciento la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera y un ahorro de costos en combustible.

Contó que, hasta ahora, Gasco ha convertido seis centros de engorda de salmones a este combustible en las regiones de Los Lagos y Aysén, los que ya están operando. Además, hay otros cinco en construcción.

Para hacerlo, instalan los equipos de generación de electricidad y los tanques para el GLP en un pontón que se suma a la infraestructura de cada centro y que se podría desplazar hasta otros sitios.

Los pontones se abastecen por medio de camiones graneleros que son acercados mediante barcazas para surtir el GLP.

La operación de los equipos y el seguimiento del consumo se pueden monitorear de forma remota desde las oficinas de la empresa.

En el caso del proyecto más avanzado en Magallanes, el ejecutivo detalló que están en pleno proceso de construcción del pontón para el sistema de generación a GLP y tramitando los permisos con la autoridad marítima.

“Una vez aprobado eso, ya tenemos todos los activos acá en Punta Arenas para empezar el montaje de los grupos electrógenos, los estanques y la isla de carga. Vemos que hay un gran potencial de implementar esta solución eléctrica en base a gas licuado en la industria que se desarrolla en Magallanes”, comenta el ejecutivo.

Estima que el consumo anual promedio de GLP en un centro de cultivo estaría en torno a las 200 toneladas, con potencia eléctrica instalada entre 300 y 600 KVA (kilovoltiamperios).

“Con esta solución, se puede eliminar el diésel en los centros de cultivo, hablamos de desplazar unos 350 mil litros de ese combustible en el año”, dio a conocer el representante de Gasco Magallanes.

Implementar esta tecnología presenta, eso sí, algunos desafíos logísticos. La distancia a los centros de cultivo es uno, igual que la dependencia de los camiones graneleros para distribuir el combustible. Hay otro desafío que Díaz califica de cultural y que es superar la “diésel dependencia” y transitar a opciones más limpias de generación.

Destacó también la tecnología disponible para incinerar la mortalidad en los centros de cultivo con escasa generación de cenizas y alta eficiencia en la destrucción de los restos. Ya tienen algunos equipos operando en centros de cultivo y pisciculturas de Magallanes con potencias de entre 150 a 300 kilo/hora de quema.