“La salmonicultura tiene pocos avances en su licencia social para operar”
Chile: La consultora Phibrand alerta que la creencia de que la salmonicultura tiene efectos negativos está instalada en la población y puede traer malas consecuencias para la operación de las empresas.
La denominada licencia social para operar, es un concepto que se está poniendo cada vez más en práctica en las distintas industrias del país. Comenzó en la minería, principal sector exportador de Chile, pero ya se está extendiendo a otros como el salmonicultor, el segundo más importante en los envíos nacionales.
Este tema es conocido profundamente por la consultora Phibrand, donde su investigador–economista, Alejandro Pérez-Cotapos, afirma a Salmonexpert que “la licencia social para operar es la idea de que una empresa necesita para trabajar que la comunidad apruebe o al menos acepte (no se oponga) al proyecto de la compañía y su funcionamiento”.
¿Esta licencia social para operar es similar a los permisos otorgados por autoridades ambientales?
Más que una licencia de operación formal entregada por el Estado (por ejemplo, una concesión de explotación), corresponde a un permiso otorgado por la comunidad, el cual es intangible, depende de las creencias, opiniones y percepciones sobre la empresa y además, varía constantemente en la medida en que cambia la forma en que la comunidad percibe a la empresa.
¿A qué se arriesga una empresa que no consigue una licencia social para operar?
La licencia social no sólo afecta en el ámbito comunicacional (mala publicidad), sino que cada vez impacta con más fuerza en las dimensiones política y jurídica, donde están casos como Minera Dominga y el proyecto HidroAysén, en los cuales la presión social ha afectado el funcionamiento o puesta en marcha de proyectos. Por otro lado, una licencia social deficiente es síntoma de otros problemas que puede experimentar la empresa y que deben ser atendidos para asegurar el valor futuro de la compañía.
¿Cómo se debería aplicar esta licencia social para operar en la salmonicultura chilena?
La licencia es más compleja de obtener cuando existe una creencia o percepción de que la operación afectará al medio ambiente o a las personas, como es el caso de industrias extractivas y de recursos naturales. En este caso, la licencia social debe venir de la comunidad aledaña a los proyectos, que puede verse afectada, y a nivel nacional, de la comunidad que puede influenciar en cambios regulatorios que afecten el funcionamiento de la empresa, como son los ejemplos de Minera Dominga y el proyecto HidroAysén, donde la presión se generó desde el exterior de las localidades.
¿Qué beneficios tiene para la industria aplicar esta licencia social para operar?
En el caso de la salmonicultura, la creencia/opinión/percepción de que tiene efectos negativos está instalada en la población y puede traer consecuencias para la operación de empresas en el futuro, por lo que gestionar esta licencia o habilitación social permite asegurar el funcionamiento futuro de los proyectos y mitigar los riesgos de cambios que afecten al sector, como los regulatorios.
¿Se está aplicando la licencia social para operar en la industria chilena del salmón?
La licencia de operación no es algo que se obtenga o se aplique de una vez, sino que es algo que está siendo juzgado continuamente. La licencia social debe ser transversal a las operaciones, de la misma forma que la seguridad. El trabajo debe ser constante en el tiempo para socializar las actividades de las empresas, sus consecuencias, la forma en que resuelven los problemas negativos y se hacen cargo de lo que está mal. En la actualidad, la industria de salmones ha realizado pocos avances al respecto, lo que se ve reflejado en conflictividades que aumentan en los episodios de crisis.