Industria reconoce la necesidad de restringir su capacidad productiva

Chile: Ejecutivos de Marine Harvest Chile, Blumar y Camanchaca desmenuzan duro momento del sector. Este semestre, el Gobierno establecerá cambios en normativas, en busca de un mejor desempeño.

Publicado Última actualización

Un verano muy poco tranquilo han enfrentado las compañías salmonicultoras en los fiordos del sur del país. La mayor temperatura de las aguas oceánicas -producto de la corriente de El Niño- generó la proliferación del temido "bloom de algas", un fenómeno que tiene un efecto muy nocivo sobre los peces, elevando su mortandad y obligando a las empresas a adelantar su cosecha para evitar las pérdidas. Según informó El Mercurio, una situación que no se veía con esta complejidad desde el año 2009. La semana pasada fue Camanchaca la que informó a la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) que varios de sus centros en la Región de Los Lagos fueron afectados, tal como ya habían informado otras empresas, como Multiexport, Los Fiordos e Invermar.

El fenómeno hace aún más difícil el complejo momento que vive esta industria desde hace varios años, aquejada por un aumento progresivo de costos, a la que se le atribuye un uso excesivo de antibióticos, afligida por problemas sanitarios, y castigada con precios mundiales que se han movido muy por debajo de los US$ 4 o US$ 4,5 por libra (US$ 8,8 o US$ 9,9 por kg), que es el valor que consideran adecuado para alcanzar buenos desempeños.

En la vereda del frente, su competencia natural, principalmente Noruega en el hemisferio norte, ha ido ganando terreno y cuya industria obtiene, en promedio, más rentabilidad del negocio. Conocedores de la industria dicen que en ese país y en Islas Faroe se ganan US$ 1,5 y US$ 2,5, respectivamente, por cada kilo de salmón producido, mientras en nuestro país se pierden US$ 80 centavos de dólar por igual cantidad.

¿Qué sucede en Chile?

Marine Harvest Chile, Blumar y Camanchaca tienen un diagnóstico claro: a casi una década de la crisis del virus ISA, la industria y el Estado no han sido capaces de establecer un ordenamiento productivo sanitario que mejore su desarrollo. Pese a que se han puesto en marcha distintas normativas -como el reglamento de densidades ligado a resultados sanitarios-, éstas no han sido lo suficientemente estrictas para lograr un crecimiento más sano.

Así, mientras las aguas chilenas siguen mostrando condiciones ventajosas para el cultivo de salmón -como el hecho de que los peces crecen más rápido que en el hemisferio norte-, actores de la industria estiman que aún los máximos permitidos en las concesiones son muy altos. Y ante una situación de buenos precios internacionales, aumenta la producción, vuelve el riesgo de proliferación de bacterias y enfermedades, mayor uso de antibióticos, aumento de costos, y pérdida de mercados y valor. Un círculo vicioso que aún sigue.

Lo que falta, reconocen las firmas consultadas, es un cambio normativo que sea capaz de contener la producción en los años que vienen, independiente de si hay o no recuperación en los precios del salmón. Lo que ocurre hoy, es que las concesiones otorgadas establecen una capacidad máxima autorizada, pero esa cifra es muy superior a lo que en la práctica pueden soportar ciertas áreas para funcionar adecuadamente. Tanto así que, si todas las concesiones del país se utilizaran al máximo, la producción actual bruta en torno a 800 mil toneladas podría perfectamente triplicarse.

Restringiendo esa capacidad máxima, se podría enfrentar los problemas sanitarios, lo que sería posible por la vía de cambios a este mismo reglamento de densidades, haciéndolo mucho más restrictivo, explican. Eso es en lo que ya han estado trabajando las empresas y el Gobierno. Desde la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura comentaron que los anuncios en esta línea podrían venir a partir de abril y antes de que culmine el primer semestre.

Un mejor manejo de las concesiones llevaría a cambios importantes en este sector, como, por ejemplo, que se retomen las fusiones y adquisiciones entre compañías, sobre todo entre las más pequeñas. Actualmente operan 23 empresas en el país, con exportaciones totales entre US$ 3.500  y US$ 4.000 millones al año.