Marcela Angulo, gerente de Capacidades Tecnológicas de Corfo. Foto: Jonathan Garcés.

Summit Acuícola 2018: Seriola y Corvina avanzan al escalamiento comercial

Mientras que Acuinor negocia con inversionistas para construir una planta de engorda de Seriola, Fundación Chile, con su socio Friosur, tienen claros sus mercados: interno, EE.UU. y Francia.

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La subdirectora (s) de Acuicultura de Sernapesca, Ruth Alarcón, señaló en el marco del Summit Acuícola 2018 organizado por Corfo algo que remeció a los asistentes: en la reciente reunión de la FAO en Roma, Italia, este organismo global afirmó que tanto Chile y Noruega son países vulnerables, ya que son monodependientes del salmón en términos acuícolas.

Es por eso que, al abrir este evento anual, Sebastián Sichel, vicepresidente ejecutivo de Corfo, y Marcela Angulo, gerente de Capacidades Tecnológicas de la entidad, afirmaron que la diversificación acuícola es una oportunidad productiva para el desarrollo sustentable del país, igual que pasó con el salmón, hoy la segunda industria en importancia para las exportaciones chilenas después de la minería, esto bajo modelos colaborativos que reúnen al mercado con la academia para un próximo escalamiento comercial.

Así las cosas, las especies acuícolas chilenas que prometen un próximo escalamiento comercial son dos: Seriola y Corvina.

Juan Lacámara, gerente de Acuinor.

Seriola

Juan Lacámara, gerente de Acuinor, reveló que para Seriola “estamos realizando una búsqueda selectiva de potenciales inversionistas chilenos y extranjeros tanto dentro y fuera de la industria acuícola –en este último caso, ligados al negocio de alimentos principalmente- a través de asesores financieros, lo que incluye a quienes quieran pasar a la etapa de engorda de la especie con una escala del orden de 600 a 1.000 toneladas anuales, para lo que requeriremos construir una primera planta en Caldera, para después levantar otra de 2.500 toneladas en el lugar”.

El proceso de búsqueda de inversionistas se inició hace 4 meses, y le quedan otros 4 meses de negociaciones con distintos actores, con la mira en que en el transcurso de 2019 se concrete ingreso de capital en este proyecto para el desarrollo comercial de Seriola, dio a conocer el ejecutivo.

La construcción de la primera planta significaría una inversión aproximada de US$15 millones. El gerente de Acuinor adelantó que las posteriores operaciones de producción de Seriola pueden ser construidas en diferentes partes de Chile o en el extranjero, con asociaciones o joint ventures con empresas o inversionistas acuícolas.

A la fecha, Seriola tiene todo su ciclo productivo cerrado, desde reproducción hasta engorda, pero esta última fase se está materializando en instalaciones de pre engorda que han sido modificadas para tal efecto, con una producción de 30 a 40 toneladas anuales solamente, expuso Lacámara.

Cristóbal Cobo, director del Programa Corvina y representante de Fundación Chile.

Corvina

Cristóbal Cobo, director del Programa Corvina y representante de Fundación Chile, indicó que en el supuesto de que se están suministrando ovas, con una dieta liderada por Cargill ya establecida, parámetros productivos mejorados y una rentabilidad proyectada, se están evaluando tres sistemas para trabajar la especie, que son recirculación en Tongoy, flujo abierto y balsa jaula, ambos en Iquique, con un socio que es Pesquera Friosur.

Para el escalamiento comercial de la Corvina, se estiman 400 mil juveniles anuales inicialmente, en un centro de Fundación Chile en Tongoy, con un costo por unidad de US$0,7, casi el doble que el del salmón que es de US$0,38 por pez. Se espera, eso sí, una mayor cantidad de ciclos productivos, admitió el representante de la organización. 

Cobo detalló, en tanto, que el mercado externo interesado en la Corvina es EE.UU., donde se estudia enviar 370 toneladas a un precio de entre US$8 y US$8,5 por kilo, mientras que en Chile se venderían 1.000 toneladas a un valor que fluctúa de US$5,8 a US$11,3 por kilo. Francia es otro destino que se sitúa como objetivo.

Para conseguir lo anterior, los desafíos de la Corvina tienen que ver con dónde instalarse y que los trámites para el otorgamiento de concesiones en mar duran 7 años y 4 años para los centros en tierra, con pocos permisos entregados hasta el momento y escasos sitios aptos para acuicultura. Con todo, para cultivar en tierra se necesitan volúmenes gigantes de agua, así que el flujo abierto no sería la mejor alternativa, según Cobo.

Otro de los desafíos de la Corvina, de acuerdo con el director de su programa, es que está operando siempre a la sombra del salmón ante los inversionistas, aunque la especie está posicionada por su nombre en Chile y su calidad, a diferencia del extranjero, donde no es conocida, pero sí causa gran interés de compra. Además, los repuestos de infraestructura de deben ir a buscar al sur, recorriendo enormes distancias desde el norte, punto que debe solucionarse.

El ejemplo abalonero

Axel Klimpel, director ejecutivo de Aquapacífico, planteó que, para un real desarrollo de las nuevas especies acuícolas, se necesita asociatividad, ya sea creando comités técnicos o una entidad gremial, que es lo que este Centro de Innovación está logrando con el sector abalonero local pues creará una agrupación durante este año que coordinará temas como alimentación que implica algas más dietas formuladas, y mejoramiento genético, entre otras cosas.

Este negocio tiene 20 años operando en Chile, con 25 empresas activas en cinco regiones del país y una producción de 1.200 toneladas –que se proyecta duplicar en la siguiente década- que han llevado a que este mercado nacional sea el cuarto mayor a nivel mundial, con envíos por US$20 millones que incluyen a 400 trabajadores. Sin embargo, existía desconfianza de sus actores hacia la academia, lo que está terminando.

Regulación y atracción de inversión

Mientras que en el panel de conversación del Summit Acuícola 2018, Arturo Clément, presidente de SalmonChile, recalcó que el principal desafío para la diversificación acuícola nacional se ubica en impulsar un sistema regulatorio que incentive el desarrollo de las nuevas especies como la Seriola y la Corvina, con una permisología más expedita que la actual que representa en promedio 7 años de trámites con instituciones como Subpesca, Sernapesca, Directemar, Ministerio de Salud y del Medio Ambiente que no se ponen de acuerdo para destrabar los procesos.

Por su parte, Andrés Barros, gerente de Alimentos y Acuicultura de Fundación Chile, expresó que no se ha logrado convencer a los grandes empresarios de estar presentes en esta diversificación, pues se está resolviendo fundamentalmente el problema productivo y no del negocio, no existiendo una agenda de escalamiento comercial. 

Axel Klimpel, director ejecutivo de Aquapacífico.

Javier Fuentes, del fondo Encourage Capital, explicó para los inversionistas en general no existen riesgos objetivos, sino que cada cual tiene su perspectiva, con lo que los actores de la diversificación acuícola deben hablar ese lenguaje para atraerlos, avanzando desde meros programas a empresas conformadas para obtener financiamiento.